
¿Cómo se construye el alma de los instrumentos de todas las épocas?
El funcionamiento de piezas musicales y sus mensajes ocultos son desentrañados en la exposición ‘Construir el Sonido’
Mientras el lutier Pablo Jacho Topón proponía la exposición ‘Construir el Sonido’, en el Centro Histórico de Quito, llevaba consigo una vihuela. Ese instrumento de cuerda pulsada, por coincidencia, era entonado durante uno de las clases magistrales de integrantes de la Academia de Música Antigua de Medellín, el 25 de abril pasado, en la terraza del Teatro Nacional Sucre.
Al director artístico Esteban Escobar le sorprendió tener a un lutier entre su audiencia (la Academia tiene al suyo en Pasto, Nariño). En Quito encontró a Pablo, especializado en la investigación de instrumentos antiguos y sus sonoridades. Además de no tener siglos de fabricada, su vihuela tiene un elemento adicional, una roseta que se puede ver en la exposición abierta durante agosto en la Fundación Iglesia de la Compañía de Jesús.
Pablo aprendió a hacer su original roseta –“un distintivo de cada constructor” en los instrumentos que tienen cajas de resonancia– en Cuenca porque es una réplica del rosetón de la Catedral de esa ciudad, que acogió un recorrido de su mandolín gigante, el sucesor de la bandurria de un tamaño que hace posible su entonación solamente al ser pulsado por tres personas (como planea hacer en septiembre, en Cumandá). Y al que los visitantes de la muestra pueden ingresar a través de un telón que se abre en la parte posterior del instrumento.
—Mis innovaciones están en los tambores que hago, en su iconografía Jama Coaque y de todas nuestras culturas— cuenta el lutier mientras toma en sus manos el que define como su instrumento más sutil y sensible: la flauta ruku-cacao (un híbrido entre el ruku pingullo y la semilla del cacao por la que pasa el aire).
La investigadora colombiana Laura Vergara, residente en Cuenca, había documentado la ruta antigua del cacao como brebaje y le obsequió una botella de asa a Pablo Jacho. A partir de una réplica de ese objeto hallado en Palanda, Zamora Chinchipe se descubrió el vestigio más antiguo del cacao (hace más de 5.000 años, la planta fue domesticada por la cultura Mayo-Chinchipe).
—Es una manera filosófica de hacer que el cacao cante— dice el lutier que realizará el concierto ‘Memorias del sonido’ con música árabe, europea, americana y ecuatoriana, el viernes 29 de agosto (19:00, acceso libre para 200 personas) en la Iglesia de la Compañía.

El alma de los instrumentos
La muestra ‘Construir el sonido’, curada por Andre Can, contiene un harpa zoomórfica y un lirandolín (lira griega y bandolín de 24 cuerdas, afinación andina: pentatónica). Un tambor que ha incorporado en su cuerpo a una llanta de bicicleta. Un clavijero que destaca en instrumentos de cuerda con forma de chakana (cruz andina) distintos a los charangos o guitarras tradicionales. Los sonidos graves –explica Pablo Jacho Topón– se reducen entre las formas rectangulares, pero al ser electroacústicas son como el resto de instrumentos.
El Tambor Heilung –un “membranófono tallado a mano en madera”– lleva la iconografía de la banda europea de folk metal experimental Heilung. En la exposición se puede ver, a través de una mira hacia su interior, al Cernunnus: dios astado, celta y antropomorfo (venado humano que está en la portada del álbum ‘Othan’). El percusionista ecuatoriano Nicolas Schipper ha hecho que cinco de estos tambores, todos construidos por Pablo, lleguen a Dinamarca, Estados Unidos y viajen en sus giras.
—Cada instrumento que hago tiene un alma dentro —comenta Pablo Jacho—, siempre dejo adentro mensajes ocultos que ni siquiera el dueño sabe descifrar; quizá en algunos años cuando los restauren o se rompan, los van a conocer.

El origen del sonido
La dinámica de la exposición –a la que se ingresa por la Capilla del Milagro de la Dolorosa del Colegio, en la calle Benalcázar, o luego de visitar la Iglesia de la Compañía– la completan guías de la Facultad de Música de la Universidad Central del Ecuador. Los sonidos se pueden escuchar a través de códigos QR en las cédulas de cada instrumento, los músicos visitantes los tocan y hay mediaciones, con presencia de Pablo Jacho, los domingos de agosto (12:00 a 15:00) y una coreografía (29 de agosto, 19:00).
A diálogos pasados, se sumará el taller “Cuerdas de principio a fin” – Construcción de un monocordio, el sábado 23 de agosto (10:00 a 14:00). De los más de 200 instrumentos que ha construido este lutier quiteño, 30 fueron expuestas en Cuenca y la actual muestra es la más grande que ha realizado, con medio centenar de ejemplares.
Hay instrumentos que no existen en Ecuador, agrupados en las salas Sonidos de otras tierras, De raíz y Sincréticos: Europa y América; además de la réplica funcional de una parte del taller de Pablo Jacho Topón. La exposición se puede visitar hasta el último viernes de agosto.
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