
Vía a la costa propone encender la ruta para recuperar la seguridad
La ciudadanía, cansada del olvido, sugiere iluminar las zonas más oscuras. Exigen nuevas UPC y planes urbanísticos
La inseguridad no distingue zonas, distancias ni niveles socioeconómicos, y el sector de vía a la costa lo vive en carne propia. Moradores de este sector de Guayaquil aseguran que el temor se ha vuelto parte de la rutina diaria, especialmente al recorrer los más de 23 kilómetros que conectan varias urbanizaciones con la vía principal. La ciudadanía cansada de la delincuencia propone soluciones ante la poca acción de las autoridades en los últimos meses.
Un reciente sicariato ocurrido en los exteriores de una de las urbanizaciones más antiguas del sector dejó al descubierto la fragilidad del sistema de seguridad. Para muchos residentes, cruzar la garita representa entrar a una zona sin control real del Estado. “Vivimos en zozobra por los asaltos. Basta con salir a la vía principal para sentirnos vulnerables. No hay quien nos defienda, especialmente en las noches, que la vía es muy oscura”, expresó José María Mendoza, morador de Puerto Azul.
Cifras sobre la inseguridad en vía a la costa
Las cifras oficiales, sin embargo, muestran una realidad distinta a la que perciben los vecinos. De acuerdo con la Policía Nacional, entre el 1 de enero y el 16 de noviembre de 2025 se registraron 289 actos delincuenciales en el distrito Ceibos, que incluye a vía a la costa. El delito más común fue el robo a personas, con 118 casos reportados, seguido de 50 asaltos a vehículos y 47 robos de accesorios y automotores.
Las autoridades sostienen que los registros representan una disminución frente al mismo periodo de 2024, cuando se contabilizaron 318 delitos; no obstante, los moradores aseguran que la situación se ha agravado y que muchos hechos no se denuncian porque existe desconfianza en el accionar policial. Esas cifras son irreales, sentencian.
La inseguridad preocupa a los residentes
EXPRESO realizó varios recorridos por distintos tramos del sector y en ninguno se observó presencia de la Policía Nacional ni de agentes de policía comunitaria en el día ni en la noche. Lo que sí fue constante fueron las motocicletas sin placas que circulan entre urbanizaciones, lo que aumenta la sensación de inseguridad.
El factor más preocupante, según coinciden los moradores, es la escasa iluminación en varias vías principales y secundarias, sobre todo de Chongón. Los habitantes coinciden en que caminar de noche es un riesgo. “Si alguien camina por la vía en la noche, es robo seguro. Incluso para los conductores hay riesgos. No hay patrullaje y tampoco denuncias porque ya sabemos que las autoridades hacen poco”, aseguró Marcos Santibáñez, morador de Portal al Sol.
La falta de luminarias, sumada a la ausencia de patrullaje, se ha convertido en una combinación peligrosa que alimenta el miedo.

Una iniciativa busca prender las vías
A pesar de este panorama, algunos vecinos han empezado a organizarse para ejecutar proyectos comunitarios. En las nuevas urbanizaciones de Chongón, por ejemplo, las familias plantean instalar reflectores en las vías internas como una medida temporal, mientras se espera respuesta oficial.
“Sabemos que es competencia de las autoridades, pero si ellos no lo hacen, debemos resolver nosotros”, comentó el ciudadano Douglas Vinueza.
Para José Contreras, otro vecino, esta propuesta debería escalar a la vía principal. “Debemos unirnos como urbanizaciones para que podamos cuidar de nosotros mismos, ya que al parecer a las autoridades les importa poco”, dice Contreras, que reconoce que sí hay otras zonas iluminadas, pero muchas lucen opacas o completamente sin luz. Para Adriana Carvajal, residente, incluso para hacer más amigable el sector, se podrían instalar faroles. “En los exteriores de las plazas, al pie de los cuerpos de agua que nos rodean, en los parterres y veredas, estos darían una imagen cálida”, pensó.
Otros moradores consideran que recuperar la vida comunitaria podría ayudar a devolver la vitalidad nocturna. “Antes había movimiento, hoy predominan el silencio y la desconfianza. Se deberían hacer eventos culturales, parques públicos que den vida al sector. Solo apoderándonos de nuestro espacio, la comunidad se puede recuperar”, expresó Jacinto Ramírez.

Otras ideas para mejorar la seguridad en vía a la costa
Por su parte, John Garaycoa, especialista en seguridad, ve de manera positiva estas iniciativas barriales, pero recalca que este tipo de soluciones deberían depender de la empresa pública encargada.
“También se pueden fomentar programas de vigilancia comunitaria, donde los ciudadanos se organicen para monitorear y reportar actividades sospechosas”, añadió el experto, que también es partidario de que deben implementarse más cámaras de seguridad a lo largo de la vía y en áreas de alta incidencia delictiva.
La mayoría de residentes coincide en que la creación de nuevas Unidades de Policía Comunitaria podría marcar una diferencia. Actualmente, solo existen dos UPC en toda vía a la costa, cifra insuficiente para cubrir la extensión del sector. “Necesitamos más presencia policial y más patrullaje para que los asaltantes entiendan que sí hay control. El Municipio también debería instalar una Estación de Acción Segura”, señaló Luis Delgado, vecino del área.
Para Carolina Romero, también residente, el Municipio o la misma Policía deberían barajar la idea de destinar guardaparques en los perímetros de los humedales o zonas donde haya “extrema maleza”. “Eso, sumado a drones que puedan hacer patrullajes programados y vuelen en los tramos más críticos, además de luminarias con sensores de movimiento y cámaras integradas podrían darnos un respiro. Esta zona es bonita, tiene muchísimo potencial, pero hay que invertir en ella y darle sobre todo paz”, señaló.