
'Ay amor', tema icónico de la música tropical, se reinventa en el presente
La canción vuelve a circular tras el homenaje de Karol G y una versión actualizada junto a Magic Juan
Cuando Liz Freitez escuchó por primera vez Papasito, de Karol G, sintió que ese ritmo dialogaba directamente con una parte de su propia historia musical. El tema, incluido en Tropicoqueta, el quinto álbum de la cantante colombiana, despertó comparaciones inmediatas en redes sociales con Ay amor, la canción que Liz grabó en 1992 como voz femenina de Los Melódicos y que, desde entonces, ha permanecido en el imaginario de la música tropical latinoamericana. Para la artista venezolana, ese eco contemporáneo no pasó desapercibido. “Está muy en tendencia por el homenaje que Karol G le hace a estos géneros y eso me honra mucho saber que ella, de una u otra manera, hizo ese reconocimiento a mi música, a lo que he hecho durante 35 años”, expresó en una entrevista con Expresiones.
Neyda Lisbeth Freitez Alvarado nació en San Felipe, estado de Yaracuy, y se integró a Los Melódicos cuando tenía apenas 17 años. Desde entonces, su voz quedó asociada a una serie de temas que circularon por pistas de baile, emisoras radiales y celebraciones familiares dentro y fuera del país. “Ay amor” se convirtió en uno de esos títulos que atravesaron décadas. “Ese tema fue muy conocido y aún sigue siendo muy conocido en todos lados”, recordó.
Durante años fue cautelosa frente a la idea de volver sobre canciones ya grabadas. “Yo no estaba muy de acuerdo en regrabar los temas, porque cuando un tema ya pegó, pegó. Yo paso la página”, explicó. Sin embargo, la propuesta del cantante Magic Juan abrió una nueva posibilidad de volver al pasado.
Mirar hacia atrás
La intención inicial cuando se dio el acercamiento con Magi Juan, cuenta, era grabar un tema inédito juntos, pero el proyecto tomó otro rumbo. “Él mismo me propuso que actualizáramos Ay amor y yo le dije: ‘Por favor, si lo vamos a hacer, tratemos de que no pierda la esencia del tema’, porque es una canción que la gente sigue recordando”, contó.
La nueva versión se grabó en el mismo estudio caraqueño donde se registró la original, más de tres décadas atrás. “Cuando entré, los recuerdos y toda esa añoranza de cuando grabé el tema por primera vez me vinieron a la mente. Fue mágico”, relató. En esa sesión se buscó conservar el carácter original de la canción, incorporando algunos elementos actuales. “Se imprimió mucha nostalgia, pero también un ritmo y una sensualidad que siempre ha tenido el tema. Es una canción sobria, elegante, que le canta al amor de una manera muy particular, y así me identifico yo con mis canciones”, señaló.
La reacción del público fue un factor determinante para confirmar el camino tomado. “Me daba temor que la gente dijera ‘me gusta más el original’, pero lo han aceptado con amor, porque no perdió su alma”, dijo. Liz explicó que se mantuvieron elementos que identifican su estilo, como la percusión menor, los timbales y las congas, junto con nuevas incorporaciones como la guitarra eléctrica. “Fue una fusión diferente que logró conectar tanto con el público adulto como con el público joven”, añadió.
A partir de esta experiencia, la cantante proyecta un trabajo más amplio de revisión de su repertorio. Planea versionar varios de sus temas más conocidos junto a artistas de distintos países. “La acogida que ha tenido la canción me dio un empujón. ¿Por qué no hacer un disco completo de versionar mis canciones? Mi corazón con un artista colombiano, con uno de Ecuador, Zúmbalo, A dormir juntitos… que sea una producción de antología, porque el fan de verdad va a amar tenerla en su playlist”, explicó. Este proyecto convivirá con una nueva producción discográfica de canciones inéditas, en la que también se encuentra trabajando.
Conectarse con el público joven
Liz reconoce los cambios en la manera de producir música. “Antes había que usar una ‘big band’, muchos músicos; ahora todo se simplifica y está en los arreglos. Es más rítmico, no necesitas tantos metales para que la gente perciba un ritmo caribeño”, comentó. Sin embargo, hay un eje que se mantiene constante en su música. “Yo soy una eterna artista que le canta al amor o al desamor. Mis canciones tienen contenido, tienen letra, porque eso es lo que va a perdurar en el tiempo”, subrayó.

La relación con su audiencia se ha transformado también con las plataformas digitales. “Ahora uno puede ver quiénes te siguen, qué edades tienen y en qué países están. Mis fans principales son de 25 a 35 años y se está sumando gente de 18 a 25”, detalló. Entre esos países destaca Ecuador, un lugar al que reconoce haber visitado pocas veces. “En mis 35 años he ido nada más dos veces, y aun así no me han olvidado, por lo que estoy eternamente agradecida”, dijo.
Ese vínculo tendrá un nuevo capítulo. Liz anunció que regresará a Ecuador el próximo año para reencontrarse con su público. “Quiero que el ecuatoriano me vea, le ponga mi cara a mis temas, a mis éxitos. Han bailado mis canciones durante mucho tiempo”, afirmó. El retorno está previsto para febrero de 2026, en un momento en el que Ay amor vuelve a circular, ahora desde un diálogo entre pasado y presente.
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