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Nixon Córdova
Nixon Cordova nos da detalles de su obra expuesta en la Alianza Francesa de Quito.Gustavo Guamán

Las ‘Alteridades’ de Nixon Córdova

El reconocido artista inauguró una muestra individual en la galería de la Alianza Francesa de la capital ecuatoriana.

Rostros incompletos, mandíbulas, torsos esqueléticos y barbillas a punto de ser devorados por cientos de hormigas. Fragmentos, literales, que evocan el dolor y el abandono. Una búsqueda plasmada en resina y fibra de vidrio que trata de dar sentido a lo que padece el cuerpo y el alma. Esto es lo que el espectador halla en ‘Alteridades’, muestra individual del reconocido artista Nixon Córdova.

La exposición se inauguró en la galería de la Alianza Francesa de Quito y reúne una serie de esculturas y dibujos elaborados entre 2019 y 2023.

“La pandemia generó un cambio de paradigma en las relaciones interpersonales, sobre todo en las parejas. Hubo un alza en el índice de divorcios y me encontré en esa estadística. Me divorcié, fue complicado y doloroso. Necesitaba trabajar como una manera de canalizar lo que me estaba sucediendo, como una manera de resolver interrogantes personales, pero nunca tuve en mente mostrar esas piezas, eran íntimas, y justo por eso no me cuestioné mucho lo que estaba creando, solo dejé que fluyera”, asegura el artista.

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Sin embargo, a la hora de decidirse a exponer, Córdova halló un hilo común en sus piezas; la resiliencia. “Creo que finalmente el ser humano logra levantarse, sobrellevar los problemas y no dejarse vencer, incluso ante las más duras tragedias. Quería abordar esa fortaleza, esa capacidad para seguir”, señala.

Es así que ‘Alteridades’ está dividida en tres etapas: lo social, lo personal y el género. En la primera de ellas el artista aborda la lucha de los pueblos y nacionalidades. Ahí destacan piezas como ‘Como paja de páramo’.

En la segunda, las obras destacan su historia personal. Entre estas se encuentra ‘Despertar de la conciencia’, una serie de retratos protagonizados por un hombre que grita y se retuerce. En la última, las piezas abordan la lucha de las mujeres frente a una sociedad opresora, principalmente las madres. Ahí, esculturas y dibujos abordan el proceso de dar a luz, del cambio del cuerpo y de maternar.

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Laura Haro, curadora de la exposición, señala que esta es el sitio donde el creador “conecta con el mundo. Un mundo en constante alteración, donde se encuentra con sujetos objetos, sujetos simbólicos, y sujetos monumento. Se reconoce desde el dolor...y a su vez desde donde se reconoce a sí mismo para reencontrarse en los otros desde los personal.

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Para Córdova, juntar sus piezas en esta muestra es una anomalía, pues no suele realizar exposiciones individuales. “Hago muchas obras por encargo a instituciones o particulares que me piden obras. No suelo hacer muestras individuales como esta, es simplemente algo que no me preocupa mucho”, explica. Las últimas exposiciones que ha llevado a cabo en la capital en la última década se han realizado en la galería Sara Palacios y la Casa de las Artes.

En ‘Alteridades’ este reúne esculturas a gran y mediano formato, y dibujos elaborados con carboncillo. La exposición estará abierta al público hasta el 27 de septiembre. No prevé llevarla a otros espacios y afirma que las dificultades para exponer en la urbe y en el país son un deber pendiente del Estado.

“Hay interés en llevar la muestra a otros espacios, sin duda, pero lo que no hay son los recursos. Se necesita apoyo institucional, o retribuciones para los artistas como lo hay en otros países, pero eso no sucede. Se necesitan cambios estructurales, porque la cultura no puede ser un botín político, manejado por intereses partidistas. Mientras eso no cambie será difícil que el arte pueda prosperar”.

Crear con convicción

“Hay personas que acusan al arte por encargo de ser poco crítico o contestatario e impersonal”, reflexiona el artista. “Pero son prejuicios”, afirma. “Si analizas la historia del arte, la Capilla Sixtina, el “Guernica”, los grandes retratos de reyes y reinas eran encargos. El encargo no es una limitación, hay que verlo como una posibilidad”.

Y es que, además de las esculturas religiosas, Córdova ha hecho piezas monumentales con personajes históricos como Juan Montalvo, Eloy Alfaro y Eugenio Espejo, y de artistas como el fallecido pintor Osvaldo Viteri.

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Comienza con la composición, para lograr la armonía y equilibrio entre las formas. Luego estudia la cromática, el tono, la anatomía, realiza varias bases y luego va al producto final.

“Trato de representar en una forma sincera y espontánea lo que me salga del interior, eso es lo más sincero que uno puede ser consigo mismo”, asegura. 

La escultura, una pasión accidental

En 1996, Córdova ganó el Premio París y con ello una beca para estudiar en l’Ecole Nationale des Beaux-Arts a París. Hasta ese momento, el artista esmeraldeño, radicado en Quito, cursaba Artes en la Universidad Central del Ecuador y había seguido tres años de Arquitectura.

La beca la consiguió con una obra llamada ‘Cruz de mi pueblo’. Esta era un retablo de 12 metros para la iglesia La Merced, que le encargó el entonces obispo de Esmeraldas, Eugenio Arellano. “Él conocía mi trabajo y sabía que solo pintaba. Pero insistió, dijo que Dios le había dicho que yo tenía que hacer la escultura. Me arriesgué”, recuerda.

En Francia se enamoró de la morfología, área que se centra en la forma de los seres vivos.

“La morfología me marcó, me definió y me ayudó muchísimo, porque me llevé un vacío de aquí; el conocimiento del cuerpo humano. No había quién enseñara a los artistas nacionales anatomía con la mecánica del movimiento. En cambio allá había unos profesores magníficos que me deslumbraron. Eso marcó mucho a la escultura que hago, cambié los pinceles por la esteque y fui aprendiendo en base al error”, indica.

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