
Sin vías alternas, vía a la costa se asfixia sola
Accidentes y tráfico muestran décadas de desorden urbano. Urbanistas advierten que aún hay tiempo de planificar
Ni las promesas ni los anuncios de mejoras en la vía a la costa evitan que, tras accidentes como el de ayer o una ligera lluvia, el sector quede confinado, como ha pasado históricamente.
Este 28 de octubre, una vez más, se comprobó lo que los residentes repiten hace años: la vía a la costa no necesita paliativos ni obras aisladas, sino una planificación real y sostenida, con visión metropolitana. El anillo vial de Chongón, con su paso elevado en el km 22, apenas disfraza una realidad: no existe una política seria de movilidad para un sector que crece sin control.
La vía a la costa sigue atrapada en el caos
“¿Para cuándo van a empezar a buscar la forma de que la arteria tenga alguna otra salida? Hubo un accidente y todo está colapsado. No hay otra vía más que esta. En un tráfico así, el que necesita llegar de emergencia a una clínica, se muere”, cuestionó la residente Sol Patiño, una de las tantas personas que ayer permaneció por horas atascada en la vía.
“Este es un polo en desarrollo. Al menos así nos venden esta zona. Se supone que aún se levantarán ciudadelas, centros comerciales, el nuevo aeropuerto. ¡Por Dios! ¿Qué les pasa? Alcalde, ¿está consciente de lo infernal que es esta ruta? Un siniestro y todo aquí se hunde. Llevo hora y media en un tráfico que me aturde, sin agentes de tránsito que logren oxigenar la ruta porque todo parece insuficiente. Esto es un caos. ¿Es consciente de lo que vivimos? ¿Por qué no apunta a dar vida a los cuerpos de agua que colindan con las ciudadelas? ¿Por qué no una vía alterna? ¿A qué le tiene miedo? ¿Esto responde a temas políticos? Esto es una insensatez. Usted y sus concejales no tienen ni idea de lo que pasa en Guayaquil. Indolentes”, se quejó el residente Homero Valverde, quien dijo estar harto de ser víctima de la falta de planificación.
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El pasado martes (28 de octubre), dos accidentes de tránsito -uno de ellos con una mujer fallecida- provocaron un fuerte congestionamiento y reavivaron el debate sobre la falta de planificación urbana en esa zona, donde el crecimiento poblacional sigue superando la capacidad vial.
"Qué terrible estar atrapado, sin poder salir de vía a la costa. Se necesita hacer ya una vía alterna, pero no quieren"
El primer siniestro se registró antes de las 06:00 en la avenida del Bombero, en el sentido hacia la avenida Carlos Julio Arosemena. Minutos después, otro incidente vial se generó en un tramo cercano. Varios sacos de sal que eran transportados por un tráiler cayeron sobre la oreja vial que conecta la vía a la costa con la vía Perimetral. El material quedó tendido sobre un carril de ese intercambiador vial, por lo que los carros comenzaron a detener su marcha en el sentido Chongón - Los Ceibos.
Cerca de las 11:00, los vehículos transitaban aún en forma lenta; mientras las críticas e indignación ciudadana iban en aumento.

Residentes exigen soluciones reales, no parches
“En vía a la costa se tropieza una hormiga y el tráfico se colapsa”, sentenció Éric Mercado, quien como decenas trasladó su queja a las redes sociales, donde las críticas seguían multiplicándose al caer la tarde.
Lo ocurrido, para especialistas en planificación y urbanismo, no es un hecho aislado sino una consecuencia repetida de años de improvisación y falta de planificación integral.
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Para el arquitecto y urbanista Juan José Jaramillo, el problema de la vía a la costa incluso “es más complejo que el de la vía a Samborondón”, puesto que esta ruta, aunque colapsa en horas pico, funciona como una vía más local -de uso principalmente residencial-, mientras que la vía a la costa sigue siendo un corredor de tránsito pesado y de conexión nacional, con cientos de tráileres que cruzan a diario.
Expertos: no es un hecho aislado, sino un patrón histórico
“Vía a la costa es una vía única de ingreso a Guayaquil. No hay otra. Y recibe carros de todo tipo, lo que la vuelve peligrosa”, señaló. Lo urgente, insiste, “ha sido y sigue siendo la falta de vías alternas por donde pueda desplazarse el transporte pesado”. Recuerda que hace ya algunos años se propuso una alternativa que conectaría la avenida Chucho Benítez, cerca de Socio Vivienda, con el sector, e incluiría la construcción de túneles que no afecten o afecten lo menos posible al cerro. “El alcalde Aquiles Álvarez quiso darle impulso, pero terminó quedándose ahí. No digo que esa sea la ruta ideal, pero debió analizarse más. Hay que estudiar nuevas opciones y decidir con base en criterios técnicos, no políticos, qué le urge al sector. Hay rutas que ni siquiera se han explorado”, piensa.
"La solución a corto plazo es dejar de vender predios en vía a la costa. Que nadie en al menos unos 10 años construya más, ni siquiera una caseta. Urge además vías alternas y paralelas. Lamentablemente la nula planificación urbana ha dejado a la zona sin espacio. De allí que se atacan hasta cerros y bosques".
Para Jaramillo, lo que falta es voluntad de sostener los procesos: “Aquí se lanza algo, se arma el debate y todo queda ahí. No. Lo necesario es hacer estudios, varios, todos, y en base a eso armar proyectos concretos”.
Otro punto pendiente, agregó, es la planificación integral del sector. “Sé que hay intenciones municipales y conozco que se está ideando un planteamiento vial, pero poco se ha hecho público. Urge un plan maestro que integre vías alternas a la principal, para que las familias no tengan que compartir ruta con vehículos pesados. Y eso debe conectarse con los nuevos accesos que inevitablemente requerirá la zona”.
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Ese futuro -advierte- se complica aún más con la construcción del nuevo aeropuerto en Daular. “El Municipio parece estar apurado en apresurar la obra, pero eso va a incrementar las molestias en la vía. La ruta alterna hacia el aeropuerto será necesaria sí o sí”.
Jaramillo también pone sobre la mesa la reconfiguración de los predios a lo largo de la vía. “Tenemos una gran cantidad de terrenos tipo ‘chorizo’, alargados, con frentes muy cortos. Sin un plan maestro o parcial que determine afectaciones y vías secundarias, los urbanizadores siguen construyendo en lotes irregulares, lo que vuelve imposible crear nuevas rutas internas. Y eso también urge resolver”.
"Todas las vías de la ciudad con alto tráfico y congestión. Un desastre la planificación vial en Guayaquil. Un choque y es un proceso eterno para que abran las vías".
A su criterio, el caos de ayer revela un problema estructural: una ciudad que crece sin un esqueleto vial planificado.
Esa misma lectura comparte el arquitecto Felipe Huerta Llona, quien considera que el colapso de la arteria es “una demostración de las décadas acumuladas por la ausencia de planificación en movilidad urbana e interprovincial”.
Huerta explica que esta situación está directamente relacionada con la errática clasificación del suelo y el predominio de los intereses inmobiliarios sobre una visión técnica de ciudad. “Se priorizó el negocio del suelo sobre el crecimiento físico y demográfico ordenado, y a eso se sumó la nula funcionalidad del transporte público de pasajeros, bienes y servicios. Todo eso potenció geométricamente el parque automotor privado, como una respuesta inevitable de la gente ante un sistema que no ofrece alternativas”.

"Planes hay, sí, pero siguen solo en el papel"
"Guayaquil necesita una autopista nueva para conectar a la ciudad con Salinas. Así la ruta actual sería solo para dirigirse a las urbanizaciones (...) y a Playas. Hay opciones para oxigenar la ruta".
El urbanista sostiene que resolver la movilidad de Guayaquil es una tarea urgente de coordinación interinstitucional. “Se requiere la intervención conjunta del Estado, con asignación de recursos financieros suficientes y oportunos, y sobre todo voluntad, decisión política y técnica para confrontar lo que ya constituye un proceso de metástasis en la estructura urbana”, afirma.
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Para Huerta, lo que pasa en vía a la costa es apenas una muestra de lo que ocurre en el resto del país. “Por esta ruta de disfuncionalidad van todas las ciudades mayores, medianas y pequeñas del Ecuador. Todas sujetas a una nula visión de la realidad y a la falta de planificación derivada de la omisión institucional. Porque planes hay, sí, pero siguen solo en el papel”, sentenció.

“Aún hay tiempo para que la vía a la costa no repita el caos de La Puntilla”
Para el arquitecto y urbanista Juan José Jaramillo, Guayaquil todavía está a tiempo de no repetir el error de Samborondón en la vía a la costa, donde la falta de planificación urbana impidió crear vías secundarias que alivien el tráfico.
El especialista explica que en las urbanizaciones ya construidas es casi imposible abrir rutas alternas, ya que eso implicaría “romper cerramientos y enfrentar una fuerte resistencia ciudadana”. Sin embargo, aclara que todavía hay muchos lotes sin edificar, y allí el Municipio tiene la oportunidad de planificar afectaciones viales que permitan abrir calles secundarias en el futuro.
“Estamos a tiempo de no repetir la problemática que tuvo Samborondón. En La Puntilla ya es prácticamente imposible conectar vías, porque al haber ciudadelas cerradas no se puede intervenir sin derrumbar muros. Si eso se repite en la vía a la costa, el escenario será aún más crítico”, advirtió Jaramillo.
El urbanista insistió en que la clave está en planificar desde ahora la red vial del sector, antes de que el crecimiento inmobiliario vuelva irreversible el caos vehicular.
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