
La avenida Ernesto Albán revive su comercio y despide el 2025 con vitrinas encendidas
Entre vitrinas encendidas, encebollados madrugadores y monigotes la avenida despide el año recuperando su pulso comercial
Una de las avenidas más importantes del sur de la ciudad, la Ernesto Albán, termina 2025 en pleno proceso de reactivación. Durante el año que se va, muchos locales cerraron sus puertas asfixiados por la inseguridad: grupos de delincuencia organizada exigían extorsiones que llegaban hasta los 3.000 dólares por la llamada “vacuna”. Para varios comerciantes, irse fue la única opción.
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Pero este 31 de diciembre de 2025 marca un nuevo amanecer. A lo largo del año, a la altura de la ciudadela Morejón Almeida, se inauguró un TÍA GO, y ese hito se convirtió en un punto de inflexión. La llegada de este nuevo establecimiento devolvió la confianza y animó a otros comerciantes a apostar nuevamente por la avenida.
Cruzando la avenida 25 de Julio está un local de Mini Comisariato lo que también dinamiza el comercio y la llegada de los clientes.
Más al sur, en la ciudadela Guangala, el 30 de diciembre abrió un negocio especializado en proteína animal. Allí, la libra de cerdo se vende a 2,20 dólares y la de pollo a 1,20 dólares, precios que reflejan un esfuerzo por atraer clientes y volver a dinamizar la zona.

Un amanecer de trabajo
Este 31 de diciembre, en la Ernesto Albán a nadie “se le pegó la sábana”. Desde las 06:00 ya había locales abiertos y, de forma general, a las 07:00 la avenida lucía vitrinas encendidas: ropa, zapatos, desayunos y hasta gabinetes de belleza atendían desde temprano. Después de todo, hay que recibir el Año Nuevo con un nuevo look.
Los vecinos comenzaron la jornada preparando la cena de despedida del año. Muchos hicieron fila en la picantería Ángel & Anahí para desayunar un encebollado y, de paso, asegurarse de que el 1 de enero también habrá atención para curar el chuchaqui con el plato típico. El local abrirá durante el feriado desde las 06:00.
En esta sinfonía comercial no faltan las tiendas de barrio ni los comerciantes informales. Braulio, por ejemplo, vende agua de coco; otros puestos ofrecen frutas sin incremento de precios: la libra de uva se mantiene entre 2 y 2,50 dólares, y la cereza en 2 dólares.

Del lado de la Huancavilca Sur ya están colocados los monigotes. En este 31 de diciembre, la avenida Ernesto Albán recupera su vida comercial, con atención prevista hasta las 21:00. A esto se suman tres asaderos de pollos que aspiran vender alrededor de 800 unidades: el pollo entero cuesta 8 dólares y el pollo y medio, 17 dólares.
La reactivación de la avenida Ernesto Albán no es solo una buena noticia comercial: es una señal de resistencia. Donde hubo miedo, hoy vuelve el trabajo; donde hubo cierres, hoy se levantan cortinas. Este cierre de año deja una lección clara: cuando la comunidad se mantiene firme y el comercio se niega a desaparecer, la esperanza encuentra la forma de regresar. El 2026 comienza aquí, en una avenida que decidió no rendirse. Ellos cuentan con una comunidad que se ha reunido TT
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