
La Aurora busca orden tras años de crecimiento caótico
Con el plan El Nuevo Daule se pretende convertir a este cantón en un clúster de desarrollo proyectado al 2040
La Aurora, en Daule, creció sin pedir permiso. En pocos años pasó de ser una parroquia tranquila a convertirse en un territorio saturado de urbanizaciones, centros comerciales y construcciones que avanzaron más rápido que la planificación.
Las calles, los espacios públicos y los servicios básicos no siguieron el mismo ritmo, y hoy los vecinos conviven con problemas que van desde la falta de áreas verdes hasta el colapso de infraestructuras pensadas para una población mucho menor.
Ante ese escenario, el Municipio de Daule presentó un nuevo plan de desarrollo urbano que busca poner orden en el caos, aunque en la comunidad persiste la duda de si esta vez lo escrito en el papel se transformará en acción.
El plan, denominado El Nuevo Daule, aspira a convertir este cantón guayasense en un clúster de desarrollo proyectado hacia el 2040, “con una planificación urbana eficiente y sostenible”, para diversificar su economía, explicó Félix Jaime, director de proyectos de la consultora Ciudades con Futuro.
A finales del año pasado se realizó una actualización del Plan de Uso y Gestión de Suelos y del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT), que ya es aplicado hoy.
Con estos instrumentos se plantea seguir atrayendo inversiones privadas cada año (proyectos inmobiliarios y comerciales), pero de forma que el crecimiento de La Aurora siga una hoja de ruta definida, para lo cual se diseñó una nueva malla de movilidad. “Ya no se trata simplemente de trazar vías o lanzar la expansión, sino de hacerlo en función de todas las variables del territorio”, expuso Jaime.
El plan urbanístico presentado días atrás en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) contempla tres fases: la planificación, entre 2024 y 2027; el crecimiento con criterios de sostenibilidad, entre 2026 y 2036; y, de 2027 a 2040, la proyección de Daule como una ciudad “inteligente y vanguardista”.
Se prevé un desarrollo a través de polígonos, planificación distrital, mayores espacios verdes y estructura para la movilidad sostenible, con el objetivo de convertirla en una “ciudad de 15 minutos”.
La Aurora "ha crecido siete veces su tamaño máximo"
Sin embargo, el desarrollo en La Aurora ha sido desordenado en las últimas décadas. Jaime reveló que, desde hace 20 años, esa parroquia “ha crecido siete veces su tamaño máximo” de forma orgánica. “Ahora, con planificación, lo que se busca es sacar la mayor ventaja y lograr un equilibrio entre la inversión inmobiliaria, la movilidad y las oportunidades de desarrollo para el cantón”, dijo.
Agregó que la parroquia continúa expandiéndose hacia la T de Salitre y que el crecimiento no se orientará a zonas de riesgo, sino hacia espacios seguros con infraestructura sostenible.
Entre la ciudadanía, no obstante, hay reparos. Wilson Sabando, residente de Villa Club desde hace 11 años, teme que el crecimiento urbanístico se desborde y prime la inversión sobre un desarrollo en armonía con los espacios naturales y la movilidad.
“Vemos cómo ya hay discotecas, bares, restaurantes que generan ruido muy cerca de las zonas residenciales sin ningún tipo de control. Continúan dando permisos para más construcciones. Ojalá que, efectivamente, haya una hoja de ruta, una verdadera planificación, y no se pierda lo poco que le queda de espacios naturales a La Aurora”, expresó.

La Aurora: Congestión vehicular y dotación de servicios básicos
La parroquia también enfrenta otros problemas derivados de ese crecimiento desordenado, como la congestión vehicular.
Jaime explicó que dicha problemática también involucra a Guayaquil y La Puntilla, aunque una ventaja de La Aurora es el posicionamiento de vías entre urbanizaciones.
“La estrategia, por lo menos a corto o mediano plazo, es continuar con la construcción de nuevos viales, seguir gestionándolos e implementando etapas de este proyecto, para así generar nuevas rutas de movilidad”, argumentó el arquitecto.
Sobre el paso de vehículos pesados por la avenida León Febres-Cordero, el alcalde Wilson Cañizares indicó que el problema persistirá mientras no se construya un nuevo puente entre la parroquia Los Lojas y El Chorrillo, para desviar el tránsito hacia la vía a Daule.
Si bien el proyecto se desarrolla entre el Municipio de Daule y la Prefectura del Guayas, aún se encuentra en fase de estudios.
La dotación de servicios públicos ha sido otra queja constante en esta parroquia. Solo en lo que va del año, cortes inesperados han dejado sin agua potable a miles de habitantes. Aquello incluso motivó acciones judiciales por parte de la Defensoría del Pueblo.
Cañizares señaló que la planta de agua inaugurada hace pocos meses en la parroquia “trabaja a tope” y que ya se gestiona la contratación de un módulo adicional de 170 litros por segundo para atender la demanda.
(Lee también: El caos vial evidencia la falta de planificación en La Joya, en La Aurora)
Mientras tanto, los habitantes de La Aurora siguen esperando que el crecimiento deje de ser sinónimo de improvisación.
“Queremos servicios públicos de calidad, sobre todo el agua, porque este año hemos tenido algunos problemas; (queremos) transportación eficiente; seguridad, que la hemos perdido ya hace rato. Y el desarrollo de La Aurora ya no debe permitirse dejar de lado esos temas”, expresó Cinthia Reyna, habitante de Sambo City.
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