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El Bosque Cerro Blanco es el pulmón de la ciudad de Guayaquil y ofrece actividades para grandes y pequeños.cortesía Cerro Blanco

Guía para disfrutar Cerro Blanco: senderos, rutas en bici y avistamiento de aves

Escapadas | El Bosque Protector Cerro Blanco ofrece senderos, ciclismo, camping y avistamiento de especies únicas

En el kilómetro 16 de la vía a la Costa, en plena Cordillera Chongón Colonche, se levanta el Bosque Protector Cerro Blanco, una reserva privada de más de 6.000 hectáreas que se ha convertido en el pulmón verde más grande de Guayaquil. Administrado por la Fundación Pro Bosque, este espacio natural no solo resguarda uno de los ecosistemas más amenazados del planeta, sino que también abre sus puertas a visitantes que buscan naturaleza, aventura y educación ambiental.

El proyecto nació hace más de tres décadas con el objetivo de conservar este remanente único, considerado por la UICN como un ecosistema en peligro crítico. La escasez de agua en ciertos períodos del año ha moldeado un hábitat donde especies de flora y fauna han desarrollado sorprendentes adaptaciones para sobrevivir. Hoy, Cerro Blanco es un refugio vivo que combina conservación con experiencias turísticas responsables.

Un lugar con especies emblemáticas 

El bosque seco tropical de Cerro Blanco es hogar de especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Entre ellas destacan aves como el gavilán dorsigris y el carpintero de Guayaquil. El emblema histórico del bosque es el papagayo de Guayaquil, recordado como símbolo de conservación pese a que ya no se encuentra en estado silvestre.

Los visitantes también pueden sorprenderse con la presencia del mono aullador de la costa, el venado de cola blanca, tigrillos y osos hormigueros. En cuanto a flora, los ceibos, pijíos y guayacanes pintan el paisaje con su imponencia y colores estacionales, recordando la belleza del bosque seco.

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El Bosque Cerro Blanco cuenta con una variedad de fauna silvestre propia del bosque seco.cortesía Cerro Blanco

El trabajo de conservación se realiza en coordinación con el Ministerio del Ambiente, especialmente en la liberación de especies que son previamente evaluadas para garantizar que pertenecen a este hábitat. Además, las cámaras trampa instaladas en la reserva capturan imágenes de la fauna, una forma de mostrar a los visitantes que, aunque no siempre se los vea, los animales viven en libertad en su entorno natural.

Senderos, bicicletas y noches bajo las estrellas

Cerro Blanco no es solo un espacio de conservación, también es un lugar para vivir experiencias. Actualmente ofrece cuatro rutas de senderismo, cada una con distintos niveles de dificultad, tiempo y biodiversidad. Todas las caminatas se realizan con guías especializados, quienes no solo garantizan la seguridad, sino que también enriquecen la visita con datos sobre la fauna, la flora y la importancia de la conservación.

Las rutas son las siguientes:

  1. Sendero Buena Vista: dura 1 hora y 15 minutos. Incluye un mirador panorámico, área de picnic, árboles gigantes y observación de aves.
  2. Sendero Canoa: el más visitado, con 1 hora y 30 minutos de recorrido. Conduce a una corriente de agua que varía según la época del año.
  3. Sendero Higuerón: de 2 horas y 30 minutos, asciende hasta 350 metros sobre el nivel del mar, con vistas panorámicas y posibilidad de avistar reptiles, insectos y posiblemente mamíferos.
  4. Sendero Mono Aullador: el más exigente, con 4 horas y 30 minutos de caminata. Permite observar monos aulladores, aves y panorámicas de manglares y zonas urbanas.

Para los amantes de la bicicleta, existe una ruta de 4 kilómetros en la parte baja del bosque, ideal para quienes buscan combinar deporte y naturaleza. El aviturismo es otro de los grandes atractivos: más de 320 especies registradas convierten a Cerro Blanco en un punto clave para los observadores de aves en Ecuador.

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Una de las actividades que se puede realizar en Cerro Blanco es el avistamiento de aves.cortesía Cerro Blanco

La experiencia se amplía con el camping, disponible en tres áreas equipadas con duchas y servicios básicos, perfectas para pasar la noche bajo un cielo despejado. Además, las zonas de picnic y los espacios para eventos al aire libre permiten celebrar desde cumpleaños hasta bodas en un entorno natural incomparable.

Reglas, costos y recomendaciones para la visita

El ingreso al bosque tiene un costo accesible: $5 para adultos, $4 para niños, $2,50 para adultos mayores y $10 para extranjeros. A esto se suma el valor del guía, que parte desde los $15, independientemente de si se trata de una sola persona o un grupo de hasta diez visitantes.

El horario de atención es de 08:00 a 16:00 todos los días, aunque las reservas deben gestionarse de lunes a viernes en un horario de 09:00 hasta las 16:00 para asegurar la disponibilidad de guías.

Entre las recomendaciones principales están mantener silencio en los senderos, no ingresar con mascotas, evitar el uso excesivo de plásticos y respetar la señalética. Cerro Blanco no es un zoológico, sino un hogar vivo donde los animales se mueven en libertad. Por eso, cada recorrido es distinto y cada visitante tiene la oportunidad de descubrir algo nuevo.

Eventos para octubre

Con el fin de atraer turistas tanto locales como extranjeros Cerro Blanco organiza eventos especiales en fechas clave. Para le sábado 25 de octubre se realizará el Halloween Kids y el Campamento del Terror, ambos eventos son para niños donde podrán disfrutar del senderismo, concursos de disfraces y pasar una noche acampando en el bosque.

El viernes 31 de octubre se llevará a cabo el Bosque del Terror, un evento solo para adultos donde las personas podrán realizar caminatas nocturnas y participar de una función de cien al aire libre con comida incluido. 

Un tesoro comunitario y un futuro en conservación

Más allá de la experiencia turística, Cerro Blanco representa un tesoro para la comunidad guayaquileña. En 2024 recibió alrededor de 16 mil visitantes, una cifra que refleja el interés creciente por el turismo de naturaleza y que se traduce en recursos para la conservación.

En palabras de quienes trabajan día a día en su conservación, Cerro Blanco es “un hogar que debemos cuidar”. Y esa es quizá la mejor definición: un espacio donde la naturaleza y la comunidad se encuentran, recordando que la verdadera riqueza de Guayaquil no solo está en su río y su puerto, sino también en este pulmón verde que late a pocos minutos de la ciudad.

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