Frío en Guayaquil
Por el clima. Hay quienes, según afirman, salen a la calle con abrigo y no solo para protegerse del coronavirus.CHRISTIAN VASCONEZ

“Los días en Guayaquil saben cada vez menos a cuarentena”

El cambio de clima empieza a sentirse en la ciudad. En relación a mayo de 2019, se registran temperaturas nocturnas más bajas

Que las mañanas de Guayaquil saben cada vez menos a cuarentena. Es lo que piensa Analía Mero, habitante de la ciudadela El Paraíso, pero no necesariamente porque la ciudad haya cambiado el color del semáforo y se vea más gente en las calles, sino por el frío que ahora se siente.

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Desde el pasado viernes, Mero asegura que ha tenido que sacar de su bodega todas esas colchas que generalmente sacaba recién en julio. “Llevo tres días durmiendo con calcetines y tomo más café y chocolate caliente que nunca. Por el clima, escucho hasta música más relajante. Todo juega a mi favor para pensar que la cuarentena ha pasado. Amo este clima”, manifiesta, al asegurar que ahora sí “y con ganas”, se sienta en su balcón -hace énfasis, con su bebida hirviendo- a leer u observar los cerros que rodean su ciudadela. Y que por las mañanas, “amanecen con neblina”.

Como ella, solo en redes sociales como Twitter, decenas de ciudadanos -desde el 18 de mayo anterior aproximadamente- han empezado a compartir sus experiencias frente al tema. Se adelantó el verano en Guayaquil, qué manera de hacer frío señores, publicó el usuario @jlestrada4257; mientras el también guayaquileño Daniel Albán, en la misma red, coincidió, asegurando que, al menos la madrugada de ayer, tuvo que levantarse para abrigar más a su hija.

Ahora para ir a las tiendas, no sales en chompa solo para evitar contagiarte del coronavirus, sino por el frío que hace. Qué mañanas tan heladas.

Katthy Cerezo,
​habitante de vía a la costa
Frío en Guayaquil
Hecho. Por las mañanas, muy temprano, aún se siente frío. Las temperaturas bajan entre la medianoche y las 7:00.CHRISTIAN VASCONEZ

“El clima de Guayaquil está más frío que el corazón de mi ex”, se leyó también en Twitter, donde han sido publicados ya hasta memes de personas con bufanda y guantes que simulan estar caminando por la avenida 9 de Octubre. Pero, ¿es real esa sensación que se percibe en la ciudad? ¿Ha bajado acaso la temperatura antes de tiempo?

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Sí, pero con una diferencia de apenas unos días y solo durante las madrugadas y las noches. Y es que si bien es común que en mayo -por la transición de la temporada lluviosa a la seca, sobre todo en la parte centro y sur del Litoral ecuatoriano- el clima empiece a cambiar, explica a EXPRESO José González, coordinador del Instituto Nacional de Meteorología en Hidrología (Inamhi) en Guayaquil; el año pasado la temperatura mínima durante este mes fue de 24 grados y se reportó recién el 24 de mayo, y esta vez el registro fue de cuatro grados menos y se generó cinco días antes: el 19.

Hoy me tuve que levantar por un abrigo y calentador para poder seguir durmiendo, oficialmente ya hace mucho “frío” en Guayaquil.

Raquel Navas,
​guayaquil

Según González, este cambio obedece al ingreso de masas de aire frías y secas desde el sur del continente, al paulatino enfriamiento de las aguas del océano Pacífico frente a nuestras costas (de a poco empieza a arribar la corriente fría de Humboldt) y a la estabilización de la atmósfera a causa del Anticiclón del Pacífico Sur.

El experto en climatología Raúl Mejías coincide y asegura que esa diferencia en la temperatura entre un año y otro puede estar influenciada porque las aguas del Pacífico frente a nuestras costas probablemente estuvieron más frías con respecto al 2019. “Esa es la razón más probable”, manifiesta.

Sin embargo, Mejías considera que los valores, que han dado cabida también a los vientos, están dentro del parámetro normal. “Las temperaturas han empezado a disminuir, pero serán los meses de julio, agosto y septiembre, donde se espera que estén bajo los 20 grados”, advierte.

Es un alivio que llegue el frío porque no tendré, al menos por las noches, por qué prender el aire. Durante el confinamiento, la planilla me salió elevadísima. Esta es una preocupación menos.

Érika Guerrero,
​habitante de La Garzota
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En septiembre del año pasado, según una nota publicada por este Diario, la zona del aeropuerto, cuya estación es la única que lleva el registro histórico del clima (el resto, lo reporta a diario); presentó las temperaturas más bajas de los últimos 30 años: 19 grados, uno o dos menos que el valor habitual. Para el 2020 se espera algo similar, aunque, advierte el Inamhi, “aún es prematuro saberlo”.

Según el boletín meteorológico de la institución, desde la medianoche y las 07:00 del 25 de mayo, la temperatura más baja en la ciudad fluctuó entre los 20 y 22 grados. Los valores mínimos fueron reportados en las estaciones de Puerto Hondo y en las zonas cercanas al aeropuerto José Joaquín de Olmedo y la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, en el norte del Puerto Principal.

Según el teniente Leonardo Alvarado, jefe de la División de Oceonagrafía del Inocar, existe una estrecha relación entre el mar y el clima. La institución mensualmente monitorea la temperatura superficial del mar para confirmar si es posible la llegada de El Niño.

Frío en Guayaquil
Hecho. Las familias, al menos hasta las 7:00 u 8:00, perciben esa sensación de enfriamiento en la ciudad.CHRISTIAN VASCONEZ

El año pasado, durante este mes, las temperaturas fueron más altas porque hubo lo que se conoce como un evento de El Niño débil. Con la llegada del fenómeno se calientan las aguas, explica. “Esta vez no hubo esa incidencia, las temperaturas, por lo tanto, están bajas, frías, lo que incide en el borde costero”, advierte.

Clima En lo que va de mayo en Guayaquil, las temperaturas máximas registradas han estado entre los 30 y 33 grados centígrados. Siempre durante el día.
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Ayer, Andreína Segovia, quien vive en la décima etapa de la Alborada, dijo también sentir ese enfriamiento del que todos ya hablan, y que al igual que Mero, la está ayudando a experimentar su confinamiento de una forma “más suave”.

Quizás sea, cuestiona, porque el frío la ha puesto siempre de buen humor. “Amo Guayaquil, pero para mí sería perfecto si el clima que tuviera fuera el de la Sierra. Creo que el confinamiento lo hubiese llevado mejor si el frío hubiese llegado en marzo. Así por lo menos me arrullaba y no me quedaba despierta, pensando en todo lo que ocurría afuera con el coronavirus”, piensa.

La humedad que caracteriza a Guayaquil hizo más complicada la cuarentena. Ahora se está yendo y eso está haciendo más fácil, por decirlo de alguna manera, el confinamiento.

Mariana Delgado,
​habitante de la Pradera 

Otro de los beneficios, a su juicio, están ligados a la reducción de pago en las planillas de luz. “Sé que hay quejas porque no se ha hecho una correcta medición con los medidores, en lo personal me aumentó el valor a pagar 4 veces y aunque he iniciado los reclamos, estoy consciente de que debo pagar más porque durante la cuarentena y con el calor de la ciudad, todo el día usaba el aire”.

Con ella concuerdan otras decenas de guayaquileños, que le dan también la bienvenida al frío por ser incierto aún cuánto tiempo más deberán permanecer encerrados en casa. Y, con ello, con el aire y los ventiladores prendidos.