Editorial: Por lo que el país en verdad debe marchar

Los ataques y restricciones reafirman los temores de que la dictadura podría imponerse a la democracia

Si por algo en verdad hay que marchar en este país es por preservar la vida de los ecuatorianos y por mantener la independencia de la justicia y de la prensa libre.

La muerte de los recién nacidos en un hospital público no puede dejarse pasar como un evento intrascendente; es una tragedia que desnuda la terrible e insostenible crisis del sistema de salud en Ecuador. Y es justamente por su rol de primer mandatario y por haber sido quien designó a las autoridades sanitarias a cargo, que la responsabilidad de lo sucedido recae en el presidente de la República. Está en sus manos, por lo tanto, el poner fin, de una vez por todas, a la negligencia y a las mafias que tienen secuestrado al sistema de salud. Y no es convirtiendo a los miembros de la Corte Constitucional en enemigos públicos, ni impidiendo que un periodista de este Diario cubra la marcha que se llevó a cabo ayer como va a lograrlo.

Exponer los rostros de los jueces de la CC en vallas o expulsar -exclusivamente- a un periodista de EXPRESO de una cobertura solo reafirma los temores de que la dictadura podría imponerse a la democracia bajo la justificación de querer resolver los males de este país. La mayoría de los problemas del Ecuador no requieren de reformas constitucionales sino de voluntad política, y sin embargo permanecen intocados.