En 2016, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) registró 1.219 casos de suicidio en el país. Fue la duodécima causa de mortalidad general, por encima de algunos tipos de cáncer, los homicidios y del virus de inmunodeficiencia (VIH).

Anualmente, una parte de esos casos la conforman adolescentes y jóvenes. En 2018, por ejemplo, con 268 registros, el suicidio fue la segunda causa de mortalidad en personas de entre los 10 y 19 años, por encima de cualquier enfermedad. Solo superado por el número de víctimas de los accidentes de tránsito, 1.950.

Ante ello, dos estudiantes politécnicos, Nicole Obando y Daniel Valencia, diseñaron Arkangel, un prototipo de aplicación móvil que busca prevenir las conductas suicidas en usuarios de 10 a 16 años.

“Encontramos que hay suicidio en menores, eso yo no lo sabía. Y en Ecuador se registra desde los 10 años. Me pareció algo impresionante y busqué qué se estaba haciendo para tratar esto. Son muy pocas las campañas de prevención”, explica Obando.

La herramienta digital fue lanzada a través de Google Play el pasado 22 de enero, con el fin de fortalecer la salud mental de los adolescentes con diversas actividades que brinda la aplicación (app).

Esta consta de tres partes: test de personalidad, que busca estimular al adolescente a identificar emociones, con la finalidad de conocer el tipo de personalidad; desahogo de emociones, que estimula al usuario a desahogar sus conflictos emocionales a través de una actividad; y la comunicación afectiva, donde se ofrece la oportunidad de contactar a un tutor, que puede ser el padre. Del otro lado de la pantalla, el guía recibirá una notificación y recomendación de cómo ayudar a resolver el problema que tiene el adolescente.

Obando y Valencia son estudiantes de la Facultad de Arte, Diseño y Comunicación Audiovisual (Fadcom), de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), y están próximos a obtener sus títulos profesionales.

Para realizar el proyecto contaron con la asesoría de especialistas en el área. Por ejemplo, Isabel Castro, coach en psicología positiva y creadora de The Happiness Society Ec, fue la encargada de asesorar las actividades que brinda el sistema.

Luis Sigüencia, psicólogo, desde su experiencia, ayudó a identificar las causas y señales de conductas suicidas.

Arkangel busca mitigar la escasa presencia de herramientas digitales para prevenir el suicidio desde una edad temprana, y tiene como particularidad a sus cuatro personajes, los cuales se diferencian no solo por el tamaño, sino también por su color (ver detalles en la infografía).

• 268 casos de suicidios de menores de edad se registraron en 2018, la segunda mayor causa.
• 1.219 suicidios se registraron en el país en 2016, según datos socializados por el INEC ese año.

El personaje es una vía de conexión emocional con el menor, pues al ver algo tierno, como una patineta, se sentirá identificado, explica Obando.

Según Daniel Valencia, la definición de los colores fue de suma importancia, dado que la aplicación es dirigida a los adolescentes, por lo que buscaron captar su atención a través de esta vía. Los expertos recomendaron evitar el uso de colores fuertes, porque podrían influir en el estado de ánimo de los usuarios.

El objetivo de la app es mejorar la calidad de vida de los adolescentes y estimular la comunicación afectiva con sus padres o tutores. Además, convertirla en una herramienta de uso diario y trabajar en conjunto con psicólogos para que recomienden a los pacientes su uso.

Al respecto, el psicólogo Marcos Salazar, del Hospital de Monte Sinaí, explica que habría que probar la aplicación. “Para mí es muy importante el contacto con la persona. Creo que es mucho más valioso el contacto frente a frente... (Aunque) puede ser algo alternativo para que el adolescente se comunique con respecto a sus emociones”, opina.

Otras iniciativas

En el país existe otra aplicación que brinda asistencia emocional, anima.ec; se dio a conocer en septiembre del año pasado, el 10 de septiembre, Día de la Prevención del Suicidio. El Instituto de Neurociencias, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y una agencia de publicidad realizaron el lanzamiento.

Esa herramienta digital cuenta con sus propios especialistas, los médicos del Neurociencias. Para la app también se ha reclutado a estudiantes de la carrera de psicología de la UEES y de otras universidades. La función allí es brindar consejos terapéuticos a los usuarios, con el fin de prevenir muertes prematuras.

En otros países existen diversos programas de prevención de suicidio. Sin embargo, no todos cuentan con una evaluación sistemática del número de casos o las conductas suicidas, pues la mayoría evalúa el programa en torno a los factores asociados, tales como la depresión o el grado de conocimiento sobre la temática.

Constan: Surviving the Teens, que busca prevenir los suicidios en adolescentes del Cincinatti Children’s Hospital; Adolescents Depression Awareness Program (ADAP), un programa curricular para colegios que busca educar a los alumnos, profesores y padres acerca de la depresión; Signs of Suicide (S.O.S), que consiste en enseñarle a los alumnos a responder a los signos de suicidio en sí mismos y en otros como una emergencia; y Care, Assess, Respond, Empower (CARE): que crea una red entre el alumnado, los profesores y sus familias, para acoger a adolescentes que presenten ideas suicidas, detectadas a través de un screening computacional realizado en su colegio.

• Una problemática que tiene impacto mundial

Según la Unicef, el suicidio es una de las principales causas de muerte en el mundo. Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se distingue por un lazo color naranja.

La OMS y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio ( IASP) fueron los organismos que designaron esa fecha con la intención de dar a conocer una de las causas numerosas en muertes prematuras.

En Ecuador, en los centros de salud y hospitales públicos hacen frente a esta problemática con charlas preventivas a nivel primario, es decir, que son conversaciones dirigidas para toda la población, las cuales se desarrollan en las salas de espera.