
Aceras y parterres rotos ponen en riesgo a peatones en el norte de Guayaquil
Hay tramos dañados en avenidas como Francisco de Orellana y Agustín Freire; expertos señalan la falta de mantenimiento
Yolanda Márquez salía del edificio del Servicio de Rentas Internas (SRI) el pasado miércoles, tras realizar trámites para su negocio. Era mediodía y, al descender por las escalinatas junto a la acera, sobre el costado de la avenida Francisco de Orellana, un tramo de la superficie saltó de su lugar. La mujer se desestabilizó, pero logró mantenerse en pie.
En ese tramo de la avenida Orellana, entre las calles Justino Cornejo y José Santiago Castillo, el daño en parte de la acera es evidente desde hace varios meses, según quienes laboran a diario en el sitio.
“Es un riesgo, puede haber caídas peligrosas. Hay personas mayores que vienen a hacer trámites y hay pedazos salidos; se pueden tropezar”, dijo Márquez.
En la esquina de la avenida Francisco de Orellana y Justino Cornejo hay al menos cuatro bloques grandes dañados. Fue en ese sitio donde Márquez sufrió el percance la semana pasada.
Este es uno de los puntos del norte de Guayaquil en los que se registra un marcado deterioro de aceras y parterres, lo que afecta la movilidad ciudadana.
Acera destruida en Urdesa central
En Urdesa se evidencian varios puntos con aceras destruidas. Uno de los casos más notorios se registra en la intersección de las calles Guayacanes y Dátiles, por donde a diario ingresan cientos de vehículos desde la avenida Carlos Luis Plaza Dañín hacia esta ciudadela del norte.

Vecinos del sector explican que, en ocasiones, debido a la estrechez del cruce, los vehículos se suben a la acera, lo que ha terminado por dañar su infraestructura.
“Esa esquina (la acera) va a terminar hecha pedazos. El roce constante con las llantas hace que se desprenda poco a poco”, contó Xavier Torres, quien vive a tres cuadras del sitio y todos los días camina por ese tramo.
Parterre central dañado en la avenida Agustín Freire
Más hacia el norte, en la avenida Agustín Freire, entre Isidro Ayora y Antonio Parra Velasco, varios segmentos del parterre central presentan daños.
Moradores de las ciudadelas Sauces 2 y La Garzota 2, ubicadas en la zona, señalaron que grandes fragmentos de piedra, desprendidos del parterre, caen sobre la calzada, una situación que en más de una ocasión ha estado a punto de provocar accidentes y poner en riesgo a conductores y peatones.
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“El parterre tiene años dañado, pero tampoco hay señalización adecuada para la gente que cruza. En toda esta zona hay personas que van a coger los buses a Durán, La Puntilla y La Joya. Es una zona con muchos peatones y no hay que exponerlos de esa forma”, señaló Adrián Molina, administrador de un restaurante en Sauces 2.
Falta de mantenimiento a aceras y parterres en el norte de Guayaquil
La arquitecta Lorena Sánchez, docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Guayaquil, advirtió que el deterioro de aceras y parterres en el norte de Guayaquil responde, en gran medida, a la falta de mantenimiento y a decisiones técnicas inadecuadas en el uso de materiales.
Explicó que los parterres, en el caso de la avenida Agustín Freire, cumplen un rol clave como separadores viales y espacios de refugio peatonal, especialmente en avenidas amplias donde los cruces deben hacerse en dos tiempos. Sin embargo, cuando estos espacios no están bien diseñados ni conservados, se convierten en focos de riesgo para peatones y conductores.
Sobre los adoquines utilizados en aceras y parterres, explicó que muchos de ellos “se asientan sobre bases de arena sin un confinamiento adecuado. Con el paso del tiempo y el drenaje del agua, esa arena se pierde, los adoquines se aflojan y se desplazan”.
Además, Sánchez identificó como principales obstáculos los elementos publicitarios ubicados en esquinas y cruces, así como rampas mal diseñadas, con pendientes excesivas y empalmes deficientes con cunetas y calzadas reasfaltadas, que generan verdaderas “trampas” para el peatón.

Según la experta, cualquier intervención en aceras y parterres debe responder a un enfoque técnico integral que priorice la continuidad, la accesibilidad y la seguridad vial. La ciudadanía espera una urbe más amigable con el peatón; de ahí que exijan que el Municipio, las entidades gubernamentales o la empresa privada sean más “empáticos” con sus entornos y con quienes los transitan.
“Quien tenga la responsabilidad de hacer sus espacios más amigables, por favor, reaccione. En la ciudad son contados los sitios que están hechos para el peatón. Aquí urge compromiso, un trabajo conjunto e integral, más allá de las competencias. Esto responde a voluntad”, señaló Nadia Lara, residente de la ciudadela Kennedy.
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