
Suplementos esenciales para cada etapa de la vida: Infancia, adultez y vejez
Desde la vitamina D hasta el calcio, aprende qué suplementos son fundamentales para una vida saludable en cada etapa.
A medida que la vejez se acerca, las necesidades nutricionales cambian significativamente, lo que hace que la suplementación pueda convertirse en una herramienta clave para mantener la salud en óptimas condiciones. Desde vitaminas esenciales en la infancia hasta compuestos que favorecen el envejecimiento saludable, cada etapa de la vida tiene sus propios requerimientos.
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Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el estado nutricional óptimo es fundamental para el desarrollo físico y mental, así como para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles en todas las etapas de la vida”. Por eso, adaptar los suplementos a cada fase puede marcar la diferencia en términos de bienestar y calidad de vida.
Infancia y adolescencia (0-18 años)
Durante la infancia y la adolescencia, el crecimiento acelerado y el desarrollo de órganos y sistemas exigen un buen aporte de nutrientes esenciales. Sin embargo, no siempre se logran cubrir todas las necesidades solo con la alimentación.
- Vitamina D: Es fundamental para el desarrollo óseo y la absorción de calcio. La Academia Americana de Pediatría recomienda entre 400 y 600 UI diarias para niños y adolescentes, ya que “la deficiencia de vitamina D puede causar raquitismo en niños pequeños y osteomalacia en adolescentes”.
- Hierro: Es crucial para prevenir la anemia, especialmente en niños pequeños y adolescentes, sobre todo en niñas tras la menarquía. Un estudio publicado en The Journal of Nutrition concluyó que “la anemia por deficiencia de hierro afecta al 25% de los adolescentes a nivel mundial, comprometiendo el rendimiento escolar y el desarrollo cognitivo”.
- Ácidos grasos Omega-3: Especialmente el DHA, esencial para el desarrollo cerebral. Un metaanálisis en Pediatrics señaló que “la suplementación con DHA mejora la función cognitiva y la atención en niños en edad escolar”.
- Zinc: Importante para el crecimiento y la función inmune. Según un estudio de The American Journal of Clinical Nutrition, “la deficiencia de zinc afecta el crecimiento lineal y la maduración sexual en adolescentes”.
Edad adulta joven (19-30 años)
En esta etapa, las demandas de energía son altas debido al estilo de vida activo, el trabajo y, en muchos casos, la maternidad o paternidad temprana. La suplementación debe enfocarse en mantener el metabolismo activo y prevenir deficiencias que impacten el rendimiento físico y mental.
- Complejo B (especialmente B12): Las vitaminas del grupo B son esenciales para la producción de energía y el funcionamiento neurológico. Según los National Institutes of Health (NIH), “una ingesta insuficiente de vitamina B12 puede llevar a fatiga, problemas neurológicos y alteraciones en el estado de ánimo”.
- Vitamina D y calcio: Son fundamentales para consolidar la densidad ósea máxima. Un estudio publicado en The Journal of Bone and Mineral Research señala que “la acumulación óptima de masa ósea entre los 20 y 30 años es clave para prevenir la osteoporosis en la adultez”.
- • Probióticos: Contribuyen a una microbiota intestinal saludable, lo que impacta no solo en la digestión, sino también en la inmunidad. Según Frontiers in Microbiology, “la suplementación con probióticos mejora la función inmune y reduce el riesgo de infecciones comunes en adultos jóvenes”.
- Ácido fólico: Especialmente importante en mujeres en edad fértil. Según el CDC, “la suplementación diaria con 400 mcg de ácido fólico reduce el riesgo de defectos del tubo neural hasta en un 70%”.
Edad media (31-50 años)
En esta etapa comienzan a presentarse cambios metabólicos, hormonales y físicos. La prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas se vuelve un objetivo clave.
- Magnesio: Fundamental para la salud cardiovascular y el sueño. Según un estudio de Nutrients, “la deficiencia de magnesio está relacionada con el aumento del riesgo de síndrome metabólico y resistencia a la insulina”.
- Coenzima Q10: Potente antioxidante que favorece la producción de energía celular y la salud cardiovascular. Un ensayo clínico publicado en The American Journal of Clinical Nutrition concluyó que “la suplementación con CoQ10 mejora la función endotelial y reduce el estrés oxidativo en personas con riesgo cardiovascular”.
- Colágeno: Contribuye a la salud articular, cutánea y ósea. Un estudio en Nutrients mostró que “la ingesta diaria de colágeno hidrolizado mejora la elasticidad y la hidratación de la piel en mujeres mayores de 35 años”.
- Omega-3: En esta etapa, es clave para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Un metaanálisis publicado en The Lancet señala que “el consumo regular de ácidos grasos omega-3 reduce la mortalidad cardiovascular en adultos de mediana edad”.
Etapa madura (51 años en adelante)
Con el paso de los años, la absorción de nutrientes se reduce y el riesgo de enfermedades crónicas aumenta. En esta etapa, los suplementos pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida.
- Vitamina B12: La absorción de esta vitamina disminuye por la menor producción de ácido gástrico. Según un estudio de The New England Journal of Medicine, “la deficiencia de B12 es común en adultos mayores y puede causar deterioro cognitivo y neuropatía periférica”.
- Vitamina D y calcio: Claves para prevenir la osteoporosis. La Fundación Nacional de Osteoporosis recomienda al menos 800 UI de vitamina D y 1.200 mg de calcio al día para adultos mayores, destacando que “una ingesta adecuada de estos nutrientes reduce significativamente el riesgo de fracturas osteoporóticas”.
- Ácidos grasos Omega-3: Por su efecto antiinflamatorio y protector cardiovascular. Un análisis de Circulation concluyó que “la suplementación con omega-3 reduce la incidencia de eventos cardiovasculares mayores en personas mayores de 60 años”.
- Vitamina K2: Importante para la salud ósea y cardiovascular. Un estudio en Thrombosis and Haemostasis indicó que “la vitamina K2 mejora la mineralización ósea y reduce la calcificación arterial en adultos mayores”
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