Si tomas anticonceptivos orales en la adolescencia, con seguridad estás evitando un embarazo, pero lo que quizás no logres eludir es la depresión que, probablemente, desarrolles en la etapa adulta. Lo dice un estudio de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá, que se publica en el ‘Journal of Child Psychology and Psychiatry’.

Los expertos determinaron que en las usuarias adolescentes, aumentaba entre 1,7 y tres veces el riesgo de depresión en la adultez, en comparación con las mujeres que comenzaron a tomarlas ya adultas. 

Incluso, los efectos pueden prolongarse, años después de haber dejado de tomar la píldora, explica Christine Anderl, autora del estudio y becaria posdoctoral en psicología de la UBC.

Según la experta, investigaciones previas en animales, han determinado que manipular las hormonas sexuales, durante las fases importantes de desarrollo del cerebro, puede influir en el comportamiento irreversiblemente.

Otros estudios citan que en las jóvenes consumidoras de estos anticonceptivos hay mayor tendencia al suicidio. Una alerta sumamente preocupante si se considera los efectos secundarios ya conocidos, como irritabilidad, llanto, problemas de alimentación, sueño, riesgo de trombosis y dolor de cabeza.

Ante este panorama, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha solicitado se incluya en los prospectos de estos fármacos que también pueden ocasionar depresión y pensamientos suicidas.

¡Alerta!

Si estás tomando la píldora, presta atención a tus cambios de ánimo y a lo que podrían ser síntomas de depresión, como insomnio, falta de energía y apetito, pesimismo, irritabilidad, dificultades cognitivas o ideas suicidas, dice la clínica Mayo.

Además, si tienes más probabilidades de padecer depresión, consulta con tu ginecólogo por otras opciones anticonceptivas.