Son deliciosas, ricas en vitamina E y C, por lo que contribuyen a mantener en buen estado el sistema inmunológico. Se las puede comer al natural, en jugos e infinidad de recetas, pero cuidado, antes de comerlas, sométalas a una rigurosa limpieza.

Hay que considerar que estos alimentos, al ser cultivados en la tierra y regarlos con agua, pueden contaminarse de microorganismos como la giardia lamblia o echerichia coli, además de sustancias tóxicas. Y luego contagiar al ser humano, en caso de no tener adecuadas prácticas de higiene, alerta la nutricionista Irene Ávila.

La experta comparte algunas recomendaciones.

Al comprar:

- Selecciona las mejores, sin magulladuras ni muy maduras porque en esas condiciones los gérmenes harán de las suyas.

- Las frutillas, al igual que las moras, duran muy poco tiempo, una vez compradas.

- No retires sus hojas porque impiden que entren los quistes de ciertas bacterias a las frutas.

-Otra posibilidad es adquirirlas orgánicas, pero tampoco es seguro que estén ciento por ciento libres de residuos.

Limpieza

• 1. Lávalas con abundante agua durante 10 minutos, sobre todo si viene acompañadas de tierra.

• 2. Para una higiene profunda, remójalas en 1 litro de agua con 20 ml de vinagre o 3 gotas de cloro, por 10 minutos.

Los dos puntos anteriores, a criterio de la nutricionista son fundamentales, y aconseja complementar el proceso de desinfección con alguna de las siguientes opciones:

• 3. También puedes preparar una solución con jabón neutro y agua, y con un cepillo de cerdas suaves frotar sobre cada una de las frutillas para remover todas las impurezas.

• 4. El uso de bicarbonato de sodio (20 a 30 gramos) sirve solo para eliminar los residuos o impurezas superficiales que están en las frutas.

• 5. Hervirla entre 10 y 15 minutos es otras opción para desinfectarlas de parásitos.

• 6. Al finalizar el proceso, enjuaga con abundante agua. Y están listas para la preparación que desees, refrigerar o congelar.