Reto de 21 días.
Reto de 21 días.Shutterstock

El reto de 21 días y sus consecuencias a largo plazo

No vale enfocarse solamente en el número que indica la balanza. Lo ideal es conseguir herramientas que mejoren la calidad de vida de forma permanente.

Un reality televisivo en el que un grupo de 20 personas se disputaban un premio para ver quién bajaba más rápido de peso en 21 días, fue lo que motivó a Paty Carvajal, de 35 años, a inventar su propia dieta solo con jugos verdes. Aunque cuenta que pasadas tres semanas disminuyó cerca de tres kilos, esa satisfacción le duró muy poco, porque en menos de 10 días volvió a subirlos de forma drástica.

Después de ir a una nutricionista para mejorar sus hábitos alimenticios, descubrió que lo que había perdido no era grasa, sino agua y músculo.

Al igual que ella, existen decenas de personas que, en algún momento, se han dejado tentar por la facilidad de encontrar miles de dietas en Internet sin ninguna guía especializada.

Según la nutricionista Ericka Borbor, los grupos más vulnerables en seguir los retos para bajar de peso que se promocionan de forma masiva son los adolescentes y jóvenes que en su deseo por alcanzar un cuerpo irreal, prueban con muchas dietas distintas, pero fracasan. “A estas edades se puede empezar a evidenciar el inicio de una primera alimentación restrictiva, por querer ser como alguien a quien admiran o por comentarios negativos en el ambiente familiar sobre el peso de la persona”, dice la experta.

Además también son más propensos a seguirlas pacientes que durante varios años han tenido sobrepeso u obesidad, porque desean bajar muchas libras en un corto tiempo y a cualquier precio, sin importar lo que sea necesario hacer.

Pero entonces, ¿son o no recomendadas? Las especialistas en nutrición comparten con SEMANA sus puntos de vista.

En qué consiste

Es la exclusión total de ciertos alimentos para bajar de peso rápidamente. También puede incluir una gran ingesta de jugos verdes o frutas. La dieta varía según la persona que la realice.

En debate

  • Gabriela Jordán Herrería: Es un impulso para mejorar integralmente

“Si alguien no está acostumbrado a un estilo de vida saludable e incluye actividades positivas como comer alimentos sanos y hacer ejercicio, sí verá un cambio. Existen estudios que demuestran que una persona podría cambiar sus hábitos en 21 días. Lo que está mal es cuando ‘se mata’ al paciente de hambre o con infinitas horas de ejercicios sin que haya una educación nutricional integral, porque después esto puede ocasionar atracones o el efecto rebote. Si se plantea una meta a corto plazo (por ejemplo, de 21 días), debe estar asesorado por un nutricionista que le dé una guía de acuerdo con sus requerimientos, y no por personas que recomiendan dietas generales en redes sociales, porque a algunos sí les podría funcionar, pero a otros no.

Lo que no está bien son los retos extremistas en los que una persona va a ir en contra de todo lo que comía de forma radical. Estos planes deben ser vistos como un impulso para mejorar a largo plazo, porque no se aprende a alimentarse bien de un día a otro. Si en los primeros días no evidencia grandes cambios, no se desanime. Bajar de peso es un proceso. Quienes lo hacen no son los más aplicados, sino los más constantes. Recuerde: lo más importante es cuidar su salud, antes que solo un número en la balanza”.

Gabriela es nutricionista clínica especializada en Italia.

  • Ericka Borbor: Una restricción extrema puede causar ansiedad

“Hacer un reto que tiene un tiempo de inicio y fin para bajar un número específico de libras, o tener una lista de alimentos prohibidos que si son consumidos causan culpa, podría ocasionar una mala relación con la comida. Eliminar productos alimenticios por completo y que se espere que sea así para siempre, no es sostenible en el tiempo. Si se realizan los retos de manera drástica queriendo que alguien incluya frutas o vegetales en grandes cantidades, deje todas las comidas refinadas, no use frituras y tenga cero ingesta de azúcar; eso generará que el paciente sienta ansiedad, esté abrumado, tenga hambre extrema, se compare permanentemente y se sienta fracasado por no cumplirlos con éxito.

Algunas personas que hacen restricciones con técnicas poco recomendadas, como ayunos, jugos, sopas, dietas líquidas o hipocalóricas extremas, pueden tener hipoglucemia, desmayos y sensación de cansancio. De mantenerlas por largo tiempo, podría generarles carencias de nutrientes esenciales e incluso desencadenar trastornos de la conducta alimentaria, conductas de aislamiento o hasta depresión por no poder socializar debido a las críticas de la gente de su entorno.

El mango es una fruta nutritiva

Mango, sáquele el jugo

Leer más

De forma general, no recomiendo los restos y no son adecuados cuando están centrados en la imagen corporal, perfección a la hora de comer o que deben seguir una dieta restrictiva.

Sin embargo, como todo en la ciencia de la nutrición, también depende de varios factores. Por ejemplo, tendrían una visión correcta si los realiza un profesional de la salud que busca como finalidad que las personas no solo se centren en el peso, sino que mejoren su relación con la comida, fomenten su salud mental, ganen fuerza, tengan un mejor descanso y brinden estrategias que las ayuden a conocerse mejor”.

Ericka es nutricionista y dietista especialista en alimentación vegetariana y clínica avanzada.