
¿Por qué movemos la pierna sin parar? Descubre su significado psicológico
¿Por qué movemos la pierna sin darnos cuenta? Descubre qué revela la ciencia y la psicología sobre este gesto común
Es una escena común: estás en clase, en una cita o en la sala de espera del médico, y sin darte cuenta tu pierna empieza a moverse sola, como si tuviera vida propia. O tal vez es la pierna de alguien más, que no para de sacudirse y se convierte en un ruido de fondo difícil de ignorar.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué pasa esto? ¿Es solo una maña sin importancia? ¿Una costumbre que no podemos controlar? ¿O será que ese pequeño movimiento está diciendo algo que ni siquiera alcanzamos a pensar?
Aunque parezca inofensivo, ese vaivén repetitivo (que en psicología se llama comportamiento estereotipado) podría estar dando pistas sobre lo que pasa dentro de nuestra cabeza. La ciencia ha encontrado que mover la pierna sin parar es, muchas veces, una forma en la que el cuerpo libera tensión acumulada. Una respuesta automática frente al estrés, la ansiedad o incluso al aburrimiento.
Te invitamos a leer | ¿Por qué muerde tu gato? Cinco tipos de mordiscos y sus significados
Cuando el cuerpo habla por uno
El psicólogo Hugo Marietan lo explica así: no todos los gestos que hacemos vienen de un pensamiento consciente. Algunos surgen como una reacción del sistema nervioso cuando estamos saturados mentalmente. Es como si el cuerpo se moviera solo, tratando de calmarse.
Y no es el único que lo dice. En la Universidad de Harvard, el doctor Jerome Kagan encontró que este tipo de movimientos repetitivos pueden estar relacionados con una mente hiperactiva que no ha encontrado otra forma de canalizar su energía. En pocas palabras: cuando el cerebro está a mil por hora, el cuerpo busca cómo soltar esa carga.
Por eso es más común ver piernas inquietas en un salón de clases lento que durante una conversación que realmente te tiene enganchado. Es una forma de autoestimulación sensorial, como le llaman los expertos: un mecanismo que el cuerpo usa para mantenerse activo cuando lo que pasa afuera no es suficiente.

¿Cuándo preocuparse?
Aunque la mayoría de las veces mover la pierna no es más que una respuesta natural del cuerpo, hay ocasiones en las que puede ser señal de algo más serio. Uno de esos casos es el síndrome de piernas inquietas, un trastorno neurológico que genera una necesidad urgente de mover las piernas, especialmente durante la noche.
También puede estar asociado con trastornos de ansiedad, sobre todo si va acompañado de otros comportamientos como morderse las uñas, jugar con objetos o tamborilear los dedos sin parar.
Y, claro, está el aspecto social. A veces ese movimiento puede ser incómodo para quienes están cerca, porque se interpreta como impaciencia o falta de interés. Pero no siempre es justo juzgarlo así. Muchas veces, es un gesto automático que ni siquiera se nota desde adentro.
Escuchar lo que no decimos
Aprender a observar estos pequeños gestos puede ser una forma de conocernos mejor. Porque cuando el cuerpo habla, lo hace por algo. Tal vez está expresando lo que la mente aún no sabe poner en palabras.
Así que, la próxima vez que sientas esa pierna inquieta o la veas en alguien más, recuerda: a veces lo que parece solo un tic es, en realidad, una señal de lo que estamos viviendo por dentro.
La mejor información en tus manos, SUSCRÍBETE A EXPRESO.