¿Es Ético la Maternidad Subrogada? Descubre los Dos Lados del Debate
La maternidad subrogada comercial convierte al niño en un objeto de contrato y explota a mujeres vulnerablesfreepik

Maternidad Subrogada: El dilema entre el deseo de ser padres y la ética

¿Acto solidario o explotación? Exploramos ambas caras de la maternidad subrogada. Desde historias hasta las advertencias

La maternidad subrogada, también conocida como vientre de alquiler, despierta intensos debates a nivel global. Mientras algunas personas la consideran una alternativa válida para formar una familia, otras la ven como una práctica que vulnera derechos fundamentales. El doctor Bernard García Larraín, director ejecutivo de la Declaración de Casablanca, analiza junto a SEMANA las implicaciones sociales, éticas y humanas de este controvertido tema.

¿Qué es la Maternidad Subrogada y Cómo Funciona?

Se trata de un acuerdo mediante el cual una mujer acepta gestar un bebé para otra persona o pareja, usualmente a cambio de una compensación económica. Sin embargo, esta aparente solución reproductiva es descrita por organizaciones internacionales como un mecanismo que “mercantiliza la vida humana, trata a la mujer como un instrumento y convierte al niño en objeto de contrato”.

La maternidad subrogada opera como un mercado transnacional en el que las personas de países desarrollados acuden a naciones con legislaciones más permisivas o menores costos. En Estados Unidos un contrato puede superar los 100.000 dólares, mientras en países sin regulación adecuada como Ucrania, Georgia o Canadá, el precio oscila entre 20.000 y 50.000 dólares, según embajadas de cada país.

Celebridades como Paris Hilton, Lily Collins, Millie Bobby Brown y Nick Jonas han utilizado este método para formar sus familias. Muchos presentan estos casos como ejemplos de progreso y libertad reproductiva. No obstante, el doctor García advierte que estas experiencias individuales ocultan la otra realidad que viven las mujeres involucradas: ellas provienen de contextos vulnerables y no cuentan con los mismos privilegios.

Los Riesgos Físicos y Psicológicos para las Mujeres Gestantes

La maternidad subrogada implica riesgos físicos y psicológicos significativos. Un embarazo con estas condiciones presenta hasta cuatro veces más complicaciones que un embarazo natural. Además, las mujeres experimentan transformaciones durante la gestación, un proceso denominado matrescencia, comparable a la adolescencia en términos de cambios físicos y emocionales.

“La futura mamá se prepara de manera integral para acoger a su hijo”, explica García. “Separarla del bebé después del parto ignora este vínculo esencial y puede generar secuelas emocionales permanentes”.

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El Niño como Objeto de Contrato: Abandono y Conflictos Identitarios

Uno de los aspectos más criticados es cómo el niño se convierte en un ‘producto’ con especificaciones contractuales. García relata un caso ocurrido en Kenia, donde unos “padres intencionales” rechazaron al recién nacido por su tono de piel. “Este hecho demuestra que el niño se concibe como un objeto, no como un ser humano con derechos inherentes”, afirma. Situaciones similares se han documentado en India y Tailandia, donde niños con discapacidades o características no deseadas han sido abandonados por las personas que desean formar una familia de esa manera.

Al convertirse en una práctica comercial, establece expectativas sobre las características del futuro niño que contradicen principios básicos de la paternidad. Los contratos frecuentemente incluyen cláusulas sobre sexo, apariencia física e incluso potencial intelectual, tratan al futuro ser humano como un bien personalizable. Esta aproximación mercantil va en contra radicalmente de los principios establecidos en la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, indica García.

A diferencia de la adopción, donde existen controles rigurosos para garantizar el bienestar del menor, en la subrogación comercial no siempre se verifica si las personas que quieren empezar a criar un niño son adecuadas. Esta situación facilita escenarios de tráfico de menores o explotación, como han documentado organizaciones como Save the Children y UNICEF.

Muchos de los niños nacidos por subrogación se ven en conflicto con desafíos identitarios, lo que incluye el acceso a información sobre sus orígenes biológicos y gestacionales. En muchos casos, los registros legales borran deliberadamente toda referencia a la mujer que los gestó, lo que deja vacíos existenciales comparables a los documentados en adopciones cerradas.

La Otra Cara de la Moneda: La Subrogación como Acto de Solidaridad

Si bien hay personas en desacuerdo con este tipo de gestación, también existen quienes la ven como una nueva oportunidad. Una de ellas es Gianella Silva, quien opina favorablemente al respecto, ya que considera que “puedes ayudar a otra pareja a tener un hijo”. Ella relata el caso de una mujer a quien seguía “Perdió a su hija a causa del cáncer y deseaba tener otro bebé, pero no podía lograrlo debido a complicaciones en el embarazo. Entonces, utilizaron su óvulo fecundado por su esposo y una amiga lo gestó, hizo posible que tuviera al bebé”.

Al mismo tiempo, Gianella reflexiona y añade: “Sé que hay gente que elige este método por motivos estéticos, para no dañar su cuerpo o evitar pasar por la parte menos agradable del embarazo, digamos”.

Su opinión deja en evidencia que, más allá de las controversias, la gestación subrogada surge para varios como un acto de solidaridad que hace posible el sueño de formar una familia, aunque las motivaciones detrás de esta elección puedan ser diversas.

El Dilema Legal: ¿Es Mejor Regular o Prohibir la Maternidad Subrogada?

Algunos países optan por regular la maternidad subrogada con el argumento de que así ‘protegen’ a las mujeres y los niños, explica el experto. Estos marcos legales establecen requisitos como límites de compensación, evaluaciones psicológicas y representación legal independiente para las gestantes. Sin embargo, incluso en jurisdicciones con regulación aparentemente robusta, se documentan casos de explotación y vacíos legales.

El doctor García sostiene que la regulación resulta insuficiente, pues el problema es estructural. “No se puede regular algo que es intrínsecamente indigno para el ser humano”, declara. Esta posición encuentra respaldo en el informe de la relatora especial de la ONU, Reem Alsalem, quien después de una investigación mundial concluyó que ninguna forma de regulación logra eliminar los abusos relacionados a la práctica comercial.

La Declaración de Casablanca busca generar un tratado internacional para abolirla completamente. “La solución no consiste en perfeccionar los contratos, sino en prohibir una práctica que reduce a la mujer a su capacidad reproductiva y al niño a un objeto de transacción”, insiste. Esta iniciativa busca crear un consenso global similar al alcanzado contra otras formas de explotación humana.

Los modelos de prohibición varían desde la nulidad absoluta de los contratos hasta sanciones penales para los intermediarios. Países como Francia, Alemania y España han implementado este enfoque, priorizan la protección de derechos humanos sobre la autonomía contractual. Estas experiencias demuestran que es posible desarrollar alternativas éticas para abordar la infertilidad sin recurrir a la comercialización de los procesos reproductivos.

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