
Impuestos con arte: cómo ganar más invirtiendo en cultura en Ecuador
El patrocinio cultural abre una vía para que marcas y artistas trabajen juntos, multiplicando valor económico y social
En un escenario económico desafiante, las empresas ecuatorianas buscan fórmulas para optimizar sus presupuestos sin descuidar la responsabilidad social. Entre esas opciones, el incentivo tributario del 150% por patrocinio cultural se presenta como una herramienta poco conocida pero altamente beneficiosa.
Regulada por la Ley Orgánica de Cultura y la Ley de Régimen Tributario Interno, esta medida permite a compañías y personas naturales deducir de su base imponible 1,50 dólares por cada dólar invertido en proyectos culturales avalados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
El mecanismo es sencillo: si una empresa destina $50.000 a una propuesta cultural certificada, podrá deducir $75.000 de su base imponible, lo que se traduce en un ahorro de $18.750 en el pago del Impuesto a la Renta, considerando la tarifa general del 25%.
Un ejemplo en la ciudad: Teatro Sánchez Aguilar
Uno de los casos emblemáticos de este beneficio es el del Teatro Sánchez Aguilar en Guayaquil, que en 2025 obtuvo la certificación oficial de su programación anual. Esto le permitió atraer aliados estratégicos, ofreciendo a las empresas patrocinadoras una ecuación doble: ventajas fiscales y posicionamiento de marca en un espacio de alto impacto artístico y social.
Para su gerente de Marketing, Diego Chang, no se trata solo de un auspicio, sino de una alianza estratégica en la que las marcas ganan visibilidad, generan experiencias memorables y fortalecen su propósito mientras optimizan recursos.
Además del retorno fiscal, los beneficios incluyen presencia en material promocional, activaciones de marca, accesos VIP, cortesías corporativas y exposición frente a miles de asistentes, lo que convierte al patrocinio cultural en un canal de marketing con impacto directo en la reputación empresarial.
Más allá del atractivo empresarial, la cultura genera un efecto multiplicador en la economía. Según la UNESCO, las industrias culturales y creativas representan entre el 2% y 3% del PIB en América Latina y generan millones de empleos directos e indirectos.
La cultura y su cadena de valor
En Ecuador, cada producción artística moviliza una cadena de valor que involucra escenografía, iluminación, vestuario, producción audiovisual, logística y hasta gastronomía, lo que significa que invertir en cultura no solo fortalece la identidad sino que dinamiza la economía local.
El marco regional también aporta referencias importantes. Colombia, con su Ley Naranja, permite deducciones de hasta el 165% en industrias creativas, mientras que en México, el estímulo fiscal EFIARTES otorga créditos de hasta el 100% para cine y teatro. "Con su deducción del 150%, Ecuador se posiciona en un rango competitivo, aunque el nivel de conocimiento empresarial sobre el incentivo aún es bajo", asegura a EXPRESO, el abogado Josué Constante, experto en tributos.
La ruta para acceder al beneficio
Acceder a este beneficio requiere seguir una ruta definida: calificación de la propuesta en línea, reserva del monto de patrocinio con vigencia de 45 días, firma de convenio o comprobante autorizado por el SRI y, finalmente, la certificación oficial al patrocinador tras evidenciar la entrega del aporte.
Una reforma implementada en mayo de 2025 simplificó el proceso al permitir que baste la factura autorizada por el SRI, siendo el contrato necesario únicamente cuando no se pueda emitir dicho comprobante. Los límites económicos también están claros: hasta un millón de dólares por propuesta y un máximo de 1,5 millones por patrocinador en un mismo ejercicio fiscal.