
Diálogos Fotográficos en Guayaquil: Chambi, Serrano y Peña en el Nahim Isaías
Más allá de la estética, las imágenes revelan tensiones sociales, modernización y tradiciones de nuestra región
El Museo Nahim Isaías abrió sus puertas a una de las exposiciones más esperadas del año: Diálogos fotográficos. Se trata de un recorrido visual que reúne, por primera vez en Guayaquil, la obra de tres grandes referentes de la fotografía en Ecuador y Perú: Martín Chambi (Cusco), Manuel Jesús Serrano (Cuenca) y Rodolfo Peña Echaiz (Guayaquil). Más que una muestra, la propuesta constituye un viaje hacia los inicios del siglo XX, una época donde la cámara comenzaba a perfilar las identidades y transformaciones sociales de la región.
El proyecto, fruto de la colaboración entre el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), la Asociación Martín Chambi y el Archivo Histórico del Guayas, rescata imágenes patrimoniales que dialogan entre sí bajo cinco ejes curatoriales: los autorretratos de los fotógrafos, la irrupción de la modernidad, la representación de la sociedad, el registro de las fiestas y las escenas de comunidad, y el trabajo en estudio o taller.
Una mirada compartida desde Cusco, Cuenca y Guayaquil
La exposición pone en diálogo tres contextos distintos pero atravesados por preocupaciones similares. En el Cusco de Chambi, la cámara capturó la grandeza de los Andes y la dignidad de las comunidades indígenas en medio de la adversidad. Serrano, desde Cuenca, registró la transición de una ciudad serrana hacia la modernidad, mientras que Peña Echaiz, fotógrafo amateur con gran destreza, retrató escenas de Guayaquil y sus alrededores, donde la vida popular, las festividades y la cotidianidad urbana se convirtieron en protagonistas.
Para Ricardo Bohórquez, cocurador de la muestra, la riqueza de esta exhibición radica en que no solo presenta imágenes de alta calidad estética y técnica, sino que invita a reflexionar sobre el valor de la fotografía como selección de la realidad:
“La fotografía no muestra la realidad en sí, sino una ficción construida por el fotógrafo. Esa capacidad de seleccionar lo que se muestra y lo que se omite nos permite, como espectadores, cuestionarnos y descubrir hilos ocultos en nuestra historia”.
Una exposición que trasciende la estética
Entre las imágenes más emblemáticas se encuentra una de Chambi: un indígena tocando un instrumento de viento acompañado por una llama. Más allá de lo pintoresco, la foto revela un mundo marcado por la soledad, la rudeza del paisaje andino y la precariedad de una vida sin zapatos en el frío del páramo. “Cada fotografía permite profundizar, entender no solo la época, sino las tensiones sociales y culturales que vivían esas comunidades”, añade Bohórquez.
El aporte de Diálogos fotográficos no se limita a la contemplación. Representa también un esfuerzo por reconocer la fotografía como un documento histórico, cultural y artístico, muchas veces relegado a un segundo plano. En este sentido, la muestra abre la posibilidad de impulsar más investigaciones sobre los archivos nacionales, como los del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), el Archivo Histórico del Guayas o el acervo de Rolf Blomberg, piezas que esperan ser redescubiertas y exhibidas.
Impacto y proyección cultural
La exposición, inaugurada el 13 de agosto con el respaldo de autoridades culturales de Ecuador y Perú, ha despertado un notable interés. La participación de instituciones como el INPC, la Asociación Martín Chambi y el propio Museo Nahim Isaías reafirma el compromiso por fortalecer el vínculo entre memoria e identidad.
Para Bohórquez, el impacto ya se hace evidente:
“Existe un interés creciente por apreciar la fotografía como componente fundamental de nuestra cultura. No solo por la maestría técnica de estos fotógrafos, sino por la profundidad de lo que nos cuentan sus imágenes. Este puede ser el punto de partida para nuevas exhibiciones que rescaten nuestro patrimonio visual”.
En paralelo, la muestra dialoga con una generación actual de fotógrafos urbanos y analógicos que, aunque menos visibles, mantienen viva la práctica en Guayaquil. En palabras del curador, sería ideal que este despertar fotográfico se integre aún más en la vida cultural de la ciudad, reconociendo que la fotografía no es solo testimonio del pasado, sino también motor creativo del presente.