
La naturaleza llega al museo con obra de Shirma Guayasamín
La instalación 'Donde la cordillera desemboca en el manglar' transforma el lobby del Nahím Isaías en un espacio de reflexión
La artista ecuatoriana Shirma Guayasamín Daperon vuelve a conmover a través de su obra “Donde la cordillera desemboca en el manglar”, una instalación inmersiva que puede visitarse en el lobby del Museo Nahím Isaías hasta el 14 de octubre de 2025.
Esta creación forma parte de su serie Bosque Seco y establece un diálogo íntimo con los ecosistemas amenazados de Guayaquil: el manglar y el bosque seco de la cordillera Chongón-Colonche, espacios vitales que poco a poco se extinguen ante el avance urbano y agrícola.
“Guayaquil se asienta sobre dos ecosistemas de gran diversidad... esta área es la fuente hídrica de la región. A través de mi instalación, hago un llamado de atención sobre los peligros que conllevará perder estos ecosistemas”, alerta Guayasamín.
El museo se convierte en un bosque y una cordillera
La exposición transforma el espacio del museo en un paisaje suspendido, construido con desechos naturales, alambres, gasas y residuos recolectados localmente, logrando una atmósfera poética, frágil y a la vez urgente. “Mi producir es una acción que invita a la reflexión sobre la naturaleza”, afirma la artista, quien ha venido trabajando estos temas desde una residencia en España inspirada en el herbario del biólogo Celestino Mutis.
Desde entonces, su propuesta artística evolucionó hacia la creación de un herbario propio, pero hecho con elementos en descomposición. El trabajo toma una dimensión especial en Guayaquil, donde Guayasamín y su equipo de asistentes estudiantes de la Universidad de las Artes recolectaron material directamente del Cerro Blanco.

Una exposición con valor educativo
Esta colaboración no solo suma valor artístico, sino que se convierte en un ejercicio educativo y de apropiación del territorio.
La curaduría de Gabriela Moyano ha sido fundamental para dotar de coherencia visual y conceptual a una obra que se deteriora con el tiempo, como una metáfora viva de los ecosistemas que representa.
“La organza y la gasa me permiten crear obras translúcidas a las que puedo añadir desechos naturales, y con ello reimaginar la naturaleza de manera orgánica”, explica Guayasamín, quien proviene de una formación escultórica y ha experimentado con textiles desde la pandemia.
A través de estos materiales, la artista establece un diálogo entre lo natural y lo industrial, en una poética confrontación que interpela al espectador.
¿Qué días estará abierta la exposición?
La exposición, abierta al público de martes a sábado, entre las 09:00 y las 17:00, invita a recorrer un espacio transitable que apela a los sentidos. No solo es un espectáculo visual, sino también una experiencia que busca generar conciencia.
“Al descomponerse en planos, se crean paisajes donde las transparencias y el movimiento suman a la experiencia del recorrido”, señala Guayasamín, quien permite que el público toque, se acerque y dialogue con la instalación. Así, la artista plantea un arte que no solo se observa, sino que se habita y se siente.
“Donde la cordillera desemboca en el manglar” es, en definitiva, una obra urgente, poética y política. Una invitación a mirar, tocar y cuidar lo que aún tenemos, antes de que desaparezca. Y un recordatorio poderoso de que el arte también puede ser una forma de resistencia ambiental.