Guayaquil
El turismo en Guayaquil se ve afectado antes, durante y después del viaje por temas de inseguridadCANVA

Turismo en Guayaquil: tres momentos donde la inseguridad impacta al visitante

La inseguridad condiciona la experiencia antes, durante y después del viaje, según informe del Observatorio Turístico

La inseguridad en Guayaquil afecta la experiencia turística en tres momentos clave: antes del viaje, cuando las alertas y noticias disuaden a los visitantes; durante la estadía, donde el miedo limita recorridos y gastos; y después del viaje, cuando las experiencias se transforman en reseñas que moldean la reputación de la ciudad. Pese a ello, la amabilidad local y la gastronomía suavizan la percepción y generan recuerdos positivos, según el estudio 'Guayaquil a través de la Percepción: Turismo, Seguridad y Patrimonio'.  

En medio de una crisis de seguridad que ha transformado la vida urbana en Guayaquil, el turismo enfrenta un desafío estructural: cómo sostenerse en una ciudad cuya reputación internacional se ve afectada por alertas, noticias y testimonios que disuaden a los visitantes. El Observatorio Turístico de la ESPOL ha identificado tres momentos clave en los que la percepción de inseguridad condiciona la experiencia del turista: antes, durante y después del viaje. 

José Ángel Freire, gerente del resort del Hotel Índigo y máster en análisis de negocios, lo resume así: “El turismo es una de las actividades más sensibles a la seguridad. Las reseñas digitales pueden alterar completamente la decisión de viajar. Si alguien cuenta que lo robaron, eso se amplifica en redes y afecta a todos”. Holbach Muñeton, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo, coincide: “Una nota negativa puede aplastar cinco positivas. El mercado norteamericano, que es clave para Guayaquil, está muy pendiente de las alertas de sus embajadas”.

Antes del viaje: cuando la inseguridad disuade

La experiencia turística comienza mucho antes de pisar suelo guayaquileño. En esta etapa, la inseguridad funciona como un filtro que reduce el interés, acorta la estadía y genera expectativas negativas. El informe del Observatorio Turístico señala tres factores principales:

  • Alertas oficiales emitidas por gobiernos como Canadá o EE. UU., que advierten sobre zonas de riesgo en Ecuador. Estas alertas, según Freire, “influyen directamente en la decisión de venir. Están por niveles, y si Guayaquil aparece en uno alto, muchos cancelan o modifican su viaje”.
  • Cobertura mediática internacional y redes sociales, donde episodios de violencia urbana se viralizan rápidamente. “En TikTok o Instagram, cualquier incidente se convierte en pánico colectivo”, advierte Freire.
  • Comentarios de familiares o amigos, que recomiendan precauciones extremas o directamente desaconsejan el viaje.

Muñeton agrega que esta percepción no solo afecta a turistas extranjeros, sino también a ecuatorianos de otras ciudades: “Muchos no vienen por miedo, no porque les haya pasado algo, sino por lo que escuchan”.

Durante la visita: el miedo limita el recorrido

Una vez en Guayaquil, el comportamiento del turista se adapta a la percepción de riesgo. El informe identifica patrones que se repiten:

  • Restricción de movilidad: muchos visitantes evitan salir del hotel o lo hacen solo con guías. Prefieren zonas como el Malecón 2000, Las Peñas, Puerto Santa Ana o la calle Panamá, consideradas más seguras.
  • Transporte controlado: se prioriza el uso de Uber o taxis confiables, evitando el transporte público.
  • Precauciones personales: no sacan celulares, no llevan joyas, y evitan caminar de noche.

Freire señala que “la policía realiza recorridos en circuitos turísticos, lo que da una sensación de respaldo. Ver una autoridad cerca ayuda, pero si no hay presencia, el miedo se intensifica”. Muñeton coincide en que “hay más actividades por hacer en Guayaquil, pero el turista promedio ha cambiado: ahora se mueve con más cautela”.

Este comportamiento tiene consecuencias económicas: se reduce el gasto turístico, se acorta la estadía y se genera una imagen parcial de la ciudad. “No es solo lo que viven, sino lo que dejan de vivir por miedo”, advierte Muñeton.

Después del viaje: cuando la experiencia define la narrativa

La etapa post-visita es crucial para la reputación de Guayaquil. Lo que el turista cuenta al regresar, en redes sociales, reseñas o boca a boca, puede alimentar o disminuir la crisis reputacional.

  • Experiencias positivas pueden revertir la percepción inicial. “Si logramos que se lleven recuerdos inolvidables, eso se comparte y ayuda”, dice Freire. Muchos visitantes reconocen que la imagen previa era exagerada y destacan la amabilidad de la gente, la gastronomía y los paisajes urbanos.
  • Experiencias negativas, como intentos de robo o sensación de inseguridad, generan rechazo. “Si algo malo ocurre, no solo no regresan, sino que advierten a otros que no lo hagan”, señala el informe.

Muñetón insiste en que “Guayaquil debe seguir promocionándose. México tiene más problemas de seguridad y récords de visitas. El problema aquí es la falta de trabajo en equipo y de promoción efectiva”.

¿Cómo revertir la narrativa?

Ambos entrevistados coinciden en que la recuperación reputacional requiere estrategia, empatía y comunicación clara. Freire propone “usar las palabras correctas, no mentir, pero explicar con cuidado los sitios seguros”. Muñeton sugiere una campaña agresiva, como las que han hecho Colombia o Perú, con voceros internacionales que multipliquen las noticias positivas.

La clave está en construir confianza sin negar la realidad. La inseguridad es un desafío estructural, pero también lo es la capacidad de generar experiencias que superen el miedo. Como concluye el informe de la ESPOL, “la percepción de seguridad no solo se combate con datos, sino con vivencias que transformen la narrativa”.

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