
Hablemos de sexo con naturalidad: lo que los padres deben saber
Aunque sean mayores de edad, los adolescentes deben aprender a reconocer la manipulación emocional disfrazada de amor
Hablar de sexualidad en la adolescencia sigue siendo un reto para muchas familias y escuelas. Sin embargo, educar sobre el consentimiento, las emociones y la presión social es clave para que los jóvenes vivan relaciones saludables y conscientes. No basta con cumplir la mayoría de edad; se necesita preparación emocional, autoconocimiento y la capacidad de identificar situaciones de manipulación o riesgo.
El silencio, el miedo o la falta de información pueden llevar a experiencias traumáticas. Por eso, SEMANA plantea una pregunta esencial: ¿es la edad suficiente para garantizar una relación sexual consensuada?
¿Qué significa estar preparado?
Para el psicólogo clínico con más de 30 años de experiencia Modesto Chávez, la preparación emocional no depende solo de la edad, sino de varios factores fundamentales. “Una persona está emocionalmente preparada cuando ha recibido una educación sexual integral, tanto en el hogar como en la escuela”, afirma.
Tener información clara, comprender las consecuencias y desarrollar madurez emocional son elementos clave. Pero esa madurez, añade, “requiere años y experiencia, no solo en relaciones amistosas, sino también en vínculos íntimos”. Por eso, sugiere que la edad adecuada para asimilar bien la sexualidad es a partir de los 21 años.
El consentimiento no debe surgir del miedo
Chávez advierte que muchos adolescentes acceden a relaciones sexuales por miedo al rechazo o presión social, más que por deseo propio. “En la adolescencia hay una gran necesidad de aceptación, sobre todo entre pares”, explica. A menudo, los jóvenes exageran o mienten sobre su vida sexual para parecer más “cool” o ser aceptados en un grupo. “La presión es enorme”, añade, “y por eso es clave fortalecer la personalidad del adolescente desde la familia, la escuela y los medios que consume”.
Este tipo de consentimiento forzado, aunque se exprese con un “sí” verbal, no es verdadero consentimiento. Es importante reconocer las señales de alerta.
Consecuencias emocionales del sexo temprano
Iniciar la actividad sexual sin estar preparado puede tener un impacto psicológico profundo. “Es allí donde suelen originarse traumas, miedos, rechazos e incluso ciertas formas de conducta sexual desordenada, como el sadismo o el masoquismo”, explica Chávez.
Estas experiencias tempranas y no comprendidas adecuadamente pueden marcar el comportamiento sexual para toda la vida. “En los estudios clínicos siempre preguntamos cómo fue la primera relación sexual, porque suele definir muchas conductas futuras”, afirma.
Señales de que no hay consentimiento real:
- El “sí” surge por miedo al rechazo opresión emocional, no por convicción.
- Uso de frases manipuladoras como: “Si no lo haces, no me amas” o “Pensé que eras más madura”.
- Necesidad de pertenecer o agradar, que lleva a ceder en situaciones incómodas.
- Síntomas físicos de angustia: nerviosismo, temblores, agitación o incluso ataques de pánico.
- La otra persona minimiza el malestar con frases como: “Esto es normal” o “El amor es así”.
Hablar sin miedo: la clave en casa y en el aula
Chávez recomienda a padres y educadores abordar la sexualidad con naturalidad y sin tabúes.
“Algo se vuelve seductor cuando se prohíbe. El ‘no’ es un doble sí en el inconsciente humano”.
También alerta sobre los riesgos del consumo de alcohol y drogas, comunes en la adolescencia, y que pueden llevar a decisiones apresuradas. “El alcohol está normalizado y es un riesgo real en estos temas”, afirma.
Finalmente, insiste en no satanizar el tema. “Cuando algo se prohíbe, se vuelve más atractivo.
Por eso, es mejor hablarlo con naturalidad, explicar las consecuencias y mostrar que vivirlo con madurez es más gratificante”.
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