Swinging
El swinging permite explorar nuevas formas de conexión sin romper el vínculo emocionalCANVA

¿Es normal practicar el swinging? Perspectivas psicológicas y sociales

El swinging, una práctica sexual entre parejas consensuadas, gana visibilidad en Ecuador entre tabúes y curiosidad

El swinging, o intercambio consensuado de parejas, empieza a ganar espacio en Ecuador, aunque sigue rodeado de tabúes y secretismo. No se trata solo de una búsqueda de placer, sino una respuesta a la monotonía y a cambios culturales, siempre basada en comunicación y respeto. Con reglas claras y consentimiento mutuo, algunas parejas fortalecen su vínculo, mientras que otras descubren que no es una práctica compatible con su relación. Lo explica la sexóloga Verónica Sempertegui.

En Guayaquil durante el fin de semana circuló una noticia sobre una celebración privada que despertó curiosidad y debate. El evento reunió a varias parejas, pero no era una fiesta cualquiera: se trataba de un encuentro swinger, una práctica que, aunque aún rodeada de tabúes, empieza a ganar visibilidad en ciertos círculos del Ecuador. ¿Qué lleva a una pareja a abrir su relación a otras personas? ¿Es el swinging solo una moda?

EXPRESO conversó con la sexóloga Verónica Sempertegui, quien desde su experiencia profesional revela que el swinging no es simplemente una búsqueda de placer, sino una respuesta compleja a las dinámicas de pareja, la comunicación y los cambios culturales que atraviesa la sociedad.

¿Es una respuesta a la monotonía?

Según Sempertegui, el interés por el swinging surge como una alternativa frente a la monogamia tradicional y la rutina sexual que muchas parejas enfrentan. “El swingerismo es una necesidad de la sociedad frente a la monotonía sexual y a la monogamia culturalmente instaurada, pero no es para todas las parejas”, afirma. Algunas parejas descubren que esta modalidad les permite explorar nuevas formas de conexión sin romper el vínculo emocional, mientras que otras se dan cuenta de que no les funciona.

La clave, según la experta, está en la comunicación. “Si las cosas se hacen de manera correcta, con límites claros y emociones tomadas en serio, esto fortalece la pareja. Se crea un nivel de confianza que muchas parejas monógamas no tienen”, explica. Sin embargo, también advierte que una mala gestión puede llevar a celos, inseguridades e incluso rupturas. “Abrir la relación sin respeto por los límites es equivalente a una infidelidad”, señala.

Reglas, límites y consentimiento

Dentro del mundo swinger existen normas que varían según el grupo, pero hay principios comunes que buscan proteger a sus participantes. “El derecho a decir no es fundamental. Nadie es obligado a participar si no se siente cómodo”, comenta Sempertegui. Además, muchos grupos promueven el uso de protección para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Los intercambios pueden ser aleatorios o decididos por afinidad entre parejas, y cada grupo establece sus propias reglas. “No todos los grupos son iguales, pero en general se busca el respeto, el consentimiento y la seguridad”, añade. Esta estructura permite que las personas se sientan libres de explorar sin sentirse vulnerables o presionadas.

Algunas de la reglas básicas más generales son las siguientes:

  • Consentimiento claro y mutuo: Toda interacción debe contar con el acuerdo explícito de todas las personas involucradas. Se conversa previamente, sin presiones ni ambigüedades.
  • Comunicación abierta: Las parejas dialogan honestamente sobre límites, expectativas y deseos, tanto antes como después de cada experiencia.
  • Respeto por los límites: Lo acordado se respeta. Si alguien dice “no”, se detiene de inmediato, sin cuestionamientos.
  • Protección y cuidado: El uso de métodos de protección, como preservativos, es esencial para cuidar la salud de todos los participantes.
  • Discreción y confidencialidad: Las experiencias y datos personales se mantienen dentro del círculo, protegiendo la privacidad de quienes participan.
terapia de pareja
El swinging ayuda a algunas parejas a fortalecer su relaciónCANVA

Ecuador: entre el tabú y la apertura

En Ecuador, la percepción del swinging varía según la región. Sempertegui señala que en Quito, por ejemplo, el tema es más abierto y se organizan fiestas con cierta publicidad. “Me han llegado invitaciones para eventos en Quito, donde se vive con mayor apertura. En Guayaquil y Cuenca también existen estos clubes, pero se manejan con mucho secretismo”, comenta.

La diferencia entre la sierra y la costa es notable. Mientras Quito, como capital, recibe mayor influencia global y muestra más tolerancia, ciudades como Cuenca mantienen una postura más conservadora. “Sé que hay un grupo en Cuenca, pero no sé cómo se ingresa. Es tal el nivel de secretismo que no hay forma de contactarles”, relata Sempertegui. Esta dualidad refleja cómo el swinging aún se mueve entre la discreción y la curiosidad en el país.

¿Puede fortalecer una relación?

Una de las preguntas más frecuentes es si el swinging puede salvar o mejorar una relación. Sempertegui es clara: “No recomiendo abrir una pareja que ya tiene problemas. Lo ideal es que estén bien antes de considerar esta opción”. La apertura debe ser consensuada, consciente y basada en una comunicación sólida. De lo contrario, puede agravar los conflictos existentes.

Sin embargo, también reconoce que algunas parejas adoptan esta modalidad tras una infidelidad, como una forma de reconstruir la relación desde nuevas bases. “Hay quienes se adaptan al swingerismo o al poliamor para seguir juntos. Lo importante es que ambos estén felices con la decisión”, afirma. En este sentido, el swinging no es una solución mágica, sino una posibilidad que requiere madurez emocional y respeto mutuo.

La redes sociales y la popularización del swingerismo

La globalización y el acceso a internet han influido en la normalización del swinging. “Cualquier fenómeno que se globaliza, como este, se difunde más rápido gracias a las redes sociales”, explica Sempertegui. El término “swinger”, que nació en Estados Unidos como “intercambio de esposas”, ha evolucionado hacia una práctica más inclusiva y menos sexista, y su expansión ha sido impulsada por la cultura digital.

Hoy en día, muchas personas descubren esta modalidad a través de foros, grupos privados y contenido en línea, lo que ha permitido que el tema se discuta con mayor apertura. Aunque aún existen prejuicios, especialmente en contextos conservadores, el acceso a información ha permitido que más parejas consideren esta opción como válida y respetable.

En palabras de Verónica Sempertegui, “hay diferentes formas de vida que no tienen por qué ser condenadas si no nos afectan”. El swinging, como cualquier otra práctica consensuada entre adultos, merece ser comprendido desde la empatía y el respeto. Para algunas parejas, puede ser una vía hacia una sexualidad más libre y enriquecedora; para otras, simplemente no es compatible con sus valores. Lo importante es que cada decisión se tome desde la conciencia, el diálogo y el amor mutuo.

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