¿Cómo evitar el scrolling infinito? La duía con bases en neuropsicología
Deja de caer en el trance del scrolling compulsivo. Raquel Gómez, neuropsicóloga, te ofrece 5 estrategias prácticasfreepik

Doomscrolling: 5 claves neurocientíficas para dejarlo y recuperar tu atención

¿Pasas más de 30 min en 'piloto automático' en redes? El doomscrolling genera ansiedad y daña tu cerebro

¿Se ha encontrado perdiendo media hora (o más) desplazando su dedo en la pantalla sin pensar, casi en piloto automático? Lamentablemente es una actividad tan común que parece inofensiva, pero según Raquel Gómez, psicóloga con una maestría en neuropsicología del aprendizaje, este ‘scroll infinito’ tiene un costo real para su equilibrio mental. Activa mecanismos en su cerebro que lo mantienen en un estado de alerta constante, como si siempre estuviera esperando la siguiente novedad. Y ese desgaste, aunque sea sutil, se acumula.

El problema no es su teléfono, ni las redes sociales en sí mismas. El verdadero riesgo está en la relación que construye con ellas. ¿Navega por elección o por pura compulsión? Cuando el acto de consumir se convierte en un fin en sí mismo, sin propósito, su cerebro paga el precio con una ansiedad que se filtra y una atención que se resiente.

Pero no se trata de eliminarlo todo y desconectarse del mundo. Se trata de dar un pequeño paso para recuperar el control. De transformar esa relación tóxica con la pantalla en una interacción consciente, donde usted decida cómo usar su tiempo y su atención, y no al revés.

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El ciclo vicioso: Cómo el doomscrolling reprograma tu cerebro

El ‘doomscrolling’ genera una circuito donde la sobreinformación genera mayor ansiedad, y esta ansiedad, a su vez, impulsa la búsqueda compulsiva de más contenido. Este ciclo, explica la experta, no solo mantiene al cerebro en estado de alerta constante, sino que debilita progresivamente la capacidad de regulación emocional. La exposición continua a estímulos negativos hiperactiva la amígdala, centro cerebral del miedo, mientras reduce la eficacia de la corteza prefrontal, área responsable del juicio crítico y el autocontrol.

La neuropsicología señala que la solución no reside en la desinformación, sino en establecer límites conscientes que permitan consumir contenido sin quedar atrapado en la espiral ansiosa. Estos límites actúan como filtros protectores que, practicados consistentemente, fortalecen los circuitos de control ejecutivo y debilitan los patrones reactivos. El truco está en transformar la relación con la información, de una necesidad compulsiva a una elección consciente que preserve el bienestar mental.

5 estrategias neurocientíficas para dejar el Scrolling compulsivo

  • Defina su propósito. La neuropsicología muestra que el cerebro opera en modo automático. Al preguntarse “¿para qué abro esta aplicación?” interrumpe el piloto automático, Así crea una pausa consciente y permite elegir cómo usar el tiempo.
  • Activa alarmas o temporizadores. El temporizaor externo funcionan como un ‘circuito de ruptura’ neurocognitivo. La especialista recomienda aplicaciones que muestren el tiempo acumulado de uso, pues la visualización de datos objetivos ayuda a la autorregulación.
  • Manténgalo fuera de su alcance. La proximidad del teléfono genera un gasto constante de recursos cognitivos. Incluso cuando no se usa, solamente por su presencia el cerebro destina parte de su atención a resistir la tentación.
  • Haga pausas conscientes. Antes de desbloquear el dispositivo, tome tres respiraciones profundas o realizar estiramientos simples. Las pausas conscientes operan como ‘interruptores’ que permiten al cerebro cambiar de un estado reactivo a uno reflexivo.
  • Sustituya el hábito por actividades reparadoras. Cuando aparece el impulso, elija una actividad alternativa que ofrezca genuina recuperación. Ya sea caminar, hidratarse u observar el entorno.

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