
Cuando no logras dormir: este es el mensaje oculto que tu mente intenta comunicarte
Cuando el sueño falla, la mente revela tensiones ocultas: entender esa energía desviada es clave para recuperar el descanso
Todos hemos sufrido dificultades para dormir. Algo en nuestra vida cambia y, por un tiempo, la mente está más activa de lo normal. Una vez procesado lo nuevo, toda la energía enquistada en la preocupación se recupera y el sueño se regulariza. En casos graves, el insomnio permanece como un síntoma que dura meses o incluso años.
La idea de fondo, y la que debemos retener, es que dormir es una actividad psíquica que requiere cierta energía. Cuando aparece una dificultad para conciliar el sueño, debemos asumir que hay un desvío de energía psíquica hacia otro interés que no es el dormir, lo que nos priva de la fuerza necesaria para cerrar las puertas de la mente.
Cuando la energía se pierde, el sueño se apaga
Concebir el insomnio como un monto de energía extraviada, apresada en una zona que no tenemos al alcance de la consciencia, nos permite tratarlo mediante la terapia psicológica basada en la palabra.
Es cierto que la psiquiatría conoce bien los centros cerebrales que regulan el sueño y que una pastilla puede evitarnos los tanteos y las sorpresas no tan agradables que aparecen en el curso de una terapia.
Y, en efecto, sería la solución si la correspondencia entre cerebro y mente fuera total, pero cerebro y mente no son lo mismo. Para trabajar la mente, nada mejor que la palabra, ya que, después de todo, ella misma está hecha de palabras.
La mente sería como una pequeña aldea medieval, por la que pasa un riachuelo que hace girar tanto el molino que produce la harina como el mecanismo que cierra el portón que los protege durante la noche. El miedo a salir en busca de lo que obstaculiza la corriente deja a la aldea ante una elección: o se asumen los posibles riesgos de salir en búsqueda de la solución, o se acepta pasar la noche doblemente expuestos al peligro y al hambre.

Con el insomnio que afecta nuestra mente ocurre lo mismo: o aceptamos los desafíos y riesgos de la palabra, o dejamos que la falta de sueño se vuelva cada vez más corrosiva para nuestra salud mental. Pero si el insomnio atañe el miedo a algo, quiere decir que, de cierto modo, algo intuimos del obstáculo que desvía la energía psíquica. Los problemas del sueño pueden ser entonces la señal de que es momento de afrontar una preocupación que ya no podemos seguir evadiendo.
Tres recomendaciones para enfrentar el insomnio
- Explora la preocupación de fondo: identifica qué tema mantiene tu mente activa y nómbralo; hacerlo consciente reduce su carga.
- Usa la palabra como herramienta: hablar con un profesional, escribir o expresar lo que sientes permite redirigir la energía que el sueño necesita.
- No postergues la búsqueda de ayuda: si el insomnio persiste por semanas, acudir a terapia psicológica o médica evita que el síntoma se vuelva crónico.
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