
Así son Chachimbiro y Urcuquí, dos tesoros escondidos en la sierra norte
Entre montañas, termas humeantes, senderos y campos agrícolas,
estos destinos invitan a descubrir otra faceta de Imbabura
El vapor se eleva suavemente sobre la superficie del agua. Son las siete de la mañana y el sol apenas empieza a dibujar sombras tenues entre los árboles. En medio de una reserva de bosque andino, las piscinas termales de Chachimbiro desprenden calor. Una pareja se sumerge con lentitud mientras un grupo de aves cruza el cielo. Todo ocurre a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, en una quebrada rodeada por los cerros Yanahurco y Cotacachi. La temperatura del agua -que alcanza hasta 55 grados centígrados- proviene del corazón geotérmico de la tierra. Chachimbiro es uno de los balnearios naturales más importantes de la provincia de Imbabura, ubicado a menos de tres horas de Quito.
Este complejo forma parte del cantón Urcuquí y es un punto clave del turismo de salud en el norte del Ecuador. Sus aguas termales, de origen volcánico, nacen en el antiguo complejo de Chachimbiro, erosionado por el tiempo, cuyos vestigios y cámaras magmáticas aún laten varios kilómetros bajo tierra. Según la leyenda local, fue un terremoto ocurrido en agosto de 1868 el que abrió paso a estas vertientes termales. Sin embargo, algunos documentos históricos y relatos orales sostienen que ya los pobladores prehispánicos conocían sus propiedades curativas.
Las aguas mesotermales de Chachimbiro -con temperaturas que oscilan entre los 30 °C y los 55 °C- contienen cloruros, sulfuros, hierro, magnesio, cobre, yodo, bromo y flúor. Su composición las ha convertido en un destino frecuente para quienes buscan aliviar dolencias musculares, reumáticas o digestivas. Las instalaciones de Santagua Termas de Chachimbiro, se dividen en varias áreas: recreativa, agroecológica, medicinal y hotelera. Hay piscinas de relajación, chorros terapéuticos, saunas naturales, zonas de barroterapia, ozonoterapia y senderos ecológicos.
Además de las piscinas, la zona recreativa incluye juegos para niños, toboganes, discoteca, karaoke bar, paseos a caballo, pesca deportiva y una tarabita. Las instalaciones están abiertas al público todos los días, de 07:00 a 24:00. Santagua también ofrece un restaurante con cocina nacional e internacional, así como cabañas y habitaciones con servicios para pernoctar.
Un destino para los amantes de la naturaleza
El complejo termal se ubica a seis kilómetros de la parroquia de Tumbabiro y a unos veinte de la cabecera cantonal de Urcuquí. Desde allí se accede por carretera asfaltada, en un trayecto de una hora desde Ibarra. La zona es seca y cálida durante la mayor parte del año, con temperaturas entre 16 y 22 °C, y la brisa fresca que desciende de las montañas acompaña a los visitantes mientras caminan por viveros, huertos o zonas de apicultura.
Para los amantes de la naturaleza, también hay rutas guiadas que llevan a los visitantes a avistar aves como curiquingues, tórtolas y quindes, y a conocer más de setenta especies de flora, además de especies nativas de árboles, entre ellos el quishuar, el cholán y el pumamaqui.

Pero no todo es ecología y sanación. Para quienes buscan simplemente relajarse, divertirse y descansar de la rutina, Chachimbiro ofrece opciones de hospedaje de alta gama, como la Hacienda Chachimbiro, ubicada a minutos de Santagua, que cuenta con acceso directo a las termas, además de piscinas, paseos a caballo, gastronomía gourmet y coctelería.
Quienes prefieran no usar vehículo propio pueden tomar un transporte desde Quito hasta Ibarra en la Terminal de Carcelén, y luego un bus adicional desde Ibarra a Urcuquí.
Se recomienda llevar ropa ligera para el día, un abrigo para las noches, traje de baño, toalla, protector solar, repelente de insectos y calzado cómodo. Así, los visitantes podrán disfrutar plenamente de las bondades naturales y los servicios que ofrece este destino termal único en la región.
Entre la historia y la tradición
San Miguel de Urcuquí, cabecera cantonal del cantón Urcuquí, está ubicada al noroccidente de la provincia de Imbabura, a 19 kilómetros de Ibarra y a 152 de Quito. Conocida como “El Granero de Imbabura” por su alta producción agrícola y ganadera, la ciudad se encuentra rodeada de montañas y riachuelos que conforman un ecosistema diverso y fértil.
El nombre “Urcuquí” remite a tiempos ancestrales, cuando estos territorios eran habitados por ayllus, familias indígenas organizadas en torno a la agricultura comunitaria. La actividad agrícola continúa siendo una de las principales fuentes económicas del cantón, junto con la ganadería. A esto se suman nuevas iniciativas en biotecnología y formación técnica, como las desarrolladas por la Universidad Yachay Tech, ubicada en la zona.

La ciudad conserva una estructura urbana sencilla, con una plaza central, una iglesia de piedra y calles rodeadas de viviendas patrimoniales. En sus alrededores, el visitante puede encontrar senderos, miradores naturales y fincas abiertas al turismo rural.
La gastronomía de la zona combina sabores tradicionales de la sierra norte ecuatoriana con propuestas contemporáneas. Entre los platos más populares se encuentran el locro de papas; el hornado, acompañado de mote y encurtidos; y el cuy asado, considerado una delicia local.
En los restaurantes y hosterías alrededor de las termas también se pueden degustar productos frescos provenientes de la agricultura local, como hortalizas orgánicas y quesos artesanales, además de ‘shots’ de aguardiente de caña producido en la localidad.
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