
Ansiedad masculina y crisis económica: una mirada desde la psicología social
En Ecuador, psicólogos piden abordar la salud mental masculina como una prioridad social
En un mundo marcado por la inestabilidad económica y los cambios sociales acelerados, la salud mental masculina se ha convertido en un tema de creciente preocupación. Los altos niveles de endeudamiento, la reducción de oportunidades laborales y el incremento del estrés financiero han afectado la manera en que los hombres se perciben a sí mismos. A ello se suma la presión cultural de mantener un estatus económico como símbolo de éxito personal, un factor que, según psicólogos, está estrechamente vinculado con el aumento de la ansiedad y la frustración.
Una carga psicológica ligada a las finanzas
El psicólogo Luiggi Sáenz de Viteri sostiene que esta problemática tiene raíces tanto económicas como sociales. Explica que, si bien estudios recientes —como uno realizado en Estados Unidos con más de 2.500 personas— muestran un incremento en los niveles de ansiedad masculina, es necesario contextualizar esos resultados en la realidad ecuatoriana. “Existe una idea preconcebida de que el valor de un hombre está atado a la cantidad de dinero que pueda alcanzar o llegar a tener durante su vida. En un escenario de crisis, esa expectativa se vuelve una carga psicológica difícil de sostener”, comenta.
El aislamiento ha provocado una nueva forma de conectar
Sáenz de Viteri señala que esta presión no se limita al ámbito económico. Hoy, la manera en que las personas se relacionan ha cambiado, y el aislamiento social se ha vuelto un factor determinante. “Lo que antes parecía algo tonto como las apps de citas, ahora de repente es la norma para muchas personas, porque no pueden llegar a conocer a alguien como antes”, explica el psicólogo, destacando cómo el distanciamiento social, la desconfianza y la virtualización de las relaciones intensifican el sentimiento de soledad.
En este contexto, la idea tradicional y machista de masculinidad se reconfigura. La figura del “proveedor exitoso” se ve desafiada por la inestabilidad laboral y las nuevas dinámicas sociales que demandan inteligencia emocional y adaptabilidad. Sáenz de Viteri advierte que las redes sociales profundizan esta presión, al exponer modelos de éxito ligados al consumo y la ostentación: “Ahora no se trata solo de proveer, sino de tener más dinero, porque tener más dinero es lo que te lleva a los viajes, a los videos de lujos y otras cosas”.
El psicólogo concluye que revertir esta tendencia requiere un enfoque integral que combine salud mental y justicia social. “Creo que con políticas claras que fomenten la salud mental y que se trabaje en eliminar la precarización laboral, ayudaría también a que la gente se sienta menos ansiosa y que los estereotipos no los afecten tanto”, señala .