
Solteros de la Generación Z admiten salir a citas solo por una comida gratis
Una encuesta revela que el 31 % de los solteros de la Generación Z acepta una cita principalmente por una comida sin costo
La presión económica está redefiniendo significativamente los hábitos y expectativas en el mundo de las citas, especialmente para la Generación Z. Un informe reciente de Intuit revela que el 51 % de los estadounidenses en general admite que sale menos debido a las preocupaciones financieras, una cifra que se eleva al 58 % entre los más jóvenes. Este contexto ha hecho que el dinero se convierta en un factor central, moldeando desde los presupuestos para las citas hasta la elección de pareja.
Una de las consecuencias más llamativas de esta presión es que la comida gratis se ha convertido en un incentivo poderoso. Casi uno de cada tres solteros (31 %) de la Generación Z y los Millennials admite haber aceptado una cita principalmente por la posibilidad de obtener una comida sin costo. Este comportamiento ilustra hasta qué punto la situación económica influye en las decisiones sociales y románticas de los jóvenes. Sin embargo, como aclara una joven entrevistada, "una chica tiene que comer, pero no saldría con cualquiera", indicando que el incentivo no anula por completo la selectividad.
La búsqueda de seguridad y estabilidad
Más allá de las citas ocasionales, la seguridad financiera se ha erigido como un pilar fundamental en la búsqueda de relaciones estables. Ashleigh Ewald, estudiante universitaria, lo define como parte del "nuevo lenguaje del amor", donde la ambición y los hábitos financieros representan estabilidad.
Esta necesidad de seguridad se ve acentuada por la realidad: casi la mitad de los jóvenes de la Generación Z y Millennials no se sienten financieramente seguros, según una encuesta de Deloitte. Esta búsqueda de estabilidad lleva a que el 44 % de los solteros de la Generación Z declare que solo saldría con alguien que gana más que ellos.
Creatividad y frugalidad en las citas
Frente a esta realidad, los jóvenes no se limitan a reducir sus citas, sino que están reinventándolas. La prioridad ha pasado de lo lujoso a lo asequible y creativo. Ideas como picnics, caminatas, noches de cine en casa o tomar un café han ganado popularidad por encima de las cenas caras.
Aplicaciones como LoveTrack promueven estas alternativas de bajo costo. Además, prácticas como dividir la cuenta, compartir Ubers o pagar las bebidas por separado se han normalizado, mostrando un cambio generacional hacia una mayor equidad y frugalidad en las interacciones románticas.
Una relación más transaccional
Expertos como la psicóloga Sabrina Romanoff señalan que, si bien el dinero siempre ha sido un factor en las relaciones, ahora la dinámica es más transaccional y menos idealista. Las expectativas en una primera cita pueden reducirse a obtener una cena gratis, en lugar de soñar con un futuro juntos. Esta pragmática se extiende a la gestión del dinero en pareja: más de la mitad prefiere mantener cuentas bancarias separadas, valorando la autonomía financiera.
La conversación sobre ingresos y deudas surge mucho antes, como resume la experta Taylor Price: "Preguntamos el salario cuando la relación se vuelve exclusiva porque hemos aprendido que el amor no paga el alquiler". Para una generación que se graduó en una economía pandémica y lucha contra la inflación, la independencia financiera no es una opción, sino la forma última de seguridad.
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