En el Sistema Nacional de Salud español (SNS) todo paciente cuenta con una tarjeta de identificación que acredita su derecho a la asistencia sanitaria. Con este documento puede recibir atención en los dispensarios y hospitales disponibles, así como tener acceso a la medicación en cualquier farmacia del país, a través de un sistema de copago. Es decir, tanto el Estado como el paciente comparten el importe de los medicamentos.

El director general de Cartera y Farmacia del Sistema Nacional de Salud del gobierno español, César Hernández, explica a EXPRESO que este mecanismo lleva implantado muchos años y opera con éxito. “En Europa se conoce como el sistema mediterráneo de farmacia y estamos orgullosos de cómo funciona. Evidentemente, siempre se puede mejorar, porque creo que el papel que pueden jugar los farmacéuticos todavía se puede explotar más, pero funciona con un alto nivel de satisfacción de los usuarios”, señala.

Estos tienen accesibilidad a los tratamientos y el sistema cumple también un papel muy importante en áreas rurales, donde quizás no hay médicos y son el único agente sanitario cercano al paciente, agrega.

El sistema de dispensación de medicamentos es una alianza público-privada que facilita a los ciudadanos obtener sus medicamentos de manera oportuna. El proceso requiere que el paciente presente su tarjeta sanitaria en cualquiera de las 22.918 farmacias de España. El farmacéutico, mediante la receta electrónica, consulta en línea el medicamento prescrito, realiza la entrega y el paciente solo debe pagar un porcentaje. España está entre los países con los precios más bajos de Europa.

“Este copago es definido en función de la renta, los ingresos del paciente, el tipo de enfermedad y del medicamento. Los ciudadanos pueden pagar entre el 40% y el 60%. Los pensionistas -las personas jubiladas o con otras consideraciones- pagan entre un 0% y 10% del total, pero con un tope mensual, dependiendo también de su renta”, indica Antonio Blanes, director de Servicios farmacéuticos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.

Además, las farmacias están reguladas por los parámetros establecidos por la Unión Europea y la normativa española. Se consideran “establecimientos sanitarios privados de interés público” y están sujetas a la planificación sanitaria de cada Comunidad Autónoma, equivalentes a las provincias en Ecuador. 

Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se establece que la distancia mínima necesaria para la autorización de nuevas farmacias será 250 metros con respecto a las establecidas. Esta disposición evita la concentración de farmacias en un solo lugar y la falta de ellas en otros sitios.

“El modelo de ordenación farmacéutica permite que el 99% de la población española disponga de farmacia comunitaria en el propio municipio, garantizando así el acceso, en condiciones de igualdad, al mismo medicamento con el mismo precio a lo largo de toda la geografía española. Este hecho, sin duda, ha contribuido a que la Organización Mundial de la Salud considere al Sistema Sanitario español el séptimo mejor del mundo”, según Blanes.

Además de esta fijación de precios de los medicamentos, existe también un control en la venta de medicamentos.