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Ministra de Energía Inés Manzano.
Ministra de Energía Inés Manzano.Gustavo Guamán

Sacha: un negocio de cuentas alegres

Análisis | Cuatro preguntas clave sobre la adjudicación directa del campo petrolero más grande del Ecuador

Una rueda de prensa en medio carnaval. Un contrato de la mayor importancia que la ministra ha elegido no firmar, prefiere dejárselo a otro. Una adjudicación directa armada por un viceministro (el que sí va a firmar) que resulta ser amigo del dueño de la empresa concesionaria. Y cuñado de quien dice ser vicepresidenta de la República. Una empresa concesionaria sin músculo financiero. Una cacería de brujas para destituir a funcionarios de carrera y técnicos del sector público que no se alinean. Una serie de cifras que no terminan de cuadrar por ningún lado pero que el viceministro presenta como si fueran la ganga del siglo. El anuncio de la adjudicación del campo petrolero Sacha, el más grande del país, que podría ser una gran noticia, no ha hecho sino despertar sospechas y activar todas las alarmas. Aquí, cuatro preguntas para las autoridades.

  • 1. ¿Por qué tienen tanto apuro?
Pamela Aguirre preside la Comisión de Fiscalización. La mesa señaló que el Gobierno se niega a entregar información de la concesión del campo Sacha.

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1Lunes de carnaval: el gobierno anuncia la concesión del campo petrolero más grande del país cuando falta apenas un mes para la segunda vuelta electoral y dos para que termine el período para el que fue electo: ¿cabe imaginar algo más sospechoso? ¿Algo más inoportuno? Daniel Noboa puede ganar o perder las elecciones. Si las gana, ¿qué más le da esperar hasta abril para hacer su anuncio y emprender la delegación del campo Sacha con la seguridad de que será él mismo quien le dé seguimiento por los próximos cuatro años? Pero si pierde, ¿no es ésta una decisión demasiado importante como para imponérsela al próximo gobierno, en lugar de dejarlo en libertad para que proceda según su propia voluntad y su propio criterio? .

Siendo así, ¿cuál es el apuro? ¿Hay alguien con agenda propia interesado en dejar amarrando este negocio? ¿Hay urgencia en el gobierno por recibir esa prima de 1.500 millones de dólares para emplearlos en la campaña electoral? Que son “para obra social”, dijo la ministra de Energía Inés Manzano. Puede ser. Pero cuando el presidente Noboa lo desglosa diciendo que “son 1.500 millones para ti, para tu familia, para la casa que perdiste, para la medicina que mereces”… Bueno, eso es campaña, ¿no? Sobre todo cuando los 30 días que originalmente tenían los concesionarios para pagar esa prima (así dijo la ministra el lunes de carnaval) se redujeron a seis en la carta a los ecuatorianos que publicó el candidato presidente el Miércoles de Ceniza: “Si hasta el 11 de marzo, 21:00, no se se ha desembolsado la prima, no firmaremos el contrato”. Una de dos: o el candidato presidente piensa que esa meta es imposible de cumplir y esta es una forma de romper el acuerdo, porque se arrepintió, o piensa que es posible y está muy, pero muy apurado.

  • 2. ¿De dónde sacan esos números?

Matemáticas de lunes de carnaval: el viceministro de Hidrocarburos, Guilhermo Ferreira, explica (porque la ministra Manzano dice no entender la pregunta) los porcentajes de participación que corresponden al Estado y al consorcio Sinopetrol en el contrato de delegación del campo Sacha. Se aplica una tabla en función del precio del crudo WTI, referencial del petróleo ecuatoriano. De acuerdo con esa tabla, si el precio del WTI descendiera hasta los 30 dólares por barril o menos, al Estado le correspondería el 19 por ciento de la producción del campo y a la compañía, el 81. Si ascendiera a 120 dólares por barril o más, el Estado se llevaría el 26,5 por ciento y la compañía, el 73,5.

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El exministro de Energía Fernando Santos Alvite ha explicado que esos porcentajes serían adecuados si el campo fuera nuevo y la compañía invirtiera para hacerlo producir, generando un ahorro para el Estado. Pero Sacha está en producción desde hace 50 años. En 2024 arrojó 76.980 barriles diarios. Y esa producción, resultado de décadas de inversión del Estado ecuatoriano (mejor dicho: entre el 73,5 y el 81 por ciento de esa producción) es lo que se entregará al consorcio Sinopetrol antes de que invierta un centavo siquiera. A Santos Alvite, que siempre ha estado a favor de concesionar la operación petrolera, le parece una barbaridad.

Aparte de la prima de 1.500 millones que el gobierno destinará a gasto social, ¿qué ofrece el consorcio? Invertir 1.700 millones para operar el campo durante 20 años e incrementar la producción, en los próximos tres, hasta alcanzar los 100 mil barriles diarios. Problema: ¿cómo pretende Sinopetrol llegar a ese nivel de producción (100 mil barriles) invirtiendo 85 millones de dólares anuales (resultado de dividir 1.700 millones entre 20) cuando Petroecuador emplea 150 millones para producir los actuales 76.980?

  • 3. ¿Quién está atrás de este negocio?

“El viceministro tiene delegación mía y está aprobado así en el COL (Comité de Licitaciones Hidrocarburíferas)”. Con estas palabras, dichas con la mirada baja y como al apuro y en un murmullo, Inés Manzano anuncia que no será ella, la ministra, quien firme éste, el contrato petrolero más importante de la década. Lo hará Ferreira. ¿Por qué? La pregunta específicamente era esa y la dejó sin contestar. Rarísimo.

Ferreira: ingeniero venezolano, exgerente de operaciones de Cóndor, una empresa contratista de Petroamazonas que ocasionó un perjuicio al Estado por 204 millones de dólares en 2020 según un examen especial de la Contraloría; cuñado de Cynthia Gellibert, la vicepresidenta de bolsillo de Daniel Noboa y asesor del presidente en sus tiempos de asambleísta. Es el hombre que movió sus influencias para propiciar la adjudicación directa del campo Sacha al consorcio Sinopetrol, conformado por las empresas Amodaimi, filial de la china Sinopec, y Petrolia, registrada en Canadá pero perteneciente a un extécnico de PDVSA y amigo de Ferreira desde sus años venezolanos: José Francisco Arata, de muy mala fama en Colombia, donde quedó debiendo millones tras operar un campo petrolero. Aunque los chinos tienen el 60 por ciento de la sociedad, es Petrolia, con el 40, la que asumirá la operación del campo. Pero Petrolia no tiene gente ni recursos suficientes (de hecho, es posible que no consiga los 600 millones que necesita hasta el martes para pagar su parte de la prima). Su único antecedente en el país fue haber operado durante un año un campo petrolero que compró a Repsol en el bloque 16 y en el que no invirtió un centavo, razón por la cual no se le renovó el contrato. Rarísimo.

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El gobierno desmiente que esto sea una adjudicación a dedo. Inés Manzano dijo que el consorcio “hizo su tarea” y envió una oferta no solicitada. “Luego invitamos a tres compañías estatales pero nunca presentaron las ofertas”. Parece que no buscaron a las adecuadas porque la noruega Equinor estuvo siempre interesada en Sacha. Tampoco les importó el hecho de que hubiera ya una licitación vigente, en la que ganó la oferta de la estadounidense Baker Fuels y en la que Sinopec, de hecho, participó y perdió. Esto no será a dedo pero es rarísimo.

  • 4. ¿Qué significa estar “todos alineados”?

Más rara aún es la caza de brujas que tuvo lugar en relación con este asunto. En el Ministerio de Finanzas, donde había un informe de sostenibilidad y riesgo fiscal que desaconsejaba esta adjudicación, por perjudicial para el Estado, y donde los funcionarios que defendían ese informe fueron víctimas de una presión intolerable. Tuvo que salir el anterior ministro y entrar uno nuevo, Luis Alberto Jaramillo, para que aparezca otro informe, esta vez favorable. Y en Petroecuador, donde despidieron a 26 personas y forzaron la renuncia de la gerente general, Leidy Jiménez (la quinta en lo que va del gobierno de Noboa). Entre los despedidos había seis gerentes y subgerentes y una veintena de técnicos, algunos de primera, con diez años de servicio: jefes de estación, jefes de campo, geólogos, geofísicos, supervisores...

“Ha pasado lo que tenía que pasar -dijo la ministra Manzano el 26 de febrero cuando esto era sólo un rumor y le preguntaron al respecto-, tiene que haber gente que estemos alineados todos”.

-¡Todos! ¿La gerente también?, -se alarmó un periodista.

-La gerencia… -respondió la ministra cada vez más disminuida, como no sabiendo qué decir- Estamos llamando un directorio para… Pero bueno, esas son cosas que… -y cambiando repentinamente de tono mientras componía un fingida y pueril sonrisa-: ¿Alguien quiere hablar del tema energético? Cándido intento por cambiar de tema y alinear a todo el mundo.

un imposible

Petroecuador invierte 150 millones de dólares anuales en Sacha para producir 77 mil barriles diarios. La concesionaria pretende subir a 100 mil barriles invirtiendo sólo 85 millones.

una cacería

“Pasó lo que tenía que pasar, tiene que haber gente que estemos alineados”. Así explicó la ministra de Energía, Inés Manzano, el despido de 26 funcionarios de Petroecuador.

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