
Rafael Correa rompe el silencio sobre Fausto Jarrín: “Es mano derecha de Noboa”
Pide que se entreviste a su exabogado para que defienda su tesis sobre el 'lawfare' en el caso Sobornos
El expresidente Rafael Correa rompió el silencio sobre Fausto Jarrín, su antiguo abogado y amigo, a quien en redes sociales calificó como “mano derecha de Daniel Noboa”. La mención no pasó inadvertida: a diferencia de su estilo habitual, cuando lanza insultos contra quienes considera traidores —como Sergio Peña o Yahaira Urresta—, con Jarrín la crítica fue contenida, casi diplomática.
Este 26 de agosto de 2028, Correa respondió a las declaraciones de Noboa en el diario argentino Clarín. El mandatario aseguró que existía abundante evidencia en el caso Sobornos, el proceso que terminó con sentencias de ocho años de cárcel Correa y Jorge Glas. La réplica del expresidente no se dirigió contra Noboa, sino contra su propio exdefensor:
“Ecuatorianos, argentinos: Fausto Jarrín fue mi abogado defensor en el Caso Sobornos (también llamado #CasoBochornos). Hoy, por esas cosas inauditas que solo suceden en Ecuador, Jarrín es mano derecha de Daniel Noboa. ¿Por qué no le preguntan a él si el Caso Sobornos es real? ¿Mintió en todos sus escritos y alegatos de aquel entonces? @clarincom ¿Por qué no entrevistan a Jarrín?”, escribió en X.

Fausto Jarrín nunca ha desmentido la tesis de la persecución política a Correa
La alusión es directa: Correa recuerda que Jarrín, durante la defensa del caso Sobornos, sostuvo la tesis del lawfare y está convencido de que hoy sigue creyendo lo mismo. Alegaba que las pruebas halladas en las computadoras de Pamela Martínez y Laura Terán eran montajes de la Secretaría de Inteligencia. En esos archivos aparecieron hojas de cálculo, correos y documentos que registraban los “aportes”, que en realidad eran coimas, de contratistas del Estado a favor de Alianza País. Para Correa y Jarrín, todo era una farsa judicial.
En abril de 2022, el abogado escribía: “Persiguen a @MashiRafael y otros compañeros porque tienen miedo y saben que la única forma de ganar es usando el poder del Estado para impedirnos participar. El exterminio judicial (lawfare) es el arma que usaron, pero el tiempo derrumba sus farsas”. Y en diciembre de 2021 ponía: "¡Feliz año, Presidente! Recuerde que somos muchos quienes no descansaremos hasta verle nuevamente guiando la senda de la dignidad que tanto anhela nuestro pueblo. ¡Hasta la victoria siempre!"
¿Sostiene hoy Fausto Jarrín esa versión? Nunca la desmintió, pero tampoco la reitera. Optó por el silencio. El abogado que antes defendía con vehemencia a Correa ahora evita referirse al caso Sobornos o al correísmo. En redes sociales sus publicaciones se limitan a respaldar a Mario Godoy, presidente del Consejo de la Judicatura, y a su esposa, Dolores Vintimilla. En la vida política se lo vio junto a Noboa durante la campaña presidencial y en la posesión del cargo, en mayo pasado.
Ecuatorianos, argentinos:
— Rafael Correa (@MashiRafael) August 26, 2025
Fausto Jarrín fue mi ahogado defensor en el Caso Sobornos (llamado también #CasoBochornos). Hoy, por esas cosas inauditas que solo suceden en 🇪🇨, Jarrín es mano derecha de Daniel Noboa.
¿Por qué no le preguntan a él si el Caso Sobornos es real?
¿Mintió… pic.twitter.com/2p7BRUoYTz
El apoyo de Mario Godoy, sobre el que Correa casi no habla
Los silencios pesan. Correa, que ha atacado con dureza a actores judiciales, apenas criticó a Godoy. Lo hizo de forma tibia, a diferencia de la ofensiva contra otros candidatos a la Corte Nacional de Justicia. El vínculo entre Godoy y el correísmo quedó expuesto en el caso Ligados, cuando se revelaron pagos para asegurar su llegada a la Judicatura. Augusto Verduga, entonces vocal del Consejo de Participación y hoy prófugo, interrumpió su licencia de paternidad para votar a favor de Godoy. En una conversación judicializada, Andrés Arauz le comentó a Verduga que existía un acuerdo directo entre Correa y Godoy.
La actual reelección de Godoy en la Judicatura, impulsada desde el Consejo de Participación, se consolidó gracias a una cadena de maniobras políticas. Todo comenzó con la consejera Johanna Verdezoto, quien promovió la salida de un candidato de la terna para abrirle espacio a Godoy. Después, delegó a su asesor Cristian Troya —exasesor de Jarrín y excomunicador de Godoy en la Judicatura— para integrar la comisión técnica que, entre otras decisiones, recomendó desechar las 17 impugnaciones presentadas, la mayoría contra Godoy.
El silencio de Correa frente a Jarrín no parece un simple gesto de prudencia. En política, las lealtades se negocian. Y ese pasado compartido entre ambos todavía pesa demasiado como para ser resuelto con un tuit.
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