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El correísmo se ha mantenido al margen de la corta campaña por la consulta popular.CHATGPT

El correísmo en consulta popular: ¿cómo decir que No sin decir que No?

Son varias las hipótesis para intentar entender la escasa y casi nula participación de la Revolución Ciudadana en la campaña

¿Cómo decir no sin decir no, al menos sin insistir mucho o sin decirlo muy en alto? Esta parece ser la encrucijada del correísmo madurista y desquiciado de Rafael Correa, Luisa González, Ricardo Patiño y Andrés Arauz, frente a la inminente consulta popular del próximo 16 de noviembre en la que se va a preguntar si se quiere o no convocar a una Asamblea Constituyente.

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Si se observa con detenimiento, es evidente que Correa y sus lugartenientes, si bien han dicho que van a votar No e invitan a los electores a votar por el No y si bien el correísmo se inscribió ante el Consejo Nacional Electoral para hacer campaña por el No, en los hechos no se nota que estén muy convencidos en salir a abogar por el voto negativo.

Es casi casi como que aseguran que van a votar No, pero tratando de no hacer mucha bulla y sin hacerse notar demasiado. Andan con una austeridad discursiva que no les es propia. Si se ve en redes sociales, por ejemplo, se verá que la gran mayoría de los mensajes a favor del No en la pregunta sobre la convocatoria a una Constituyente provienen de cuentas que no están vinculadas orgánicamente a la Revolución Ciudadana sino a sectores de izquierda, ambientalistas o de derechos humanos. 

En redes es notorio que el esfuerzo del correísmo orgánico por convencer a que se vote por el No es casi nulo. Lo mismo ocurre en las provincias y calles del país: no hay un esfuerzo electoral que se le parezca, ni de lejos, a otros procesos donde el correísmo se convierte en una fuerza protagónica y muchas veces la principal.

Luisa González, presidenta de la Revolución Ciudadana, por ejemplo, en una de sus últimas entrevistas dijo que votará No pero que en el caso de que gane el Sí (admitir la derrota desde tan temprano no es propio del correísmo) ella será candidata. Si se observa su cuenta de X, se advierte que replica algunos mensajes de sus coidearios que animan a la gente a que se vote No, pero no existe un esfuerzo por hacer de ese tema el eje de su huella en redes. 

Llama la atención, además, que a estas alturas cuando falta menos de dos semanas para la consulta, el correísmo no haya desplegado sus recursos audiovisuales (videos, por ejemplo) para promover el voto negativo. Lo mismo ocurre con Rafael Correa: en su cuenta de X sus exhortos por el voto a favor del No son más bien escasos y es bastante obvio que no está desquiciado (como es su estilo y es notorio en el tema de la tinta voladora) con el tema.

El miércoles 5 de octubre tuvo uno de sus ‘Almorzando con el Mashi’ (una transmisión en redes de un almuerzo en el que, por tener que hablar sin parar, Correa no prueba bocado de un descomunal plato de fritada con mote y un caldo de gallina que le han colocado como escenografía patriotera) en el que si bien dijo que por “amor a la patria” hay que votar No, tampoco es que haya centrado su disparatado discurso en ese tema. De la media hora que duró el programa, a lo mucho habrá invertido más de tres minutos en hablar a favor del No.

No es así con otros grupos de izquierda que ya no están con el correísmo orgánico, aunque fueron parte fundacional del movimiento. Hay un video que Augusto Barrera, exalcalde correísta de Quito pero que desde hace años está alejado de Rafael Correa, ha puesto en sus cuentas de redes sociales, en el que aparecen figuras como Alberto Acosta, Betty Tola, Gisela Chalá, Santiago Ron, entre otros, defendiendo a la Constitución correísta de Montecristi y dando razones para votar a favor del No como la defensa de la plurinacionalidad, los derechos de la naturaleza, las luchas de las mujeres, el derecho a la salud y hasta el derecho al agua. 

La atención será de 08:00 a 12:00 exclusivamente para ciudadanos que hayan agendado su turno y niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.

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¿Por qué el correísmo no está metido en la campaña del No?

Cuando se ingresa al mundo de las redes sociales, es notorio que la gran mayoría de mensajes a favor del No provienen de estos sectores, no así del correísmo orgánico. La pregunta es, entonces, ¿por qué el correísmo no está metido de cabeza en la campaña por el No si se supone que aquí se está jugando el futuro de su Constitución?

Una posibilidad es que el correísmo mira a esta convocatoria a Constituyente como una oportunidad más que como un peligro para su Constitución de Montecristi. Una nueva Constituyente puede ser el escenario perfecto para negociar algunos puntos muy importantes para ellos, por ejemplo, la reelección indefinida, la amnistía para sus presos y prófugos (si Correa es amnistiado así podría ser nuevamente candidato) o la reconfiguración de tribunales como la Corte Nacional de Justicia o la Corte Constitucional.

También está el hecho de que si abogan muy fuerte por el No a la Constituyente, sus candidaturas tendrían menor legitimidad. ¿Si tanto dijeron que No, porqué ahora están participando en las elecciones de asambleístas? Es evidente que el correísmo tiene todas las posibilidades de tener una presencia importante en la Constituyente (si gana el Sí, claro) lo que le permitiría o bloquear al noboísmo y hacerlo fracasar o aprovecharse de la coyuntura y sacarle el mayor provecho posible. 

Un acuerdo podría ayudar al correísmo en su plan de impunidad y de regreso al poder y al noboísmo salir con una nueva Constitución e incluso a firmar un pacto de no agresión para cuando salgan del poder y éste, hipotéticamente, vuelva a manos del correísmo.

La disyuntiva del correísmo es, en efecto, cómo decir que No sin decir que no. Por eso, no han desplegado un esfuerzo institucional ni masivo ni híper militante (como sería lo normal en su caso) a favor del No. ¿Algo les dice a los correístas que el Sí les puede convenir mucho más? Es muy probable.

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