Paro Nacional en Ecuador
Mujeres indígenas participan en una protesta este lunes, en la ciudad de Latacunga (Ecuador).Efe

Paro en Ecuador, un mes después: claves del conflicto entre el Gobierno y la Conaie

El paro convocado por la Conaie cumple un mes con dos muertos, decenas de heridos y una economía afectada

Ecuador llega a un mes de movilizaciones que mantienen en vilo al país. Lo que comenzó como una protesta contra el alza del diésel se ha convertido en un pulso político entre el presidente Daniel Noboa y el movimiento indígena liderado por la Conaie, a pocas semanas del referéndum constitucional del 16 de noviembre.

1. El origen del conflicto

El 22 de septiembre, el Gobierno eliminó el subsidio al diésel, elevando su precio de 1,80 a 2,80 dólares por galón. La medida, recomendada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) dentro de un paquete de ajustes fiscales, desató la inmediata reacción del movimiento indígena.

Durante décadas, los combustibles subsidiados fueron considerados un beneficio social intocable. Pero la decisión de Noboa reabrió viejas heridas y revivió el fantasma de los estallidos de 2019 y 2022.

Paro nacional
Manifestantes atacaron y quemaron el Comando de Policía de OtavaloCortesía

2. Los protagonistas del paro

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), liderada por Leonidas Iza, encabeza las movilizaciones. Su peso histórico como actor político y social ha sido determinante: en 2019 y 2022 logró que los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso revirtieran medidas similares.

Hoy, el escenario es distinto. Noboa se enfrenta a una organización que mantiene presencia en las provincias andinas y capacidad de presión en carreteras estratégicas.

3. Las nuevas demandas

A la restitución del subsidio se sumaron otras exigencias: reducir el IVA del 15 % al 12 %, liberar a los manifestantes procesados por terrorismo, y elevar el salario básico a 650 dólares. Además, la Conaie ha manifestado su rechazo al referéndum nacional impulsado por Noboa, que podría abrir la puerta a una nueva Constitución y redefinir el equilibrio político del país.

Marlon Vargas
Marlon Vargas, presidente de Conaie, durante un evento público en defensa de la Amazonía y los salariosCortesía

4. Los focos de protesta

Aunque la convocatoria fue a un “paro nacional indefinido”, la provincia de Imbabura se ha convertido en el epicentro del conflicto. Allí se concentran bloqueos de vías que han aislado a varias comunidades y provocado pérdidas económicas superiores a 50 millones de dólares, según gremios locales.

También se han registrado cortes intermitentes en Azuay, Loja, Chimborazo y Pichincha, aunque el Gobierno ha logrado evitar el ingreso masivo de manifestantes a Quito, como ocurrió en crisis anteriores.

5. Escalada de violencia y respuesta estatal

En el primer día del paro, un grupo de manifestantes atacó un cuartel policial en Otavalo, donde diez vehículos fueron incendiados. Desde entonces, se han producido enfrentamientos en distintos puntos del país.

El Ejecutivo respondió con estado de excepción en las zonas más conflictivas y desplazó la sede de Gobierno a Latacunga durante varios días. La Policía y las Fuerzas Armadas han actuado con fuerza para despejar las vías, mientras el discurso oficial acusa a los manifestantes de “terrorismo”.

Daniel Noboa dispuso que las Fuerzas Armadas apoyen a la Policía Nacional durante la vigencia del estado de excepción en Quito, otros cantones de Pichincha y 9 provincias más.
Daniel Noboa dispuso que las Fuerzas Armadas apoyen a la Policía Nacional durante la vigencia del estado de excepción en Quito, otros cantones de Pichincha y 9 provincias más.Foto: GUSTAVO GUAMAN / EXPRESO

6. El saldo de un mes de paro

Hasta el momento, las protestas han dejado dos muertos, presuntamente por disparos del Ejército, además de casi 300 heridos y más de un centenar de detenidos.

El impacto económico golpea especialmente al transporte, la agricultura y el turismo, con Imbabura prácticamente paralizada.

7. Un país en punto muerto

Con el referéndum en el horizonte, el conflicto entre el Gobierno y la Conaie se ha convertido en una batalla por la legitimidad política. Noboa defiende su plan de ajustes como necesario para la estabilidad económica, mientras el movimiento indígena acusa al Ejecutivo de actuar “de espaldas al pueblo”.

Ambos bandos mantienen posiciones inflexibles y, a un mes del inicio de las protestas, Ecuador sigue atrapado entre el diálogo estancado y la presión de las calles.

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