
“No solo es el alza del diésel”: Arzobispo de Guayaquil sobre el paro nacional
El cardenal Luis Gerardo Cabrera, advirtió que el paro nacional refleja problemas estructurales más allá del alza del diésel
En medio del paro nacional que mantiene bloqueadas varias provincias del país, la voz de la Iglesia católica volvió a pronunciarse. El Cardenal Luis Gerardo Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y arzobispo de Guayaquil, hizo un llamado a mirar más allá de la coyuntura inmediata y a buscar soluciones de fondo. En declaraciones a Radio Morena, Cabrera insistió en que la crisis no se reduce al precio del diésel, sino a problemas estructurales que afectan la vida cotidiana de millones de ecuatorianos.
"Siempre hablan del cambio, el cambio ¿de qué?"
El arzobispo inició su intervención con una reflexión crítica sobre el discurso político. “Me llama la atención cuando en campañas de muchos gobiernos siempre hablan del cambio, del cambio, que ahora viene el cambio… ¿el cambio de qué?”, cuestionó Cabrera.
Para él, la política no puede plantearse como una ruptura total con el pasado, sino como un proceso de continuidad y construcción colectiva. “Como que hay una ruptura, no se puede romper con el pasado. Entonces retomar los acuerdos, retomar el diálogo, lógicamente proponer nuevas alternativas, nuevas soluciones. Creo que ese sería el camino”, señaló.
El cardenal recordó que en ocasiones anteriores la Iglesia fue invitada a participar en mesas de coordinación y diálogo, y reiteró su disposición a contribuir en la búsqueda de consensos. “Yo no soy quien, solamente me permito sugerir. Y sugiero porque nos invitaron la vez anterior a estar en esas mesas de coordinación”, añadió.
Problemas estructurales del país
Cabrera fue enfático en que el malestar social no se explica únicamente por la eliminación del subsidio al diésel, medida que detonó las movilizaciones actuales. “Ojalá haya una solución duradera, en el fondo no es solamente la alza del diésel, sino la falta de medicinas, de alimento, de trabajo, la falta de educación, eso es en realidad hacia donde nos tenemos que enfocar todos los ecuatorianos”, expresó.
El líder religioso subrayó que la protesta social refleja un cúmulo de carencias históricas que afectan a los sectores más vulnerables. En su criterio, el debate nacional debe girar hacia la construcción de políticas públicas que garanticen derechos básicos y reduzcan las brechas sociales.
“Nuestro compromiso no es solo con la palabra, es con la acción"
El arzobispo de Guayaquil también destacó el trabajo que la Iglesia realiza en territorio, especialmente en las zonas más pobres de la ciudad. “Todos estamos acá trabajando, nosotros en Guayaquil tenemos un banco de alimentos que sí nos ocupamos. Educamos a más de 12 mil estudiantes de las zonas más marginales y más pobres, también tenemos dispensarios médicos que atendemos a todos los sectores, también tenemos un albergue y un centro de rehabilitación”, detalló.
Con estas palabras, Cabrera buscó remarcar que el compromiso de la Iglesia no se limita a la prédica, sino que se traduce en acciones concretas. “Nuestro compromiso no es solo con la palabra, es con la acción, con la vida”, afirmó.
El cardenal insistió en que la crisis actual debe ser una oportunidad para unir esfuerzos entre distintos sectores de la sociedad. “Tenemos que dejar los prejuicios, ya sea que esté a favor de la Iglesia, en contra de la Iglesia. Es hora de unir esfuerzos y pensar en el resto”, exhortó.
Un llamado a la unidad y a la solución duradera
Las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se producen en un momento de alta tensión social, con bloqueos en carreteras, enfrentamientos y pérdidas económicas millonarias. Frente a este panorama, Cabrera insistió en que la salida no puede ser coyuntural ni parcial.
El arzobispo planteó que el país necesita un diálogo real y sostenido, que permita atender las causas estructurales del descontento social. Para ello, consideró indispensable superar los prejuicios ideológicos y políticos, y priorizar el bienestar colectivo.
“Es hora de unir esfuerzos y pensar en el resto”, reiteró, subrayando que la solución no pasa únicamente por revertir una medida económica, sino por garantizar derechos básicos como salud, educación, empleo y alimentación.
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