
El clamor israelí de no prolongar la guerra
Cientos de miles de ciudadanos se toman las calles de Israel para pedir el cese a la violencia y el regreso de rehenes
Israel vivió este domingo una jornada de huelga y protesta nacional que reflejó la profunda fractura social sobre el futuro de la guerra en Gaza. Desde la madrugada, en ciudades y carreteras de todo el país, miles de ciudadanos se manifestaron en contra de la decisión del Gobierno de expandir la ofensiva militar, exigiendo en su lugar un acuerdo que ponga fin al cautiverio de los rehenes israelíes. El clamor culminó por la noche en Tel Aviv con una de las mayores concentraciones de los últimos meses.
Una guerra que ya debe acabar
Durante todo el día, el descontento fue palpable. La autopista que une Jerusalén con Tel Aviv fue bloqueada intermitentemente por manifestantes con banderas israelíes y cintas amarillas, el color que simboliza la causa de los cautivos. "Hoy es el día 681 desde que están en los túneles. Estamos acá para intentar, esta vez, que el Gobierno nos escuche", declaró a EFE Katia Armosa, de 72 años, mientras participaba en un bloqueo quemando neumáticos.
Highway 1 from Tel Aviv to Jerusalem is blocked by protesters. Credit Abraham Adivy pic.twitter.com/7m3956rvNJ
— We Are All Hostages (@AllHostages) August 17, 2025
Entre los manifestantes se encontraban voces con complejas perspectivas. Steve Zussman, padre de un reservista de 22 años muerto en Gaza en 2023, se unió a la protesta en Jerusalén. Aunque afirmó no estar en condiciones "de ceder ante Hamás", matizó que "prolongar indefinidamente la guerra en Gaza no es la manera correcta de actuar.
srael tiene que demostrar que buscamos la paz". Para otros, la prioridad es inequívocamente humanitaria. "El objetivo principal debe ser liberar a la gente y después podremos hablar de la situación de seguridad", sostuvo Tanner Smith, un estudiante estadounidense para rabino.
El punto álgido llegó con la noche en la ya denominada Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, donde, según estimaciones del Foro de las Familias de Rehenes, se congregaron unas 400.000 personas. La masiva concentración se convirtió en un potente escenario de críticas directas contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, a quien culpan de que medio centenar de rehenes sigan en Gaza 681 días después del ataque de Hamás. "¿Tiene el descaro de decir que el precio de traerlos de vuelta es demasiado alto? ¿Dónde está su vergüenza?", interpeló Ruby Chen, padre de Itay Chen, un soldado cuyo cuerpo sigue en la Franja.
Este grito por un acuerdo choca frontalmente con la estrategia militar del Estado de Israel. El mismo domingo, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, aseguró que el Ejército pasará "pronto" a la siguiente fase de su operación en Gaza. Esta nueva etapa se centrará en intensificar los ataques por tierra, mar y aire sobre la ciudad de Gaza, al norte de la Franja, con el objetivo de lograr la "derrota definitiva" de Hamás en la zona.
El plan israelí contempla el desplazamiento forzoso de cerca de un millón de palestinos que, según estimaciones, se refugian en la capital gazatí. El primer ministro Netanyahu estableció como paso previo la creación de "zonas seguras" en el sur. Sin embargo, agencias como la UNRWA han advertido que estos lugares podrían convertirse en "campos de concentración masivos".