Helados artesanales de cuenca
En la heladaria Coco Rico se ofrecen productos elaborados de forma artesanal. Su sabor tradicional es el de leche con coco rayado.CLAUDIA PAZAN

Helados de antaño endulzan el Centro Histórico de Cuenca

Son artesanales y se sirven en vasos de aluminioz. Se trata de negocios familiares que conservan un legado

El centro de Cuenca guarda mucho más que la historia de su desarrollo. Existen rincones que pasan inadvertidos, pero que hablan de una tradición de antaño. Se trata de las pequeñas tiendas de barrio que ofrecen helados caseros y artesanales.

Diario EXPRESO realizó un recorrido por el Centro Histórico y descubrió lugares que reflejan el trabajo de familias locales que hoy son parte de la cultura de la ciudad.

Helados en un barrio tradicional de Cuenca  

El recorrido se inicia en la calle Hermano Miguel y Sucre, a tan solo dos cuadras del conocido Parque Calderón, en la tienda ‘Helados Coco Rico’, fundada por Blanca Barahona hace más de 50 años. En la actualidad, este lugar es dirigido por sus hijas Mercy y Laura Zárate

Mercy relata que su madre llegó muy joven a la capital azuaya desde su natal Azogues para establecerse. En aquella época, alquilando una tienda del convento de las Conceptas, comenzó a ofrecer sus dos primeros sabores que se mantienen hasta la actualidad: leche y chocolate con coco rallado.

Helados artesanales de cuenca
Mercy Zambrano es la segunda generación de la heladería Coco Rico que continúa el legado de su madre.CLAUDIA PAZAN

“Recuerdo que crecí en medio de los helados. Todos mis hermanos y yo colaboramos en el proceso de elaboración luego de la escuela. Hacíamos los deberes y, según íbamos terminando, nos sumábamos a la ayuda”, comentó. La tienda se cambió de ubicación en varias ocasiones, pero siempre en el sector de la calle Hermano Miguel, hasta que en 1994 la familia compró la vivienda en donde hasta hoy atienden al público.

En la actualidad, las hermanas Zárate continúan con el legado de su madre, elaborando los tradicionales helados de hielo con fruta y coco en los envases de metal con forma rectangular. Además, cuentan con ocho sabores en crema, también hechos de forma artesanal.

Juan Palacios, cliente del lugar, comentó que el sabor de estos helados es único y que, siempre que visita el centro de la ciudad, aprovecha para degustarlos. Él prefiere los sabores tradicionales, es decir, el de chocolate con coco y el de mora.

Una receta que pasa de generación en generación 

La siguiente parada es en el local ‘Los helados de la Lamar’, en la calle Lamar y Manuel Vega. En 1956, Amada y Celia Feicán abrieron una pequeña tienda de abarrotes y, para dar gusto a los más pequeños, elaboraron con una receta propia sus primeros helados rosados de leche

Helados artesanales de cuenca
Los helados rosados de leche son una tradición familiar de Patricia Feican. Este negocio se fundó en 1955.CLAUDIA PAZAN

En la actualidad, este negocio está dirigido por Patricia Feicán, quien conserva cada anaquel y repisa tal como lo dejaron sus tías. En el lugar el tiempo se detuvo y el único cambio que se vio obligada a hacer fue sustituir la vieja congeladora por una más moderna.

“Mis tías congelaban sus helados en una refrigeradora modelo Crosley, pero por tantos años que funcionó se dañó y no me quedó más que cambiar a una más moderna”, comenta Feicán. La heladería se caracteriza por continuar ofreciendo unos pequeños helados de leche que, luego de congelarse, toman un color rosado. Además, Feicán desarrolló su habilidad para la repostería y ofrece una gran variedad de galletas, bocaditos y tartas que también pueden ser degustados.

Sabores desde 1977

Finalmente, se visitó la tienda ‘Helados’, ubicada en la calle Pío Bravo y Estévez de Toral. Aunque su propietaria dijo no gustarle las entrevistas, su amabilidad y carisma permitieron conocer detalles como que fundó su negocio en 1977 y que, desde entonces, su especialidad son los helados de crema licuados con diferentes frutas.

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En la actualidad, tiene 70 años y continúa al frente de su heladería, en la que ya se ha involucrado su hija para conservar este legado que se niega a morir frente a las heladerías modernas.

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