AQUILES ALVAREZ Y DANIEL NOBOA
El alcalde Aquiles Álvarez y el presidente Daniel Noboa tuvieron ceremonias por separado por las fiestas de Guayaquil.EXPRESO

Guayaquil: escenario de nuevo pulso entre Daniel Noboa y Aquiles Álvarez

El presidente defendió la polémica decisión de recortar al Estado, mientras el alcalde de Guayaquil lanzó dardos al Gobierno

Los 490 años de fundación de Guayaquil se celebraron en medio de un tenso ambiente político entre el presidente Daniel Noboa y el alcalde de la ciudad, Aquiles Álvarez, quienes, una vez más, optaron por conmemorar a la urbe porteña en ceremonias y actos por separado.

Noboa, quien encabezó dos actos públicos con motivo de las fiestas julianas, se alejó de la polémica y prefirió defender su reciente y controvertida decisión de fusionar ministerios y despedir a más de 5.000 funcionarios públicos que, a criterio del Gobierno, volvían ineficiente al Estado.

“(Es) Una decisión que por años la gente pedía: sacar a quienes no estaban comprometidos con este país y darles la oportunidad a jóvenes, a personas y profesionales que nunca tuvieron una oportunidad de servir a su país (...)”, señaló el jefe de Estado desde la Gobernación del Guayas.

Sin mencionar nombres, el presidente Noboa también dirigió unas palabras a los críticos de su más reciente medida: “Quienes nos difaman a diario, nos mantienen firme defendiendo los principios y la esencia de nuestro proyecto político. En eso, se los aseguro, es incansable”.

Aquiles Álvarez fue el contraste de Daniel Noboa en las fiestas de Guayaquil

Álvarez fue la otra cara de la moneda. Su discurso, que inició como un saludo a su gestión y a la ciudad, terminó lanzando críticas al Gobierno de Noboa e incluso increpándolo por la decisión de despedir a más de 5.000 funcionarios públicos por supuesta ineficiencia.

“¿Qué es el progreso para algunos? ¿Despedir a 5.000 trabajadores en un solo día? ¿Hablar de evaluar a 453.000 empleados públicos con base en parámetros discrecionales? Se les exige a los médicos, enfermeros, profesores el cumplimiento de metas institucionales, pero ¿dónde? En hospitales sin medicinas y en escuelas con pisos de tierra”, cuestionó Álvarez.

Y no se detuvo. Durante su intervención, el alcalde alabó a la ciudad no solo por recordarse una conmemoración histórica, sino por ser un símbolo de resistencia constante: “Guayaquil no nació para callar, eso es lo que no entienden. Guayaquil nació, ya saben con qué, para liderar, gritar y luchar, lo que siempre ha obtenido en las calles”.

Daniel Noboa y Aquiles Álvarez: una rivalidad que empieza a crecer

El contraste entre Noboa y Álvarez, a criterio del consultor político Oswaldo Moreno, era previsible, especialmente por la turbulenta semana que vivió el alcalde con su enjuiciamiento penal en el caso Triple A, en el que se lo investiga por presunto tráfico de combustible.

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“El alcalde es el opositor natural, local, que tiene el presidente. Y ha pasado antes: pasó entre Rafael Correa y Jaime Nebot, y entre León Febres-Cordero y Lucio Gutiérrez. El problema es que, en el ejercicio de la oposición, el uso de las instituciones termina sirviendo para intimidar o amedrentar a opositores políticos, y no para cumplir sus funciones”, opinó.

El analista político César Febres-Cordero, por su parte, considera que el contexto del caso Triple A (que Álvarez percibe como un asunto más político que judicial) influye, aunque no de forma directa. “No directamente, pero eso es parte del debilitamiento del alcalde. Este 25 de julio se siente apagado”.

Por el contrario, considera que estas fiestas julianas muestran a un Daniel Noboa que está ganando la pulseada política. “Noboa está ganando. Las paces que Aquiles ofreció no han sido bien recibidas por el Gobierno. Noboa no tiene por qué desgastarse peleando si tiene a operadores, asambleístas, ministros y hasta a la justicia para maniobrar y ejecutar su ofensiva”.

Moreno, por su parte, advierte que, al final, este tipo de confrontaciones y distanciamientos solo terminan afectando a la ciudadanía. “Al margen de quién tenga razón, termina afectando el desarrollo de la ciudad. Guayaquil es una ciudad que requiere de la acción conjunta de sus autoridades, pero lamentablemente, por razones políticas, existe una fricción constante”.

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