
Ecuador: así fue el segundo día de protestas tras eliminación del subsidio al diésel
Ecuador vivió su segunda jornada de protestas con bloqueos y estado de excepción contra la minería y el alza del diésel
El segundo día de protestas en Ecuador por la eliminación del subsidio al diésel estuvo marcado por bloqueos en varias provincias, la declaratoria de estado de excepción en siete jurisdicciones y una multitudinaria marcha en Cuenca en defensa del agua. Transportistas, indígenas y colectivos sociales rechazaron el incremento del combustible y advirtieron que las medidas del Gobierno de Daniel Noboa afectan a los sectores más vulnerables.
Estado de excepción y control militar
A través del Decreto Ejecutivo N.º 134, el Gobierno declaró el estado de excepción en Carchi, Imbabura, Pichincha, Azuay, Bolívar, Cotopaxi y Santo Domingo, con una vigencia inicial de 60 días. La medida faculta a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional a resguardar el orden público, controlar vías y restringir temporalmente la libertad de reunión en zonas donde se detecten riesgos a la seguridad. Noboa justificó la decisión en la “grave conmoción interna” generada por las protestas.
En ciudades como Latacunga y Otavalo se reportaron enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública, así como cierres de carreteras. El Ministerio de Educación confirmó la suspensión de clases en varias provincias.

Bloqueos y reclamos sociales
Los gremios de transporte denunciaron que el incremento del precio del diésel a $ 2,80 por galón encarece en más del 30 % sus operaciones, lo que podría traducirse en un aumento de pasajes para los usuarios. “La tarifa del bus en Quito debería ser 46 centavos”, expresó Luis Haro, del Corredor Central Norte, quien advirtió que las compensaciones ofrecidas por el Ejecutivo solo cubren ocho meses.
En paralelo, se sumaron protestas ciudadanas por otros reclamos. En Cuenca, más de 100.000 personas participaron en la denominada Marcha por el Agua, en rechazo al proyecto minero Loma Larga en Quimsacocha, lo que convirtió a la ciudad en uno de los epicentros de la movilización nacional.
Tensiones políticas y sociales
Mientras el Gobierno insiste en que la eliminación del subsidio es necesaria para sanear las finanzas públicas y frenar el contrabando de combustibles, alcaldes y dirigentes sociales advierten un impacto directo en las familias. Pabel Muñoz, alcalde de Quito, responsabilizó al Ejecutivo por el inminente aumento de pasajes y recalcó que “el transporte público es una política social”.
Los líderes indígenas, por su parte, dieron un plazo de ocho días al presidente Noboa para atender sus demandas, bajo amenaza de un levantamiento popular. La Conaie ratificó que mantendrá la presión en las calles hasta que se revierta la medida.

¿Qué pasa en Cuenca?
En la capital azuaya se formó un “quinto río” para rechazar el proyecto minero Loma Larga. Bajo la consigna “Quimsacocha no se toca”, campesinos, estudiantes, colectivos sociales, autoridades locales y líderes indígenas recorrieron las calles hasta llegar al centro de la ciudad, donde se leyó un manifiesto en defensa del agua.
La masiva convocatoria, respaldada por el alcalde Cristian Zamora y el prefecto Juan Cristóbal Lloret, superó las expectativas y congregó a más de 90.000 asistentes, según cifras municipales. Durante la marcha se corearon consignas y se exhibieron pancartas que resaltaban la importancia del agua frente a la minería. El ex candidato presidencial Yaku Pérez lideró el bloque y aseguró que la movilización enviaba un mensaje no solo al presidente Noboa, sino también al mundo, sobre la necesidad de proteger los páramos y enfrentar el cambio climático.
El proyecto Loma Larga, a cargo de la canadiense Dundee Precious Metals, prevé una inversión de hasta 500 millones de dólares para extraer oro, plata y cobre, pero la oposición ciudadana mantiene en vilo su futuro. Aunque el propio presidente Noboa admitió que hay una “altísima probabilidad” de que no se ejecute, los colectivos temen que la licencia ambiental concedida en junio sea un precedente para avalar otras explotaciones en zonas de recarga hídrica. La marcha de Cuenca, así, se consolidó como uno de los puntos más fuertes de presión dentro de las protestas nacionales.
Es así que como la segunda jornada de protestas deja en evidencia un escenario de alta tensión política y social en Ecuador, donde la convergencia de reclamos económicos, ambientales y comunitarios ha multiplicado los frentes de conflicto.
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