
La leche se bota o se entrega como ‘peaje’ por bloqueo de vías en Ecuador
Productores de Imbabura, Pichincha y Carchi trabajan en medio de pérdidas y temor por extorsiones
Los bloqueos de vías del norte del país no solo están generando pérdidas por la producción que no logra llegar a su destino final. El paro ha empezado también a sembrar temor en productores ganaderos debido a las prácticas extorsivas de ciertos manifestantes que, a cambio de dejarlos circular, exigen parte del costo de su mercadería.
“Algunos grupos están intentando asaltarnos de esa forma, pidiendo el 50 % de las ventas de leche que se busca trasladar. Por eso también estamos perdiendo”, denuncia un pequeño ganadero de El Cajas, al norte de Pichincha, que por seguridad evita ser identificado. Él cuenta que, en su caso, tiene siete vacas que a diario le generan de 10 a 12 litros de leche que no ha logrado transportar en estos días de paralizaciones.
No es el único, dice Gabriel Espinoza, presidente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (AGSO). Cerca de 3.500 ganaderos de Imbabura, norte del Pichincha y parte de Carchi han dejado de vender tres millones de litros del producto en los 15 días que ha durado la protesta indígena, surgida como consecuencia de la eliminación del subsidio al diésel.
Espinoza teme que este nuevo episodio, parecido a los efectos que dejaron los paros de 2019 y 2022, se convierta en el inicio de una nueva crisis. “No es solo decir que hemos perdido leche. (No poder circular con libertad) Significa que no tenemos dinero para pagar a empleados, que no hay inversión en el campo, que los animales no tienen suficiente alimento, que no se ha podido fertilizar pastizales, no ha habido veterinario, medicina”, dice.
La industria ganadera se suma así a otros sectores productivos, como el florícola, afectados por el bloqueo de vías en el norte del país, una consecuencia que gremios como la Cámara de Industrias y Producción del Pichincha (CIP) han estimado que podría estar superando ya los $70 millones en pérdidas.
Verónica Chávez, directora del Centro de Industria Láctea, recuerda lo delicada que es la leche. Este es un producto que tiene 48 horas de vida con un sistema de frío, que muchos pequeños productores no tienen.
La leche que no lograr cruzar las vías, dice, se bota o se recolecta en fosas tratando de aprovecharla como fertilizante, para luego esparcirla en el campo.
El sector estima que las manifestaciones han afectado un 15 % de la oferta nacional (de 5 millones de litros como producción diaria). Aunque esto todavía no ha causado desabastecimiento, “el temor es que si esto se prolonga, ya dejemos de hablar de pérdidas puntuales. Corremos el riesgo de debilitar a toda la cadena productiva: productores que quiebren, empresas que reduzcan su escala y consumidores que enfrenten menos oferta y precios más altos”, advierte Chávez.
Los productores perjudicados tienen la esperanza de que el efecto cese en la víspera de este feriado que está por iniciar. “Nos estamos quedando con toda la producción y hasta los quesos no hemos podido sacar. Vivimos de la leche, con eso mantenemos a nuestras familias y educamos a nuestros hijos. Ojalá ya se llegue a un entendimiento y el Gobierno apoye a nuestro sector con incentivos, insumos, fertilizantes y especialmente créditos más barato. Aquí estamos perdiendo todos”, señala otro ganadero.
Ayudas que no llegan
Espinoza coincide con productores de su sector que creen que el Gobierno debería ampliar la ayuda a sectores afectados por el paro.
No obstante, explica que antes el Ministerio de Agricultura (MAG) debería trabajar en flexibilizar requisitos, para que los verdaderos perjudicados sean beneficiados. “En el Gobierno anterior se nos ofreció crédito barato, ¿pero qué pasó? Llegamos a presentar 1.250 carpetas para aplicar a préstamos más económicos, pero apenas 250 lograron calificar”.
Otro problema es la falta de actualización de la base de datos que el MAG tiene sobre esta industria, pues por la falta de registro, no todos logran acceder a los bonos de compensación que hoy está ofreciendo el Gobierno.
No obstante, Chávez es de los que creen que la entrega de un bono no es lo más oportuno para un sector que se pierde en el abandono. Esa ayuda, dice, debe ser mejor canalizada.
“No debería servir para gastarlo en comprar un teléfono, sino en facilitar que el productor pueda acceder a fertilizantes más baratos, tener asistencia técnica, mejorar la genética de sus animales, mejorar su calidad de leche con brucelosis que les impide venderla a la industria”, argumenta.
Quesos sin venderse
La provincia de Carchi, tradicionalmente conocida como productora de lácteos artesanales, enfrenta también problemas. Los pequeños productores de quesos frescos no pueden movilizar su mercancía hacia Imbabura y Pichincha, debido a la naturaleza perecible de este producto. Eso amenaza la supervivencia de numerosos emprendimientos familiares.
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