
Las flores, el brócoli y el tomate, sin salida ante el bloqueo de vías en Ecuador
El paro impide el traslado o eleva el tiempo de viaje. Una ruta a Quito de 3 horas, hoy tarda hasta 14 horas
Pablo Ponce, un productor florícola de Urcuquí, provincia de Imbabura, ha comenzado a calcular las pérdidas económicas que le ha dejado una semana de paro. El bloqueo de vías que traba la llegada de flores al aeropuerto de Tababela, en Quito, ha hecho que, hasta este 29 de de septiembre, no pueda vender el 25 % de lo que normalmente envía por mes a EE.UU.
En Imbabura, según datos de Expoflores, se concentra hasta un 18 % de la producción nacional de flores. Ante el cierre de la vía Panamericana Norte, productores como Ponce han optado por evacuar la oferta por la vía San Lorenzo-Esmeraldas. No obstante, esta alternativa ha multiplicado los tiempos de traslado; si antes los transportistas tardaban hasta 3 horas para llegar a la capital, hoy tienen que hacerlo hasta en 14 horas.
“Con esto ya hemos perdido un día solo transportando el producto ida y vuelta. Esto hace que no solo que no podamos vender toda la producción que tenemos, sino que la oferta llegue a su destino maltratada, porque es un producto que requiere cadena de frío y cuidado”, dice.
Las florícolas de Imbabura no son las únicas afectadas, el cierre de vías también dificulta el trabajo de las fincas ubicadas en Tabacundo, Cayambe y Guachalá, al norte del Pichincha. Así lo informa Adrián Moreano, actual presidente de la Asociación de Exportadores de Flores de Ecuador (Expoflores), gremio que ya calcula $ 8 millones en pérdidas para el sector; es decir, $ 1 millón por día, durante estos 8 días de paralización. “Hay fincas que no han podido sacar prácticamente nada y el impacto no solo es el tema de la producción, sino el riesgo que corre la integridad de los empleados y de las instalaciones”.
Igual suerte corren los agricultores que exportan o comercializan dentro del país productos como el brócoli, pitahaya, papa, leche, tomates y otros.
Rafael Gómez de la Torre, productor de brócoli, cuenta que en su gremio se reportan problemas en Cayambe, Otavalo y algunas zonas de Chimborazo. No tener vías expeditas, dice, “ha obligado a que algunos productores de brócoli tengan que destinar el producto al ganado o simplemente botarlo”.
El empleo, la otra víctima del paro nacional
Francisco Arends, un pequeño productor de Cotacachi (Imbabura), dueño de 5.000 metros de cultivos de tomate riñón, ha tenido, en cambio, que donar a vecinos y amigos, las 100 gavetas de producto (20 kilos cada una) que no pudo sacar en la última semana, una pérdida que para el representa unos $ 600.
Francisco Arends
En esta provincia, explica, existen unas 5.000 hectáreas de tomate, gran parte de ellas debe llegar a la capital, para su distribución en los mercados internos. En estos últimos días, ese despacho ha sido imposible, una situación que ha empezado a afectar también el empleo.
En eso concuerda Ponce, dueño de una finca de 14 hectáreas de flores que hoy opera solo con el 55 % de trabajadores. El paro, dice, no solo que suspende al trabajo, sino que impide que los empleados asistan a las fincas con normalidad. Unos no pueden llegar por el cierre de vías, otros, porque no existe transportación, ante la escasez de diésel que también se reporta en la provincia.
La radicalización de posturas de la Conaie, sobre la revisión de la eliminación del subsidio al diésel siembra tensión en agricultores, quienes esperan que el Gobierno opte por la flexibilidad llamando a una mesa de diálogo. “El Gobierno no está ni limpiando las carreteras para poder trasladar el producto ni llamando al diálogo. Yo como agricultor me siento abandonado por el Gobierno”, dice Arends.
Sin consenso, señalan, el paro seguirá sumando consecuencias. La Cámara de Industrias y Producción de esta provincia calculó que las pérdidas económicas ya superan los $ 40 millones, en el norte del país.
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