Quevedo
Jornada labora. Kevin recorre una de las calles del centro de Quevedo, donde cuida carros. Es su punto de trabajo.Daniel Vite / Expreso

Cuidó carros para ser bachiller, hoy se alista para ser universitario

La lucha y la historia de un joven quevedeño se viralizaron en las redes sociales. Una universidad privada le entregó una beca. Se volvió ejemplo

Las fotos de Kevin Isidro Godoy graduándose del colegio en la mañana y cuidando carros en la tarde, causaron sensación en las redes sociales como ejemplo de superación. Pero su historia de perseverancia empezó mucho más temprano.

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Este joven, de 18 años y oriundo de Quevedo, ha crecido en una humilde casa de caña situada en el barrio El Desquite, de esta ciudad de la provincia de Los Ríos.

Cuando nació ya tenía un hermano mayor y a sus cuatro meses de edad sufrió el abandono de su padre. “No volvió ni para dar el apellido”, le comenta Kevin a EXPRESO.

  • Alternativa. Cuando empezó el colegio también recolectaba cartones y plásticos. Ganaba 2 dólares al día. No era suficiente, se dedicó a cuidar carros.

Pocos años después, su mamá tuvo una nueva relación y dos hijas más, pero la familia volvió a sufrir el abandono del hombre del hogar, rol que tuvieron que asumir Kevin y su hermano, ya que con solo el trabajo de la limpieza de casas que a veces había y otras no, Jessenia Godoy, madre de Kevin, no podía sola.

“Así me hice trabajador. Mi hermano mayor sabe soldar y se botó del colegio para trabajar. Yo también quería trabajar, pero no quería dejar de estudiar, quería ser el bachiller de la casa, el orgullo”, cuenta sonriente.

Quevedo
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Para costear sus uniformes, pasajes y útiles escolares, a sus 12 años Kevin recolectó chatarra y luego se convirtió en cuidador de carros en el centro de la ciudad, labor en la que ya lleva más de cinco años y de la que saca unos cinco dólares al día.

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En marzo pasado, Kevin al fin reemplazó el chaleco amarillo reflectante por una elegante toga y la franela desgastada por un impecable diploma para graduarse en el colegio 7 de Octubre.

“Muchas noches me desvelé. Recuerdo un día en el que llegué tarde del trabajo y tenía muchos deberes. Me quedé haciéndolos hasta las 03:00 y me levanté a las seis para entrar a la siete a clase… Pero todo valió la pena”.

Para su sorpresa, pocos días después de la graduación, su esfuerzo lo llevaría más lejos: la Universidad Técnica Particular de Loja le obsequió una beca de estudios.

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“No lo podía creer. Mi gran sueño era ser bachiller y ahora voy a ser un profesional. Cuando me ofrecieron la beca todos en la casa lloramos”, narra orgulloso.

Sus clases en la carrera de Marketing Digital, que él eligió, iniciaron el pasado 11 de abril, vía online. “Nos presentamos y hablamos de nuestros planes futuros”, cuenta feliz de empezar a vivir la experiencia.

Aún sigue, todos los días, levantándose temprano, asistiendo a clases y cuidando carros con su chaleco amarillo que pretende cambiar por un saco elegante cuando cumpla su nuevo reto: tener su propia empresa.

UN EJEMPLO EN SU FAMILIA

Kevin pasó toda su etapa colegial estudiando en la mañana y trabajando en tarde y noche, con sol o lluvia, cuidando carros y motos, entre las calles June Guzmán y 7 de Octubre, del centro de Quevedo. Tras su jornada laboral, donde permanece de pie la mayor parte del día, regresa a casa a internarse en las tareas académicas.

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El joven, quien además tiene el deseo de actuar y conocer otras ciudades como Guayaquil y Quito y hasta del extranjero, se hizo conocido gracias a unas fotos publicadas en redes sociales por el padre de una de sus compañeras de clases, quien admiraba y aplaudía su lucha por ser bachiller.

Su perseverancia no solo lo ha popularizado en su ciudad y su barrio, sino que también -y “más importante”, según dice-, se ha convertido en una gran motivación para sus hermanas menores, quienes, como él, ahora tienen el sueño de estudiar. “En las clases me iba bien, era bastante participativo”, destaca, por cierto.