
Con alma ancestral y visión global: así trabaja la ONG KISTH en Ecuador
El Instituto Kichwa de Ciencia, Tecnología y Humanidades (KISTH) propone innovación social y tecnológica en comunidades
La pandemia de COVID-19 visibilizó las enormes brechas de conectividad en las comunidades rurales del Ecuador. Fue precisamente en ese momento de crisis cuando nació una de las iniciativas educativas más significativas para los pueblos y nacionalidades indígenas del país: el Instituto Kichwa de Ciencia, Tecnología y Humanidades (KISTH). Fundado oficialmente el 29 de junio de 2022, este proyecto responde a una realidad crítica, el bajo porcentaje de jóvenes indígenas que acceden a la educación superior.
Inspirado en la histórica resistencia de organizaciones como la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), el KISTH integra el conocimiento ancestral con herramientas académicas modernas. Como afirma la ONG, su existencia representa "el nuevo rostro de la lucha de las organizaciones sociales indígenas", y su lema, inspirado en la profecía de Tupak Amaru, resume el espíritu de su misión: “Volveremos y seremos millones de profesionales”.
Impacto y territorio: más de 800 vidas transformadas
Desde su creación, la fundación ha beneficiado de forma directa a más de 800 personas, entre niños, niñas, jóvenes y profesionales, provenientes de diversos pueblos indígenas y contextos rurales. De forma indirecta, mediante sus plataformas digitales, su alcance supera los 1.200 beneficiarios. KISTH ha desplegado su acción en comunidades de Napo, Saraguro, Ambato, Cotacachi, Imbabura y Chaupi Cayambe, desarrollando ferias académicas, mentorías y proyectos de programación, conectividad y animación 3D.
En el corazón de su trabajo se encuentran los talleres comunitarios, espacios donde la ciencia, la tecnología y el arte dialogan con los saberes ancestrales. Además, la revitalización del idioma kichwa ha cobrado fuerza gracias a iniciativas como Ciencia en Kichwa y concursos de conocimientos, que incluyen también servicios de traducción.
Una red diversa y en expansión
KISTH es mucho más que una fundación: es una red de trabajo compuesta por 13 cofundadores y 10 voluntarios, de los cuales el 80 % pertenece a pueblos y nacionalidades indígenas. Jóvenes mestizos también se han sumado, formando equipos multidisciplinarios que promueven la colaboración intercultural. Según sus representantes, se trata de la “primera y más grande red de jóvenes indígenas del país”.

Ser parte de esta comunidad implica participar activamente como voluntario, aplicar a sus convocatorias o unirse a su plataforma de networking, un espacio donde se comparten becas, oportunidades laborales y mentorías. El enfoque de la fundación no solo es educativo, sino también de acompañamiento profesional y humano.
Tecnología con propósito: la alianza con Globant
Una de las colaboraciones más destacadas de KISTH ha sido con la multinacional tecnológica Globant, en el marco del programa Code Your Future, que otorgó más de 15.000 becas en América Latina. En Ecuador, el convenio permitió formar a 15 jóvenes indígenas en metodologías ágiles de gestión de proyectos, con resultados palpables y transformadores.
Dos casos ejemplares son los de Abril Pachacama y Edwin Sebastián Cabascango Salazar. Pachacama, de 28 años, lideró un proyecto de robótica en Amaguaña que benefició a más de 600 niños y niñas del oriente ecuatoriano. “Globant me enseñó a tener una perspectiva diferente de lo que es un proyecto y planificarlo de manera integral, desde el desarrollo hasta el impacto en las comunidades”, afirmó.
Por su parte, Cabascango desarrolló una plataforma educativa digital pensada para docentes y rectores del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe, adaptada a las lenguas y realidades de los 14 pueblos y 18 nacionalidades del país. “El objetivo es facilitar el acceso a herramientas educativas para los pueblos indígenas y promover una educación inclusiva”, explicó.
Nuevas metas: niñas programadoras y ferias académicas
Actualmente, KISTH impulsa talleres de empoderamiento y transformación digital en Cotopaxi, donde niñas y niños aprenden a programar sus propios videojuegos. Además, se está organizando la Feria Académica Global, con el fin de orientar a jóvenes en la obtención de becas nacionales e internacionales y crear una red con la diáspora kichwa en el mundo.
Para el segundo semestre del año, la fundación en conjunto con Globant planea ejecutar un bootcamp especializado en programación Java, que fortalecerá aún más las habilidades tecnológicas de los jóvenes indígenas.
Una educación que honra la raíz y mira al futuro
KISTH ha logrado posicionarse como una propuesta innovadora en el mapa educativo ecuatoriano. No se trata solo de enseñar código o animación 3D, sino de construir identidad, empoderamiento y comunidad desde las raíces ancestrales. En palabras de la propia organización: “asumimos la responsabilidad de continuar este camino con una visión global e integrada”.
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