
Regresa el agua al sur de Quito: ¿qué barrios ya tienen el servicio?
Durante 14 días, seis parroquias no tenían el servicio. En la mañana se comenzó a llenar la planta de El Troje
La noticia de que el agua volverá desde la tarde de este 23 de julio de 2025 fue esperanzadora para los vecinos de más de 200 barrios del sur de Quito que se quedaron sin el servicio desde el pasado 9 de julio.
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Este 23 de julio, moradores de sectores como el Garrochal y Ciudadela Ibarra estaban a la expectativa del reabastecimiento, que hasta las 17:00 (cierre de esta nota) no ocurría. Sin embargo, según el Municipio, barrios como Pueblo Unido, Mirador Alto de la Argelia y San Luis, desde las 12:45, ya estaban abastecidos.
“Estamos más tranquilos, aunque el agua todavía no ha llegado”, comentó Verónica Nolivos, vecina de El Garrochal. Para ella, la emergencia dejó una lección importante: valorar el agua y reutilizarla.
Pero también dice que aprecia el esfuerzo de quienes trabajaron en condiciones extremas en el páramo del Antisana, donde las temperaturas descendían incluso por debajo de cero.
Nolivos también recuerda los primeros días de la emergencia, cuando el desorden era evidente. “Hasta hubo heridos por querer acceder a un ojo de agua. Pero después la gente se organizó, llegaron más tanqueros y la comunicación mejoró”.
El Troje, con agua después de 14 días
Mientras, la mañana de este 23 de julio de 2025 fue emotiva en la planta de tratamiento de El Troje. Después de casi dos semanas, el agua volvió a correr por las tuberías del sistema La Mica-Quito Sur, recorriendo 46 kilómetros desde el páramo del Antisana hasta el sur de la capital.
Entre abrazos, lágrimas y aplausos, el personal de Epmaps presenció cómo el reservorio comenzaba a llenarse. El alcalde Pabel Muñoz acudió al sitio para compartir el momento y felicitó al equipo técnico. Mencionó que fue una madrugada crucial. A la 01:30 se abrieron las compuertas del sistema y cerca de las 07:00 se empezó a llenar la primera piscina de agua cruda.

La ruptura de una tubería del sistema La Mica, el pasado 9 de julio, dejó sin abastecimiento a seis parroquias del sur de Quito, afectando al 13 % de la población. La situación obligó al COE Metropolitano a declarar la emergencia, en la que durante los primeros días apenas 17 tanqueros intentaban atender una demanda desbordada. Con el paso de los días, el número se incrementó a 109, además de cisternas, plantas potabilizadoras e hidrantes.
Muñoz señaló que la tubería reemplazada en el sistema es 25 años más moderna que la anterior y tiene una vida útil estimada de 100 años. Antes de la llegada a la planta de El Troje, se verificó que no existieran fugas en los 46 kilómetros de recorrido desde el Antisana, donde hay 20 válvulas de aire. Personal técnico estuvo en cada una para verificar que todo funcionara de manera adecuada.
La mañana de este 23 de julio, solo uno de los dos reservorios de líquido crudo alcanzaba los 3.500 metros cúbicos, cantidad suficiente para realizar pruebas de calidad y ajuste de la dosis de químicos necesarios para la potabilización.

Ese proceso dura aproximadamente cuatro horas e incluye coagulación con sulfato de aluminio, floculación, sedimentación, filtrado y desinfección. Posteriormente, el agua tratada va a 21 tanques de distribución que abastecen a las parroquias.
Aunque el flujo comenzó a restablecerse, las autoridades insistieron en que el uso del agua debe ser racional. “Lo ideal es usar solo lo necesario: cocina, aseo básico. Esto permitirá que el sistema se recupere más rápido”, insistió el burgomaestre.
Según Muñoz, el servicio se normalizará en su totalidad en un tiempo de 48 horas, por lo que los tanqueros seguirán operando hasta que el sistema esté completamente estabilizado.

Por otro lado, si bien la instalación de los 350 metros de tubería terminó en el páramo del Antisana, el alcalde mencionó que los trabajos no han concluido. En la zona se iniciará la recuperación ambiental. Además se está realizando un análisis del suelo a lo largo de la tubería para prevenir futuros deslizamientos o roturas.
“Esta emergencia deja lecciones importantes”, afirmó Muñoz. “Debemos evaluar qué funcionó, dónde hubo demoras, y trabajar en la interconexión de los sistemas. Quito se abastece de cuatro fuentes, y fortalecer esa red es una tarea que se verá en el mediano plazo”, manifestó.
También anunció que se están analizando posibles medidas de compensación tras la emergencia. Aunque señaló que los hogares que no recibieron el líquido no tendrán cobros porque durante 14 días no hubo consumo, reconoció que en muchos casos los vecinos de barrios con el servicio compartieron el recurso con quienes no lo tenían, lo que pudo elevar el costo de sus facturas.
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