Patricio Maldonado
Desde su llegada a la Tri en 1999, Maldonado no dejó al equipo y recorrió varias selecciones en distintas categorías.Cortesía

Maldonado: Así era el doctor de la Tri que los jugadores consideraban un padre

El médico de casi 30 años en las selecciones nacionales murió dejando un legado y anécdotas que hoy sus amigos recuerdan.

Toda una vida cuidando, sanando y rehabilitando a los futbolistas de la selección ecuatoriana, la muerte del doctor Iván Patricio Maldonado San Martín tocó al fútbol nacional, tras el anuncio de su deceso a los 72 años.

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Según se pudo saber por familiares, los primeros pasos de Maldonado los dio como médico deportólogo en los Juegos Nacionales de 1979 en su natal Cuenca, provincia del Azuay, donde se graduó en la Universidad de esa ciudad. Años más tarde se radicó en Quito, donde empezó a trabajar con Deportivo Quito, elenco del que se hizo hincha sin dejar de lado a su otra pasión: Deportivo Cuenca.

No fue sino hasta 1999 cuando se hizo cargo de los requerimientos, sean médicos u otros, de los seleccionados nacionales. 

De ahí que durante esas casi tres décadas, el galeno estuvo en 14 Copas del Mundo, repartidas entre las de mayores, Sub-20, Sub-17 y la selección femenina, por lo que entre sus logros destacan haber sido parte del cuerpo técnico que clasificó por primera vez a un Mundial absoluto y la medalla de bronce con la Sub-20 en 2019.

Un libro de anécdotas

Para los cientos de jugadores que pasaron por sus manos, el ‘doc’ -como cariñosamente llamaban- fue “un médico, psicólogo, padre, hermano y hasta confidente”, mencionó a Diario Expreso el exfutbolista Ángel ‘Cuchillo’ Fernández.

Patricio Maldonado
El médico deportólogo fue muy cercano a los seleccionados nacionales.Cortesía

Era un gran profesional y ser humano, podías contar con él para lo que sea, siempre estuvo dispuesto para ayudar a todos y en todos los sentidos, no solo en lo médico”, añadió Fernández.

En este mismo sentido se inclinó el exlateral Ulises de la Cruz, quien rememoró una anécdota. “Cuando concentrábamos en la Escuela Militar Eloy Alfaro, en Quito, nos daba empanadas chilenas como refrigerio de la tarde, hasta que un compañero le pidió cambiar el menú por pizza ‘Jut’. El doc le preguntó cuál era esa, nadie sabía, hasta que nos enteramos de que era la marca conocida; solo que el amigo pronunciaba como se lee. El doc, después de soltar la carcajada, nos dio la pizza”.

Otro histórico seleccionado nacional, José Francisco Cevallos, detalló que Maldonado siempre los vio “como sus hijos y, preocupado más allá de las lesiones, conversaba y atesoraba las personas como seres humanos”.

“En uno de esos días que no entrenábamos en la mañana, yo estaba en la habitación con Iván Kaviedes, que era mi compañero de cuarto, y él, sabiendo que no desayunábamos porque nos levantábamos tarde, nos llevó en una bandeja los alimentos; al vernos dormidos, entraba en puntillas y nos los dejaba en el velador”, recordó con tristeza el exportero.

El amigo de trabajo

El trato no solo era con los jugadores, pues también se comportaba con sus compañeros del cuerpo técnico. Así pues, el utilero Richard Buitrón contó que “en la Copa América de Paraguay 1999, el profesor Carlos Sevilla nos mandó a él y a mí a hacer guardia de 21:00 a 01:00 para que los jugadores no se escapen de la concentración en el hotel. Durante esas horas conversamos de la vida y de los sueños que teníamos en la Tricolor, que empezaba un nuevo proceso”, señaló a este medio.

Lo mismo rescató el exjugador Juan Francisco Aguinaga, quien resaltó que “nunca le oí regañar a alguien; siempre hablaba con mucho cariño y respeto. Era muy noble. Te trataba como a hijo, pero hijo muy amado y muy chiquito”, sostuvo.

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