Quito

Construcciones Ilaló
En zonas protegidas del volcán existe un crecimiento urbanístico acelerado. Se busca desincentivar que se sigan levantando proyectos.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

Quito: Reforma modifica la construcción en los valles

Se establecen nuevas dimensiones para el lote mínimo de edificación. El levantamiento en zonas protegidas baja

A diario, Eduardo Vacas pasa al menos una hora y media de su tiempo en transporte público. Vive en Tumbaco y en el trayecto hasta llegar a su trabajo, en el norte, por el camino de Los Conquistadores y Monteolivo, especialmente en las mañanas, hay demasiada congestión. Regresar a su casa le toma otros 40 minutos.

La complicación en la movilidad es solo uno de los problemas que ha generado la expansión hacia zonas del valle de Quito como Tumbaco, Cumbayá, Puembo, Checa y Tababela.

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Solo en el valle de Tumbaco, en el nororiente de la ciudad, la cifra de habitantes pasó de 38.700, en 2001, a 49.876, en el 2010. Para el 2023, el número se incrementó a 79.108.

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Con la reciente actualización del Plan Metropolitano de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PMOT) y el Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS), dos herramientas de planificación de la ciudad, se busca frenar la expansión a zonas rurales, en donde también es más costoso llegar con servicios públicos.

“Crecer hacia los valles no es una buena noticia cuando tengo que dar, como Municipio, agua, alcantarillado y servicios básicos. Llegar a los valles cuesta $1.200 y esos mismos servicios en el sector consolidado cuestan 300”, dijo el alcalde Pabel Muñoz, tras la aprobación de la reforma en el Concejo Metropolitano. Acotó que es necesario utilizar los recursos y el suelo de una manera más inteligente.

Joan Proaño, vicepresidente de Constructores Positivos, uno de los gremios que participó en la actualización de la normativa, menciona que el crecimiento en la parroquia de Tumbaco data de al menos unos 20 años. En gran parte de la zona había muchas quintas familiares y terrenos muy grandes.

En esas décadas se fue poblando. Luego las quintas se fraccionaron, se transformaron en conjuntos residenciales y posteriormente se construyeron edificios.

“La gente se va a los valles y se desarrollan proyectos porque no se regeneran las centralidades y se empiezan a deteriorar”, sostiene Proaño.

Por ello, con las nuevas regulaciones se busca detener la expansión hacia esos sectores. Desde la Ruta Viva hacia el Ilaló, por ejemplo, se bajó la edificabilidad y ahora se permite un máximo de dos pisos.

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El concejal Adrián Ibarra, presidente de la Comisión de Uso del Suelo, también destaca el tema de la protección de áreas ecológicas, como el Ilaló. La norma “garantiza que no se levanten construcciones más allá de lo permitido”, dice.

El edil menciona también que en todo el suelo rural del Distrito se aumentó un 17% de hectáreas destinadas a la protección ecológica.

Una de las preocupaciones de Cecilia Pacheco, integrante del colectivo Ilaló Verde y del Cabildo Cívico de Quito, que participó del debate de actualización mediante la silla vacía, es el aumento de construcciones en las faldas del volcán. En vías como la Ruta Viva o la Interoceánica existen decenas de viviendas independientes y proyectos habitacionales.

Los avances que hemos logrado durante años anteriores no retroceden y hay un progreso. En el caso de Ilaló se ha impulsado la declaratoria como área protegida

Cecilia Pacheco

colectivo Ilaló Verde

Además de la congestión, en la zona hay inundaciones y deslizamientos que, según señala la activista, se deben a las construcciones ilegales que en muchos casos rellenan las quebradas para ganar más espacio.

Un punto que ve favorable Pacheco es que se modificó el lote mínimo para construcción y se pasó de 2.500 metros cuadrados hasta 50.000. Por ejemplo, si una constructora tiene un terreno de 2.500 metros, puede dividirlo en 10 terrenos de 250 m y levantar cinco casas. Con la actualización, si el lote es de 50.000 m, en el terreno solo puede haber una construcción.

A Analía Ledesma le inquieta el futuro de los suelos agrícolas. La edil, que se abstuvo de votar el día que se presentó la moción en el Concejo, señala que la expansión desmedida hacia los valles hace que las “personas migren a las periferias” y generen gastos, pues se tienen que construir soluciones viales cada vez más lejos.

Además, “se provoca una paradoja inevitable", sostiene. Es decir, "mientras se busca más campo, se destruyen las zonas de protección ambiental y los suelos agrícolas, que garantizan una vida sostenible en la ciudad”.

Concuerda que la capital debe crecer de forma vertical. Sin embargo, indica que no se evidencia que los servicios y la movilidad mejoren en las centralidades.

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