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Rafael Oyarte: País interdicto

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Lo mismo piensan los demás respecto de nosotros

Son interdictos las personas incapaces a las que se impide administrar sus bienes, ineptitud declarada por causas que le impiden manifestar su voluntad libremente, como el ebrio consuetudinario, el toxicómano, el demente o el disipador, por lo que se le asigna un curador que actúe en su nombre. Los ecuatorianos estamos convirtiendo a nuestra nación en una especie de interdicto: nos declaramos abiertamente incapaces de administrar las cosas más elementales y queremos que otros lo hagan por nosotros. 

La extradición de ecuatorianos era una necesidad: era inaceptable que alguien que asesine, robe o viole en nación extranjera le bastase con venir a Ecuador para esquivar su responsabilidad. Pero de ahí que creamos que con esa extradición sean otros países los que deben juzgar a delincuentes que han incurrido en crímenes en Ecuador, librándonos de ellos, es otra cosa. 

Esa suerte de renuncia a la jurisdicción solo es festejada por gente que acepta que somos incapaces de juzgar a quien delinque acá, y de que cumpla su condena por delitos cometidos en Ecuador con víctimas ecuatorianas. Fito es el ejemplo: lo mandamos a EE.UU. sin que cumpla su condena de 34 años y menos aún que responda por otros delitos, asesinatos incluidos, por los que no se lo juzgará en la nación ‘usamericana’, a la que solo le interesa y le corresponde juzgar los delitos que cometió allá. 

Que eso lo celebren autoridades públicas nacionales sería inaudito en cualquier país con funcionarios medianamente responsables. Que con una base extranjera nos van a salvar de la salvaje delincuencia que reina es otro sueño de perro que debe ser aclarado por nuestras autoridades. Yo votaré Sí en ese referéndum porque la prohibición de instalarlas es una absoluta torpeza, demostrada en nuestra historia. Pero creer y promover que se crea que con una Base de Manta se repara la irresponsabilidad nuestra en seguridad es una mentira descarada. 

Ese pensamiento solo nos conduce a ser Haití, país tomado por la delincuencia, en el que aún pretenden que sean otros los que los saquen del hueco en que se metieron. ¿Usted aceptaría que militares y policías ecuatorianos vayan a ese país a rescatarlos? Lo mismo piensan los demás respecto de nosotros. Comencemos ya a enmendar el desastre; los arrepentimientos tardíos no sirven y nuestra declaración de incapacidad a lo sumo causará lástima en otros países que nos pondrán como ejemplo de lo que no quieren ser.