El acercar a la gente a su casa, a su trabajo, universidad o lugares de esparcimiento es la misión principal del Metro de Medellín, pero no es la única.

Este servicio de transporte también acerca a los colombianos a la lectura. Desde 2006, Medellín cuenta con bibliotecas que funcionan en seis de sus estaciones. Son espacios de lectura donde los niños y viejos pueden dejar que los autores de otras épocas y otras culturas les cuenten sus aventuras, sus experiencias o les revelen mundos y personajes que se van construyendo con su imaginación.

“La excusa es transportar personas. A partir de allí tenemos muchos programas para crear filiación con el usuario, que el usuario se enamore del Metro”, indica Hugo Armando Loaiza, gerente de Gestión Social y Servicio al Cliente del Metro de Medellín.

Al ser esta empresa la operadora del Metro de Quito, su modelo social también está pensado para implementarse en la capital, si es que la Alcaldía logra el apoyo necesario. En Medellín funciona en cooperación con la empresa privada, que es la que provee los libros.

La idea es promover la lectura. Medellín tiene un consumo promedio de 6,8 libros leídos al año por persona. Mientras que en Ecuador una persona lee en promedio un libro completo y 2 libros incompletos al año. Así lo detalla el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec), en su encuesta de Hábitos Lectores, de 2021.

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Las Bibliometro de Medellín funcionan como espacios de encuentro. Existe un área para quedarse a leer. Otros usuarios pueden llevarse un ejemplar a su casa. Solo deben dejar sus datos personales. También hay un área de computadoras con acceso a Internet que sirve para que las personas escriban su hoja de vida, envíen correos, elaboren cartas o para imprimir un archivo, por ejemplo, necesitan de urgencia.

Loaiza explica otra iniciativa denominada Palabra Rodante. Consiste en la difusión de 10.000 ejemplares de un libro, de un autor nacional o extranjero. Este libro es entregado a los usuarios del Metro y cuando terminan de leer lo depositan en un lugar donde otro puede tomarlo. Es como una posta de lectura.

Desde que se inició el programa han rodado por las estaciones, vagones, plazas de la ciudad 1,5 millones de libros. “El Valle de Aburrá (el distrito metropolitano donde está Medellín) tiene 4,5 millones de habitantes, significa que al menos una vez una persona ha leído un libro nuestro”.

Libros ilustrados para niños, novela estadounidense, literatura clásica o literatura colombiana son parte de las obras que se pueden encontrar de forma gratuita en sus estantes.

“Como socios operadores del Metro de Quito, estamos interesados en aportar toda nuestra experiencia, no solo en el mover de vehículos. Esto es de sumar voluntades y encontrar alianzas público-privada. Porque es bueno tener una ciudad culturizada, ofrecer otros tipos de actividades a los usuarios, eso genera corresponsabilidad y cuidado del sistema de transporte”.

Con la lectura, hay un tercer interés más de fondo, que es reducir las barreras sociales. Por eso, el Metro de Medellín también cuenta con salas de alfabetización en las zonas más alejadas, en los barrios pobres o comunas. Los beneficiarios del servicio pueden hacer sus tareas escolares o si son adultos mayores pueden aprender cómo usar un computador, cómo enviar un correo o hacer trámites en línea.

Kelly Johanna Vanegas, guía educativa de la Sala de Alfabetización de la Comuna 13, un barrio ubicado en lo alto de un cerro. Se llega haciendo transferencia del metro, al tranvía y luego tomando un teleférico. Todos estas líneas de transporte son parte del Metro.

Vanegas cuenta que los niños se quedan un promedio de cuatro horas allí. A los niños les permiten usar la computadora una hora. El resto del tiempo deben hacer actividades como leer, pintar o hacer manualidades.

Cuenta que hay pequeños que hicieron sus tareas en estas salas y al crecer encontraron trabajo en el Metro.

• Movilidad. El Metro de Quito está previsto que inicie sus operaciones en diciembre, según su gerente Hugo Villacrés.

 Libros. En varias estaciones del Metro de Medellín hay espacios dedicados a la lectura. Se llaman Bibliometros. Allí se prestan libros y computadoras. 2. Transporte. El sistema de Medellín opera con metro, tranvía, teleférico y buses. La misma empresa que opera en Colombia dirige el modelo de gestión del Metro de Quito, que operará desde diciembre.

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