Quito

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Quito. Los dirigentes reciben charlas sobre manejo de emociones. Ellos cuentan que en los barrios hay jóvenes con depresiónGustavo Guamán / Expreso

Líderes de Tumbaco aprenden a prevenir los suicidios

Los dirigentes barriales aprenden sobre manejo de emociones y buscan informarse para ayudar a vecinos con depresión

Es el típico ‘loquito del barrio’. Habla incoherencias, divaga y carga un palo para golpear a cualquiera que le sostiene la mirada. En El Arenal, en Tumbaco, ya se han acostumbrado a encontrarlo por los parques.

“No era así. Era un excelente vecino y un muy buen trabajador, pero llegó la pandemia y se deschavetó”, se lamenta Héctor Gutiérrez, presidente de esa comunidad.

Antes que comenzara a deambular, el hombre, de unos 45 años, era empleado en una fábrica. “Trabajó como 20 años, pero lo despidieron y tuvo una crisis y se voló”, cuenta.

La preocupación del dirigente barrial es genuina. Por eso acudió el 14 de agosto a uno de los talleres de manejo de emociones dictado por psicólogos de la Secretaría de Salud, en la Casa Somos, en Tumbaco.

Una veintena de presidentes de barrios aprendió sobre comunicación empática, sobre autorregulación de las emociones, cómo detectar a una persona deprimida y cómo hablar con vecinos complicados.

En La Tolita, el barrio que dirige Carmita Cantalilla, hay otro caso que le preocupa y cuya experiencia la comparte en el taller del Municipio. Tiene la esperanza de que si habla con los expertos sabrá qué hacer para ayudar a sus vecinos. Se trata de unos jóvenes que consumen droga en su casa y que golpean a sus hermanas y abuelos. “Se oyen los gritos, pedimos apoyo a la Policía, pero ellos dicen que no pueden hacer nada”.

La dirigente pide a los psicólogos tips o alguna guía de cómo debería actuar. “Sé que no puedo solucionarles todo, pero lo importante es que podamos trabajar en la armonía del barrio”, dice la mujer.

Para la Secretaría de Salud los ciudadanos deben procurar una buena salud mental, que implica gozar de un estado de bienestar emocional, psicológico y social. Estas son herramientas para hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva, y contribuir a sus comunidades.

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adolescentes
se suicidaron entre el 2015 y 2020, según el INEC. Se trata de la segunda causa de muerte en los menores del país.

“Sin salud mental no hay salud”, repite Eduardo Calero, psicólogo clínico del Municipio y quien dirigió el taller a los presidentes barriales.

La charla dura una hora, combina sus exposiciones con juegos o actividades en grupos y parejas, en donde los representantes de las comunidades se van soltando, van dejando sus posturas acartonadas y comienzan a reír. Una de las actividades consiste en pasar recortes fotográficos de revisas y tratar de identificar los estados de ánimo de los modelos.

Calero les enseña cómo deben gestionar las emociones frente y cómo logran abordar a los adolescentes. “Háblele desde los intereses de la otra persona. Si practica algún deporte o tiene alguna actividad que le guste, usted puede hablar sobre esos temas para comenzar a romper el hielo”, dice.

suicidio

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Dionisio Guamán, del barrio La Tola Grande, cuenta que hay muchachos en su barrio que no están estudiando porque no tienen computadoras ni dinero para internet. “Los padres sin trabajo, los hijos sin escuela, los adultos mayores abandonados, ni un plato de comida les dan los hijos. Es triste, pero vemos a familias que se están autodestruyendo”.

Los problemas de casa y el barrio se van acumulando delante del instructor municipal. El que más preocupa son los suicidios desde el puente nuevo del Río Chiche. Cada cierto tiempo, los dirigentes conocen que alguna persona saltó hacia una caída de 80 metros.

37 %

es el aumento de llamadas al ECU-911 relacionadas con suicidio entre enero y junio de 2021, respecto a 2020. Hay un 15 % de incremento en intentos de lesiones.

Los líderes indican que en sus comunidades han visto cambios negativos en el comportamiento de los vecinos, sobre todo de quienes han perdido a familiares por la COVID-19, o quienes han perdido sus trabajos o negocios.

“Hay vecinos que se han dedicado a la bebida y pasan, a muchas veces, botados por la calle”, dice Patricio Gordón del barrio Las Acacias.

Calero, del Municipio, les enseña que el trastorno por consumo de alcohol o drogas es uno de los factores que pueden contribuir al riesgo del suicidio. Otros factores son la depresión y la violencia familiar, incluyendo abuso físico o sexual. Incluso las enfermedades, incluyendo dolor crónico, o el abandono por parte de la familia puede motivar a que una persona decida quitarse la vida.

Calero les explica a los dirigentes que el objetivo de la Alcaldía es conformar “grupos de descarga emocional” para la prevención del suicidio o otras enfermedades mentales.

El primer paso es reconocer los problemas y las poblaciones vulnerables en los diferentes sectores. Por eso la misma actividad se repetirá en 35 puntos de la capital en este mes.

La pandemia ha dejado personas con problemas de alcoholismo, jóvenes que no estudian y pasan en las calles, adultos mayores abandonados porque nadie les va a visitar.

Dionisio Guamán
Pdte. La Tola Grande