Quito

Falta de agua Quito
Los negocios no esperan el agua de los tanqueros y prefieren llevar el agua desde sus casas.Foto: Ángelo Chamba

Quito sin agua: negocios enfrentan la crisis llevando el líquido desde sus casas

Los comerciantes improvisan con tanques, viajes desde sus viviendas y hasta fuentes naturales para enfrentar la crisis

La falta de agua potable en Quito, que ya suma seis días, ha obligado a cientos de negocios del sur de la ciudad a recurrir a soluciones improvisadas para mantenerse operativos

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Más de 400.000 personas de 200 barrios están afectados por la rotura de una tubería de conducción del sistema La Mica–Quito Sur, que abastece a la planta de El Troje. 

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Restaurantes, carnicerías y locales de comida enfrentan dificultades para operar sin agua. Cocinar, lavar platos o simplemente limpiar los espacios se ha vuelto una odisea.

Ángel Estrada, trabaja en un restaurante de pollos. Relata que la administradora coordinó con los proveedores para que, además del producto, entreguen cinco tanques diarios de 200 litros de agua. “Eso nos ha salvado”, asegura. A pesar del problema, comenta que la clientela ha aumentado, ya que muchas familias no pueden cocinar en casa y optan por comer fuera.

Sin embargo, otros locales no han corrido con la misma suerte. María Valera, también trabajadora de un restaurante, explica que su jefe transporta diariamente seis botes de 100 litros desde Tumbaco, un trayecto de más de una hora. A pesar del esfuerzo, las ventas del fin de semana disminuyeron. “La gente prefiere no gastar cuando la situación está tan difícil”, opina.

Negocios afectados recurren al transporte de agua desde sus viviendas

Milton Benítez, dueño de una carnicería y un local de parrilladas en La Ecuatoriana, enfrenta una caída del 40 % en sus ventas. Cada día transporta seis recipientes de 25 litros desde la casa de su hermana en San Bartolo, un trayecto que le toma hora y media, entre ida y regreso. 

Para su local de parrilladas, su madre le envió un tanque desde Latacunga, con el que ha logrado mantener el servicio. Como medida de ahorro, decidieron usar vajilla plástica para evitar el lavado de platos.

Pablo Erazo, cocina para 120 personas en la Victoria Baja. Comenta que el primer día de la emergencia gastó 25 dólares comprando agua. Desde entonces, transporta diariamente cinco canecas de 20 litros desde su casa en Calderón, en el extremo norte.

Vecinos hacen filas para conseguir agua de tanqueros

La escasez también golpea a las familias. El 14 de julio en la mañana, más de 50 personas hacían fila con baldes, botellones y ollas sobre la avenida La Ecuatoriana, esperando su turno para abastecerse de un tanquero. Adrián Vargas comenta que la espera puede durar más de una hora, y lo peor viene después: cargar el agua hasta casa.

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Algunas familias alquilan camionetas por dos dólares para transportar los recipientes, mientras otras usan carretillas improvisadas. Ángel Vargas llegó con su hijo y diez envases. “Si cargo solo, me daño la columna”, dice. Pero también han buscado otra alternativa, algunos vecinos se organizan y pagan entre todos 70 dólares para alquilar un tanquero que les deje el agua más cerca de sus viviendas.

Ojo de agua en Garrochales: el salvavidas natural olvidado

En medio de la emergencia por la falta de agua potable en Quito, una fuente natural ha vuelto a cobrar importancia: un ojo de agua ubicado en el barrio Garrochales. Durante años ignorado por las autoridades, hoy se ha convertido en el salvavidas de decenas de familias.

Edwin Martínez, vecino del sector, asegura que desde el inicio de la crisis recoge agua diariamente en ese punto, al igual que personas de otras parroquias que llegan por la necesidad del líquido. Verónica Nolivos, otra residente, comenta que de los 21 ojos de agua identificados en el pasado en varios sectores del sur, la mayoría estaban enterrados, pero la urgencia ha llevado a su reactivación.

Falta de agua Quito
En los Garrochales, barrio del sur hay un ojo de agua. Los vecinos colocaron un tubo para facilitar la recolección.Foto: Ángelo Chamba

Para facilitar el acceso, los vecinos colocaron un tubo desde donde fluye el agua, ya que antes salía entre piedras y varios intentos de recolección terminaban en caídas.

En la parte superior del ojo de agua, un grupo de personas hizo fila desde la madrugada de este 14 de julio para lavar la ropa. 

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